Si ayer decía como de espantosos me parecían los cambios sufridos por los principales personajes de la historia, hoy toca comprobar como eso no es lo peor que les ha sucedido a estos. Lo realmente malo de estos televisivos Jesse y Tulip, dejando a un lado la caracterización, es que hasta la fecha ni Dominic Cooper ni Ruth Negga me han resultado convincentes en sus respectivos papeles. No me los creo, en ningún momento veo a los personajes, veo a dos actores recitando frases sin convicción que han escritos unos guionistas que no parecen haber entendido el material original y que se han quedado en la superficie, eliminando sin dejar ni rastro toda la caracterización y el humor negrísimo que tenía el comic original. Y eso es algo que me ha sacado más de la trama que todos los cambios que se puedan hacer con respecto al comic original.
Nada, que yo sigo sin ver a Jesse ahi
Ayer ya vimos como las libertades que se han tomado los responsables de la serie de Preacher a la hora de adaptar el comic se han convertido más bien en libertinaje, y donde todo parecido con el comic de Ennis y Dillon es casi coincidencia. Pero hoy toca comprobar como la serie falla aun a mas niveles y que el único y pequeño clavo ardiente de esperanza al que podemos agarrarnos no parece suficiente como para seguir viendo la serie y solo el morbo de ver hacia donde se dirige todo esto, como el que ve un accidente de tráfico a punto de ocurrir, me hace continuar con su visionado, y eso es decir muy poco de cualquier serie de televisión.
Esto ya no se salva ni rezando
Yo pensaba de forma ingenua que aunque la serie sufriese muchos cambios con suerte podría al menos disfrutar de ella como algo independiente, sin pensar en los cambios con respecto al comic. Algo parecido a lo que hago con la serie de Lucifer, cuyos parecidos con el comic se reducen a los nombres de algunos personajes, pero que acabo resultando ser un procedimental divertido. Pero es que Preacher falla incluso en ese terreno. Tras un episodio piloto anticlimático que fracasa a la hora de enganchar al espectador le han seguido varios episodios de desconcierto en los que uno no tiene claro hacia dónde va la trama, aunque casi da la sensación de que solo quieren desconcertar al espectador que no conoce al cómic estirando muchos de los misterios de la historia.
Al final esto es lo que parece la serie, un culo
Pero también tomando decisiones un tanto peculiares, como el introducir sin contexto alguno en el segundo episodio ese flashback al antiguo oeste en el que vemos a un viejo pistolero retirado que parte en busca de medicina para su hija enferma. Un flashback que no ha tenido continuidad en los siguientes episodio y que no solo habrá dejado muy despistados a los no lectores, sino que acabara restándole impacto a la sorpresa de ver aparecer al Santo de los Asesinos, si es que este acaba apareciendo al final como tal, que yo ya no me fío.
Esto tendría que haberme emocionado, pero ni eso
Pero al final, si algo me hace seguir con el visionado de la serie, más allá de la curiosidad morbosa por ver hacia donde deriva esta y la pequeña esperanza de que la cosa remonte y se convierta en algo digno de ver (no sería la primera serie que tiene un comienzo muy flojo y acaba convirtiéndose en un serión) eso sería Joseph Gilgun. Y es que del trio protagonista solo Cassidy parece realmente salido del comic (pese a que echo en falta que se deje las gafas de sol puestas siempre), aunque a ratos su personalidad se confunda un poco con la del Rudy de Misfits a quien también interpretó Gilgun. El suyo no es solo el personaje que de verdad se parece a su contrapartida del comic, es el único que resulta mínimamente interesante, cuyo interprete no se limita a ser un cacho de cartón que lee frases y que sobre todo me hace reír. Pero no se cuánto tiempo eso será suficiente como para que siga siendo capaz de ver Preacher semana a semana.
A lo mejor beber sin control es la forma de disfrutar de esta serie…
Decir que esta adaptación de Predicador a la pequeña pantalla me ha decepcionado seria quedarme MUY corto, pese a las efusivas alabanzas que ha recibido esta de los creadores del comic original (y mi parte más malpensada me hace dudar de la sinceridad de estas) Se trata de una serie que he seguido viendo más allá del episodio piloto por la única razón de estar “basada” en uno de mis comics favoritos de siempre, que de no ser así hubiera pasado a engrosar la lista de pilotos que veo y olvido y que ni me molesto en reseñar por aquí por el poco interés que me han despertado. Y no sé si es algo que tenga esperanzas de que remonte, lo visto hasta el momento (los cuatro primeros episodios) no me han hecho ser muy optimista precisamente y tengo menos fe de la que tienen los habitantes de Annville. Pero supongo que seré capaz de aguantar al menos hasta el final de temporada con una mezcla de ciega esperanza y curiosidad morbosa en ver como acaba esta serie que tristemente no me veo capaz de recomendar a nadie.