Lo peor que le puede pasar a Blade Runner 2049 es que la comparen con Blade Runner. Y sin embargo ella misma se lo ha buscado, tratando de continuar una de las películas más mitificadas de la historia del cine y aprovechar el tirón mediático -y de taquilla- que otorga eso. Pero, aunque a ratos se lo crea, sabe que nunca estará a la altura del mito, y es en esos momentos en los que saca lo mejor de si misma. Y tal vez se os haga demasiado larga, pero al final es una buena película de Blade Runners soportando todo tipo de castigo físico y de personajes cuestionándose que es ser humano y que es lo mejor para la humanidad, cumpliendo con ello las espectativas que podíamos tener para una de las secuelas a priori más innecesarias de la historia del cine. Y poco más os puedo contar sin destriparla entera, así que vamos con los SPOILERS:
Seguramente volveré a ver esta película varias veces, porque Villeneuve es como es y la primera impresión es que me ha dado todo demasiado masticadito, cosa que me parece demasiado rara. Muchos creen que en esta película ha tenido que rendir cuentas constantemente a Ridley Scott y por eso no ha querido ir más allá, con lo que se continuaría la tradición de Blade Runner en la que los productores fuerzan la visión del director -cosa en la que la mayor parte de los productores insisten constantemente, los que mandan son ellos y suya es la película- pero sigo sin fiarme un pelo, al final lo más divertido de la original era verla mil veces, así que espero que nadie tome este artículo como mi última palabra al respecto, porque no lo es ni lo va a ser. Pero ya que esto van a ser más impresiones que un análisis detallado, vamos con lo que me he quedado de esta película al salir del cine…
Lo primero de todo, si Blade Runner era una película de don nadies en la que se acababa asesinando al jefe de una corporación -yay-, su secuela tiene hasta figuras mesiánicas, que potencialmente cambiarán el mundo mediante una rebelión a gran escala de los replicantes. Es cierto que la película ni se ha molestado en llegar a este ese punto porque se centra en la historia de K y como ayuda a Deckard a reencontrarse con su retoño mesiánico, pero se ha pasado de una sociedad que pisotea a los individuos a unos individuos que son peligrosísimos para la sociedad. Esto hace que 2049 pierda algo de la esencia de la original, porque pasamos del cine negro al thriller más Frankenheimer, cosa que es más o menos lógica porque si BR homenajeaba al cine de cuarenta años antes, es lógico que cuarenta años después su secuela haga lo propio; con esto no quiero decir que haya un cambio estilístico en esa dirección, si no que temáticamente, al hacer que las apuestas sean más altas, se pierde ese carácter «local» de la original en favor de un tono más político.
Sin embargo, hay novedades de 2049 respecto al original que me han gustado, como el hecho de que haya personajes humanos como la Teniente Joshi que se sacrifican por un replicante. Se marca una evolución en la sociedad, se sigue esclavizando a los replicantes pero la población empieza a verlos ya como algo más que objetos. Sigue habiendo xenofobia -a K sus propios vecinos lo odian y lo llaman pellejudo, un insulto que viene directamente de la novela original- pero los replicantes se mueven por la Tierra con algo más de libertad. Que por supuesto ese «algo» no es mucho y su existencia sigue siendo una absoluta mierda, pero si todo se hubiera llenado de arcoiris y margaritas ya no estaríamos hablando de una sociedad distópica de mierda.
Otra novedad interesante es que introduce la inteligencia artificial «inorgánica», la de unos y ceros al más puro estilo Skynet en la figura de Joi, una especie de asistente holográfica que ejerce de interés romántico de K. Joi se pasa toda la película amando muchísimo a K, pero para cuando termina la historia nos damos cuenta de que lo único que estaba haciendo era cumplir su programación, llenando las necesidades afectivas de K y hasta proporcionando a la empresa que la creó -la de Wallace- las herramientas para localizarlo en el momento en el que K se encontrara con el padre de su mesías, Deckard. La película es tremendamente cruel con los sentimientos del pobre K, porque en un cortísimo periodo de tiempo «mata» a Joi, le descubre que el padre que había creído encontrar y sus recuerdos son falsos y finalmente le deja claro que Joi nunca lo amó, que sólo cumplía su programación. Sin embargo, como siempre hay un pequeño hilillo a lo Spike Jonze en la historia; en un momento de la película y cuando las cosas se ponen complicadas, Joi le pide a K que la borre de la consola de seguridad de su casa para que la gente de Wallace no pueda volcar su memoria. Esto querría decir que, dentro de su programación, se estaba rebelando contra sus creadores, pero a la vez también podríamos pensar que era una forma de acabar con toda sospecha de K. Personalmente no sé que sería peor, que K se enamorase (o fingiera enamorarse para sentirse humano) de un programa precocinado o que la pobre Joi tuviera que luchar contra su propia programación para acabar siendo pisoteada y que su queridísimo K nunca llegara a saber que sí lo quería. Lo dicho, Her pero con mala leche.
Por lo demás, creo que es mejor dejarlo aquí, porque podría pasarme meses hablando del tema. Preguntándome por qué la Tyrell creó una replicante con aparato reproductor activo en su búsqueda del «más humanos que los humanos», por qué Wallace sigue en la Tierra en vez de mudarse a las colonias y cuál fue su reacción tras los acontecimientos del final de la película, o directamente podríamos hablar sobre si los cortometrajes eran necesarios… Pero al final a la única conclusión a la que llego es que es me alegro de que Ridley Scott se apartara a un lado y dejara esta secuela en manos de Villeneuve, porque a pesar de que ha intentado mantener el tono de la original el resultado ha sido fresco y con identidad propia. Es una película más que recomendable y que hay que ver, y que ojalá tenga el éxito que merece. Eso sí, todos tenemos que reconocer que Ryan Gosling no recibe tan bien los palos como Harrison Ford. Y es que si en algo es el mejor el bueno de Rick Deckard, es en recibir palos…