Erase una vez un escritor de comics llamado Bill Willingham. Este escribía un comic de éxito llamado Fables/Fabulas y pensó que sería un buen material para una serie de televisión. Así que Willingham paseo su proyecto por varias cadenas de tv con la esperanza de ver cumplido su sueño. Pero todas las cadenas rechazaron su idea y ninguna quiso comprar los derechos de su comic para convertirlo en serie de tv. Pero he aquí que poco después de aquello algunas de esas cadenas anunciaron los estrenos de nuevas series de televisión, que al igual que Fabulas, bebían de los cuentos clásicos y los trasladaban al mundo moderno. Daba la impresión de que aprovechando que todos esos personajes estaban libres de derechos, estas cadenas habían decidido hacer sus propias versiones de Fabulas sin pagarle un duro al pobre Bill Willingham. Y así es como se han estrenado, de momento, Grimm y Once Upon a Time.
En la primera de estas series nos encontramos con la historia de Nick Burkhardt un detective de la policía que un día descubre que es el ultimo descendiente de los Hermanos Grimm, quienes eran en realidad cazadores de monstruos y que poseían, así como sus descendientes, el poder de ver la verdadera forma de estos monstruos. Como último miembro de la estirpe deberá asumir el legado familiar y dedicarse a cazar a todas estas criaturas. Y al menos en el episodio piloto no estará solo, contara con la ayuda de un lobo feroz (O Bigby si lo preferimos) que se ha reformado, ya no mata gente y le echara una mano en la tarea de saber más de su legado y de cómo enfrentarse a las criaturas que pueblan el mundo.
Quizás el mayor defecto de esta serie es que ha nacido vieja. Si alguien me dijera que es contemporánea de Ángel y Buffy me lo creería. Hay algo en la forma de contar las cosas, la estética, las historias… Es como si hubiésemos retrocedido hasta los años 90 una vez más. Todo en ella es muy tópico y predecible y dudo que le dé más oportunidades más allá del segundo episodio. Aparte de eso, aunque es verdad que prestamos de Fabulas tiene muy pocos, solo el meter a los personajes de los cuentos de hadas en el mundo real y el contar con un Lobo Feroz “bueno” ya nos hace recordar a la serie de Willingham. Y como no, sale perdiendo en comparación. Así que personalmente no le auguro un gran futuro a esta versión masculina de Buffy.
Once Upon a Time es la otra gran apuesta de las cadenas estadounidenses que recuerda demasiado a Fabulas, esta incluso aun mas que la anterior. Aquí nos cuentan lo que sucedió después del final del cuento de Blancanieves, con la malvada Reina amenazando con destruir la felicidad de todos en el reino de los cuentos de hadas. Dicha maldición consiste en transportarlos a todos a una pequeña ciudad en el mundo real, Storybrooke en Maine, transformarlos en humanos corrientes y hacerles vivir unas vidas miserables bajo su mandato como alcaldesa de esta ciudad.
Pero los cuentos de hadas no se quedaron de brazos cruzados, y sabiendo que según una profecía, la hija de Blancanieves y el Príncipe Encantador sería la única que podría detener a la Reina, la sacaron de su mundo natal antes de que llegase la maldición para que en el futuro pudiese salvarles a todos. Es con esta hija, Emma Swann (Interpretada por Jennifer Morrison), ya adulta, con quien comienza la historia. Emma es ahora una investigadora privada que un día recibe la visita de un hijo al que dio en adopción nada más nacer hace ya diez años. Este hijo la ha localizado porque ha descubierto lo que sucede realmente en Storybrooke y que su madre adoptiva no es otra que la malvada Reina. Pretende, con la ayuda de su madre biológica, derrotar a la malvada Reina y devolver sus vidas a los habitantes del pueblo.
Emma en principio no creerá nada de esto, pero tras devolver a su hijo a su pueblo empezara a sospechar de la Alcaldesa y decidirá quedarse un tiempo en Storybrooke para averiguar que sucede allí realmente. Con el paso de los días se convencerá de que como poco la Alcaldesa y madre adoptiva de su hijo no es exactamente como dice ser y que quizás su hijo tenga algo de razón en que allí sucede algo extraño.
En esta serie sí que se nota, y mucho, la influencia de Fabulas. Tenemos una ciudad en el mundo real en la que viven juntos todos los personajes de cuentos de hadas haciéndose pasar por humanos. Un gran enemigo que les ha sacado a la fuerza de sus “tierras natales”, lo que se supone que será una guerra contra este enemigo para recuperar su hogar… Demasiadas coincidencias para no haber leído más que un par de números de Fabulas, como han asegurado en entrevistas los creadores de Once Upon a Time.
Aunque que la serie, mala, lo que se dice mala, no es. Pero es algo sosilla, sobre todo si has leído Fabulas/Fables. Ver aquí las versiones sosas y tópicas que han sacado de Blancanieves y el Príncipe, entre otros, y compararlas con sus versiones en Fabulas hacen que te den ganas de llorar. Bueno, eso y desear que en cualquier momento aparezca Bigby, le de dos ostias al Príncipe y se fugue con Blanca. Porque aquí la caracterización de los personajes se ha basado más en su versión Disney (Algo lógico tratándose de una serie de la ABC) que en los cuentos clásicos. Exceptuando a la Reina, al resto de personajes les falta ese punto de mal rollo que tenían los cuentos clásicos y son casi todos demasiado buenos y simpáticos y majos…
Lo único que realmente destaca en esta serie, y que curiosamente es de lo poco que no está “inspirado” en el trabajo de Willingham, es el personaje de Rumpelstiltskin/Mr. Gold interpretado por Robert Carlyle. Que aquí vuelve a bordar uno de esos papeles de cabrón manipulador del que nunca tienes claro que esperar. Eso y los guiños a Lost que los creadores (ex guionistas de Lost) se han dedicado a repartir por la serie son casi lo más destacado de Once Upon a Time.
Quizás lo peor de todo esto es que la posibilidad de ver una serie que de verdad este basada en el comic de Bill Willingham está ahora muy lejana en el tiempo. A corto plazo ninguna cadena se va a atrever a sacar una tercera serie basada en esta premisa, y como estas fracasen sí que no veremos en muchísimo tiempo una serie de Fables/Fabulas. Así que lo único que nos queda es seguir leyendo el comic, lamentarnos de lo que podría haber sido y no fue y cruzar los dedos para que algún día una cadena como la HBO se decida a sacar una serie de fabulas y podamos ser felices y comer perdices.