Hasta 2004 las cosas más o menos fueron normales para Clint Barton. Que vale, que tuvo un par de rediseños lamentables (uno de ellos a manos del mismísimo Rob Liefeld) pero nada grave que no se curara con el tiempo, pequeñas gripes. De por medio también estaría la versión Ultimate, que poco tenía que ver con el original al presentarnos a un tipo casado con hijos y que ejercia como asesino de SHIELD; sí, otro de esos casos claros de que Mark Millar nunca entendió los personajes de Marvel; sin embargo, esa versión alternativa no tendría mucha influencia sobre lo que pasaría con el personaje en un futuro, a pesar de que el diseño de Brian Hitch acabaría inspirando futuras revisiones gráficas del personaje…
Tras una -como no- nefasta etapa de Chuck Austen, Brian Michael Bendis llegaría a Los Vengadores en 2004 y de la misma los disolvería. Su enfoque era directo: Los Vengadores tenían que ser La Liga de la Justicia de Marvel, tenían que estar formados por los mejores personajes de la editorial, con lo que al grupo tenían que unirse superventas como Spiderman o Lobezno. Dejando de lado que la inspiración en la JLA no acabo de verla muy lógica -no olvidemos que Los Vengadores siempre han tenido más éxito que la Liga-, lo que provoca el relanzamiento del grupo es que Ojo de Halcón desaparezca del mapa en favor de las nuevas incorporaciones, con lo que Clint «muere» antes de la creación del nuevo grupo en la saga conocida como «Avengers Disassembled».
Sin embargo, si vamos mirando como lo trata el guionista durante esa historia, podemos hacernos una idea de quién era el personaje para el. Tenemos a un Clint Barton que habla sobre «matar» a Ultron, y que durante toda la historia no usa una sola flecha trampa, asaeteando sin ningún escrúpulo a todos los kree que se le pasan por delante. A posteriori se diría que todo el comportamiento de los personajes -tanto de Los Vengadores como de los kree- venía dictado por los poderes descontrolados de La Bruja Escarlata, con lo que Ojo de Halcón quedaría disculpado en mayor o menor medida por esto. Y como Bendis no recuperaría el personaje hasta unos años después, supongo que podríamos tener la falsa esperanza de que el hombre sabía lo que hacía…
Clint no volvería hasta poco antes de Secret Invasion, y es justo en esa saga en la que vemos una transformación en el personaje; dejando de lado que por aquella época había tomado la identidad de «Ronin» -mientras se zumbaba a su predecesora en el cargo, algo un poco raro-, durante toda Secret Invasion no tiene el menor reparo en matar skrulls. Pero claro, durante este crossover todo el mundo se ensucia las manos y habla de matarlos sin poner la menor pega, con lo que el que Ojo de Halcón mate es el menor de los problemas… Pero Bendis es especialmente incisivo en el caso de Ojo de Halcón, porque en su caso introduce la «resurrección» de Bobbie Morse, su antigua esposa que falleció en los últimos números de West Coast Avengers. Llevaba más de diez años muerta y de repente resucita contando que en realidad había sido secuestrada por los skrulls y blablabla; Clint corre a los brazos de ella y se cree a pies juntillas todo lo que ella le dice, hasta que en el número 5 de la miniserie se revela que ella es una skrull y pasa esto:
Partiendo de la base que aquella skrull realmente creía que era Pájaro Burlón, podría decirse que ella era completamente inocente y, aunque fuera culpable y quisiera matarlo mientras duerme, esto no deja de ser un asesinato a sangre fría en toda regla. Y puede que Bendis piense que esto es «desarrollar» al personaje, que para cuando lleguemos al final del cómic y veamos a Clint gritando que va a matar a todos los putos skrulls (y echarlos fuera de su avión) podemos considerarlo una reacción lógica. Pero claro, esto es como lo de los ninjas, una vez dices que algo es autoconsciente pero no humano parece que hay carta blanca para que sea masacrado.
A partir de aquí no volveríamos a ver un asesinato manifiesto de Ojo de Halcón, o por lo menos no en primer plano. Supuestamente, el lector a estas alturas debería estar perfectamente acostumbrado a estas cosas, a ver como Clint le clava tres o cuatro flechas a un tipo -todo se arregla diciendo que «no le dió en puntos vitales» y que el fulano en cuestión siga vivo- pero lo cierto es que en la cabeza de Bendis Ojo de Halcón mata tanto o más que el Oliver Queen de Mike Grell, con lo que llegado el momento de matar a un personaje importante, para Bendis él era el vengador adecuado…