Pero no todo ha sido negativo en este 2016 (aunque el puñetero año nos lo ha puesto difícil) han sido muchos los estrenos que me han hecho mantener la fe en la pequeña pantalla hasta el extremo de no dejarme apenas ver películas (por eso y porque el cine esta caro no suele haber artículo de lo mejor y lo peor del cine del año) Grandes estrenos, sorpresas inesperadas y una amplia oferta que en más de una ocasión ha conseguido dejarme pegado a la pantalla con ganas de más episodios, del 2016 se podrán decir muchas cosas, y muchas malas, pero no que no nos haya dado unas cuantas buenas series de televisión con las que disfrutar.
Sigo reciclando el chiste «Esto se parece mas al electrodoméstico que uso para ver series…»
El nuevo Macgyver nos ha servido para confirmar que un remake no tiene por qué ser necesariamente malo, y que si se sabe respeta la esencia de lo que fue el material original, el resultado puede ser una serie bastante divertida. También ha sido el año en el que Kiefer Shuterland ha vuelto a televisión con Designated Survivor, en una serie que guarda muchos puntos en común con la añorada 24, pero que en esta ocasión pone al actor en la piel de un Presidente de Estados Unidos que accede al cargo de forma muy brusca y que tiene que lidiar con la clase de conspiración que Jack Bauer quitaba de en medio cada año. Una serie que no solo tiene a su favor el poder ver a Shuterland en un papel muy diferente al que nos había acostumbrado en la última década, sino que como thriller también está funcionando lo suficientemente bien como para tenerme pegado a la pantalla. Y aunque fue un poco más irregular, The Get Down, la serie de Baz Luhrmann sobre los orígenes del Hip Hop en el Bronx, se convirtió una serie de visionado bastante interesante pese a sus problemas de ritmo y a que no parece tener claro cuál es su enfoque, oscilando entre el drama, el costumbrismo y casi el “realismo mágico”. Una serie cuyo parón durara hasta el año que viene y de la que por culpa de su elevado presupuesto y bajas audiencias su segunda temporada se mantiene en el aire.
La serie se merecía haber tenido mas éxito pero también tendría que haber tenido un poco mas de coherencia interna
Del mundo del comic nos llegaron dos series a las que las circunstancias han dado dos temporadas en un mismo año, Lucifer y Legends of Tomorrow. La primera como adaptación es horrible, no teniendo absolutamente nada que ver con los personajes creados por Neil Gaiman y Mike Carey. Pero es una serie que si uno consigue obviar sus orígenes y tomársela como algo original que toma solo el nombre del comic, tenemos un divertido, y a ratos original, procedimental fantástico que me ha sorprendido muy agradablemente. Un poco más fuel a sus orígenes, pero no demasiado, es Legends of Tomorrow, la tercera serie en sumarse a la oferta superheroica de la CW (esa que no para de crecer y que este mismo año nos ha dado un divertido crossover a cuatro bandas) y que tras una primera temporada algo titubeante, en su segunda ha conseguido centrarse en lo que mejor les funciona, hacer que el espectador se lo pase bien y olvidarse de que existe una cosa llamada complejos. Porque si, esta no será una gran serie y no resistiría una crítica profunda, pero es tan divertida que se lo perdono todo.
Esta es la mejor idea que se le ha ocurrido a la CW por detrás de contratar a John Wesley Shipp para que fuese Jay Garrick
La ciencia-ficción sigue abriéndose camino a pasos agigantados tanto con curiosos regresos como el de Expediente-X donde nos hemos reencontrado con los agentes Mulder y Scully en una miniserie que ha servido de homenaje a todo lo que fue la serie, con todo lo malo y lo bueno que ello conlleva. También hemos tenido estrenos como del de Colony, una serie que aunque no cuenta una historia extremadamente original, mostrándonos lo que sucede después de que los alienígenas venzan e invadan la Tierra, ha sabido contarlo de una forma lo suficientemente interesante como para que espere con ganas su segunda temporada, una temporada que espero que triunfe para que sirva al menos otro granito de arena que ayude a que la oferta de género fantástico en televisión siga aumentando.
