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The Defenders: La lenta decadencia de la Marvel de Netflix

Sigourney Weaver es una de las mejores actrices de su generación, todo un icono de una época. Cuando anunciaron que iba a ser la villana de The Defenders, podíamos esperar que después de Kingpin o Killgrave, íbamos a tener un personaje a la altura del gran evento que suponía ser la reunión de todos los personajes de la Marvel de Netflix. Pues no, así que vamos con los spoilers…

Uy, estos no se parecen nada a Namor, Hulk, Doctor Extraño y Estela Plateada…

Porque, a pesar de que Defenders dura casi la mitad que el resto de las series, vuelve a repetir el recurso de crear un antagonista principal en un principio para sacarlo del tablero a la mitad de la historia, dejándonos un tanto mosqueados. Y ya me pareció bastante mal cuando lo hicieron en Luke Cage con Cottonmouth, un personaje mucho más interesante que sus «sustitutos» y me parece peor con la Alexandra de Weaver, un personaje que lo único que busca es prolongar su inmortalidad… Y ya. Porque no hay más cera que la que arde, se le dan ciertos sentimientos maternales respecto a Elektra, se habla de sus tensiones con respecto al resto de la Mano -esa Madame Gao que tanto prometía y que al final se quedó en tan poco- y al final Alexandra muere de sopetón y sin ningún miramiento, revelando que la gran villana de la serie es la propia Elektra. Uh, te he engañado, ¡maravilloso! Pues no.

Alexandra es una señora inmortal que quiere seguir siendo inmortal. Y ya.

Porque Elektra es el peor personaje de la serie y con diferencia, pasándose gran parte de la serie intentando encontrarse a si misma -amo a Matt pero no sé quién soy- y luego pasando a full supervillana porque eso de ser inmortal le parece una idea estupenda. Cojonudo, no solo me has dejado claro que Alexandra es tonta -resucita y pone todas sus esperanzas en la persona que la va a matar, cuando se ha demostrado mil veces que capturar a este Danny Rand no es naaaaada difícil- si no que te has cargado todo el desarrollo de personaje que arrastraba la pobre Elektra, que por fín se había dado cuenta de que no tenía que servir ni a la Casta ni a la Mano y que podía ser ella misma, sacrificándose en su momento precisamente por eso. Supuestamente el miedo a morir es lo que la cambia por completo, pero tampoco explica eso el que se convierta en un auténtico monstruo capaz de destruir Nueva York con tal de hacerse un zumo de huesos de dragón con el que ser inmortal.

Un inmortal que tiene una orden de ninjas a su servicio para prolongar su vida… Esto me suena de algo…

Si ya hablamos de los protagonistas, pues como que hay demasiados problemas que se arrastran de Luke Cage y Iron Fist, dejándonos un Luke y un Danny que están a años luz de los cómics, con lo que la relación entre ambos personajes es sólo una sombra de lo que podría ser. La serie les da varias escenas entre los dos y los actores hacen lo que pueden con lo que han recibido, pero al final el contraste entre ambos no es tan grande como para que haya química. Luke sigue siendo un tipo calmado y racional y Danny es un crío que trata de ser calmado y racional pero es gilipollas a secas, llegando a romper el sello que protege la ciudad durante una pelea con Elektra que claramente está jugando con él y provocándole para hacerlo. Por su parte, Jessica Jones es Jessica Jones -es la que realmente funciona- y Matt Murdock necesita muchísimo a sus secundarios para funcionar, con lo que se queda bastante soso ante el resto del grupo. Que tampoco nos engañemos, Daredevil nunca ha sido un jugador de equipo por más que se esfuercen Bendis o Dixon. En la propia serie el mismo Stick le dice a Matt que tiene que ser el líder, que tiene que guiarlos, pero la cosa se queda en agua de borrajas porque el hombre no se quita a Elektra de la cabeza y no llega a liderar nada.

Chapucitas con Born Again no me hagáis, ¿eh?

¿Quiere todo esto decir que The Defenders es un desastre de serie, que es horrible y que no la recomiendo? No, estoy convencido de que dentro de nada llegará M’Rabo diciéndonos que la serie le encanta y que soy un amargado, porque Defenders técnicamente funciona y no cae en el cutrerío de Iron Fist ni por asomo. La pondría por encima de Luke Cage en el global -una serie demasiado irregular que empezó bien pero cayó en barrena- pero muy lejos de Daredevil y Jessica Jones; Defenders ha acabado siendo una serie por encargo que no ha sabido mezclar a unos protagonistas demasiado parecidos, con lo que lo único que la redime a ratos es la propia Jessica Jones, y visto el percal, me hace tener miedo por la futura tercera temporada de Daredevil, una vez hemos cortado amarras del todo respecto a la biblia del proyecto que Drew Goddard hizo en su día. Drew, vuelve. Te necesitamos.

Eso sí, aprovechan para remendar algunos agujeros de Luke Cage, ¡a buenas horas!

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