Quien me iba a decir que tantos años después disfrutaria del regreso de estos dos
Del lado más anglófilo del charco también he encontrado unas cuantas cosas que me han hecho disfrutar mucho. Por un lado hemos tenido el esperado regreso de Doctor Who, serie que tras un año sin temporada ha regresado con un divertido especial navideño muy superheroico del que ya hablare con más detalle cuando pasen estas fiestas. Y sin salir de ese pequeño universo de ficción nos llegó Class. En esta serie ambientada en aquella institución en la que la propia nieta del Doctor estudio y de la que salieron tanto los primeros como la (pen)última de las companions del Doctor, nos llega ahora el día a día de unos estudiantes que a su pesar se convierten en la última línea de defensa de la Tierra cuando el Doctor está demasiado ocupado en otra parte. Una serie que aunque pasa demasiado a menudo últimamente, no parece tener del todo claro a que publico quiere dirigirse, tiene las suficientes cosas buenas como para que tenga ganas de ver ya su segunda temporada. Y con los pies más pegados al suelo nos llegó The Night Manager, un apasionante trhiller basado en una novela de John le Carré en la que Tom Hiddleston, Hugh Laurie y Olivia Colman han desplegado todo su talento en una serie de las que te deja pegado al sillón hasta el final.
Me reafirmo en lo dicho ayer, la television de esta gente es una mina de oro
Pero de entre toda la oferta televisiva del 2016 tres series han destacado sobre todas las demás y de qué manera. El primer gran estreno nos vino de la mano de Netflix con Stranger Things, una serie que ha triunfado en lo que muchos otros han fracasado, en homenajear el cine de los 80 sin que el resultado sea un refrito sin gracia. Con esta serie los hermanos Duffer han conseguido, sobre todo gracias a un casting perfecto, captar la esencia de lo que fue el cine de aquella época sin caer en los tópicos y lugares comunes pese a estar plagada de referencias y homenajes a aquella época. Una serie que me ha hecho disfrutar como pocas en mi vida y que pese a que se han puesto a sí mismos un listón muy alto que superar, confío plenamente en todo el equipo de la serie para conseguirlo.
¡Los 80 han vuelto!
Con un estilo y tono radicalmente opuesto, Westworld se ha convertido en el ejemplo perfecto de lo que debería ser un remake, tomar todos los elementos que hicieron grande la versión original y con ellos construir algo aún mejor incluso. Jonathan Nolan se consagra con esta serie como uno de los mejores creadores televisivos del momento con este drama de ciencia-ficción que con un casting de lujo en el que ni grandísimos talentos como Anthony Hopkins y Ed Harris consiguen eclipsar el trabajo de unos compañeros de reparto de menor renombre pero no de menor talento. Un drama que pese a explorar uno de los temas más clásicos y más tocados de la ciencia-ficción, la humanidad de los seres artificiales, lo hace de tal forma que casi consiguen que nos resulte nuevo. Por todo ello se ha ganado por derecho propio ser uno de los mejores estrenos del año.
Hay que reivindicar mas a este hermano Nolan
Pero la que para mí ha sido la serie revelación del año, más que nada porque no esperaba nada de ella, ha sido la peculiar adaptación que ha realizado Max Landis del libro de Douglas Adams, Dirk Gently, Agencia de Investigaciones Holísticas. Sigo sin haberme leído el libro, pero por lo que se, el termino adaptación aquí habría que utilizarlo con mucho cuidado porque el parecido con el material original parece ser superficial. Pero pese a que seguramente me cabrearía mucho de ser un fan de la novela, la serie ha sido tan tremendamente divertida que estoy dispuesto a perdonárselo todo. La habilidad de Landis para combinar la comedia más absurda con el drama y la ciencia-ficción me ha dejado agradablemente sorprendido, pese a que gracias a su trabajo en Superman: American Alien sabía que era un guionista apañado. Y ello combinado con un reparto de actores que están sencillamente perfectos en sus papeles han hecho de estas series una de la más divertidas que he visto en mi vida y de la que necesito ya ver su segunda temporada.
Aun no me creo lo divertida que ha sido esta serie
El 2016 ha dado mucho más de sí tanto en lo bueno como en lo malo, pero los días tienen un número de horas limitado y no es posible ver todo lo que se emite, aunque eso signifique perderse alguna gran serie que otra, pero espero que este pequeño vistazo a lo que más me ha gustado y lo que menos de todo lo que he podido ver este año le sirva como recomendación o advertencia a alguien. Y si alguien tiene alguna aportación de algo que se me haya escapado cualquier comentario al respecto es bienvenido, que apretando un poco igual se puede encajar alguna serie más en la parrilla personal. Ahora solo queda esperar que el 2017 sea tan bueno o incluso mejor, televisivamente hablando, y que para el año que viene por estas fechas la parte mala del repaso sea poco más que una nota a pie de página. Que siendo de este año que comienza con una nueva temporada de Sherlock, el que por fin podre ver a Puño de Hierro en carne y hueso y que es posible que tengamos el regreso de Young Justice, espero grandes cosas.