A partir de ahora voy a ser un poco más selectivo en estos repasos de la Wizard, porque al fin y al cabo muchas secciones de al revista se repetían y el interés que podían tener se reduce. La revista se va profesionalizando poco a poco y sigue siendo igual de hortera, desde luego, pero lo más interesante siguen siendo las entrevistas a unos autores que en aquel momento están haciendo historia sin saberlo. Y uno de ellos es Whilce Portaccio, que tras haberle dado la patada a Chris Claremont llega en el número 8 de la Wizard a contarnos todos sus grandes planes y a ponernos a Bishop en la portada.
Empieza hablando sobre cómo el mercado del cómic ha pasado de estar basado en series a estar basado en personajes, lo cual no es del todo cierto, porque X-Men iba a seguir la serie que vendiera tuviera a quien tuviera de dibujante. Sí, desde luego que iba a vender más con Jim Lee o Spiderman con McFarlane, pero cualquier dibujante que picara mínimamente el interés en esa serie podía subir las ventas. Lo que es peor, en plena burbuja especulativa absolutamente todo lo que sacaba la editorial vendía auténticas barbaridades, con lo de que los autores ahora eran los que controlaban el mercado no era del todo cierto, porque a fin de cuentas cualquier portada de Neal Adams también vendía bastante más para la DC de los 70. Tras hablar de sus inicios como entintador -contando una anécdota curiosa en la que habla de cómo en un principio no sabía que tenía que borrar el lápiz de los cómics después de entintarlos, y que por eso Marvel le devolvió unas páginas- y su paso a trabajar como dibujante en el Castigador junto a Mike Baron, la entrevista se interrumpe porque Jim Lee se pone a disparar a sus compañeros de estudio con una pistola de gomas. El ambiente y la camaradería de la futura Image, digo yo.
El caso es que, cuando pasan a hablar ya de los mutantes, Portaccio reconoce que a él le ofrecieron antes que a Jim Lee trabajar en Uncanny X-Men, pero que rechazó el trabajo porque en aquel momento estábamos en la etapa australiana del grupo y los personajes eran Coloso, Tormenta y Lobezno, los cuales a él no le interesaban porque él era fan de la Patrulla X original. Como Kurt Busiek, vaya. Y que ahora estaba mucho más cómodo con Uncanny porque los miembros del grupo son en su mayor parte los de la Patrulla original (Hombre de Hielo, Ángel y Jean Grey). Después, pasa a hablar sobre cómo es compartir estudio (Homage) con Jim Lee, la forma en la que a veces se pican y tratan de superar al otro pero que normalmente no son nada competitivos y hasta se ponen a dibujar cuando el otro está escribiendo y viceversa. Que el estudio que tienen irá creciendo pero que quieren que lo haga lentamente, sin prisa. Homage Studios empezó con Lee y Portaccio junto a Scott Williams, a los que se unirían más autores como Marc Silvestri y, en parte, es uno de los gérmenes de la creación de la futura Image (aunque la idea en realidad fue de Rob Liefeld, el resto de la gente tenía un mejor sentido de la autoconservación). Supongo que aparte de ser un local donde los tres autores pudieran socializar mientras dibujaban, la ide de Homage era la de poder hacer más fuerza a la hora de negociar contratos con Marvel o DC, el echarse un cable cuando era necesario o lo mismo hasta soñaron con editar sus propios cómics. En realidad, para lo que sirvió todo esto fue, fundamentalmente, para hacer fuerza no ya contra Marvel si no contra un autor en particular: Chris Claremont.
Antes de ir a Uncanny, Portaccio empezó con los mutantes en el número 63 de X-Factor, la serie que Louise Simonson llevaba escribiendo más de 50 números y en la que se mantenía relativamente tranquila porque no tenía que soportar a Rob Liefeld. Portaccio llega a la serie con Harras peloteándole, porque sabiendo que Portaccio era fan de la cosa japonesa, le pide a Simonson que haga una historia en Japón. A raíz de eso Simonson llamó a Portaccio y le preguntó que tipo de elementos quería incluir en la historia, y dice Portaccio que ahí empezó a ser coargumentista, y que desde entonces ha sido coargumentista de todo lo que dibujaba tanto en X-Factor como en Uncanny. Creo que es buen momento para recordar que esos últimos números del Factor X de Cíclope y compañía también estuvieron guionizados por un Chris Claremont reventado, y que Louise Simonson acabaría dejando Marvel por la misma época después de ver como sus dos series eran fagocitadas por estos elementos.
Cuenta Portaccio que le gusta hacer guiones más o menos completos, sin fijar todavía todos los diálogos, porque le gustaría ser director de cine. Que cree que tiene todo lo que hace falta para convertirse en un gran escritor, pero que lo que le gusta de verdad es dibujar. Fuera ya de esto empieza a hablar de sus personajes favoritos (Deathlock y Estela Plateada, a los dos se lo han robado todo «pero se mantienen fieles a si mismos) y dice también que de los mutantes le encanta Opal Tanaka, la novia japonesa de Bobby Drake «porque las japonesas son preciosas». Gran razón, no me etraña que en cuanto se fue de la serie se olvidaran de ella, a pesar de que ni siquiera es un invento de Portaccio, que ya salía de hace tiempo en Factor X. Añade también, eso sí, que oficialmente su personaje favorito es Bishop porque «es un vistazo a la dirección en la que quiero que vaya Uncanny X-Men». Puaj.
Ya metidos en harina, le preguntan si la muerte de los Infernales y demás personajes en el arranque de su etapa en la serie son muertes definitivas o si va a matar a más gente, y Portaccio se lava las manos y dice que a él le dieron una lista de cosas que tenía que hacer y las hizo. Y de ahí no lo sacas, porque el entrevistador de Wizard no quiere ir más allá y pasa a preguntarle si va a resucitar a Magneto, que por su respuesta «lo hemos dejado en la estantería para dejar que otros personajes puedan crecer, pero solo lo hemos puesto en la estantería» podemos deducir que tenía pensado resucitarlo más pronto que tarde, a pesar de que era la última cosa que había hecho Claremont antes de marcharse. Pero claro, ¿cómo va a respetar su trabajo un fan de la Patrulla X original que pasó olímpicamente de sus quince años en la serie? De hecho, lo siguiente que suelta es que su prioridad es «no ser acusado de dejar cabos sueltos», uno de los mayores pecados de los que acusaban los detractores a Claremont. Que tienen varias tramas que piensan resolver durante los siguientes cuatro o seis meses y que después de eso tratará de poner todo patas arriba.
La entrevista termina con él negando toda idea sobre que la verdadera identidad se Cable sea el hijo de Madelyne y Scott, «son todo coincidencias» y bueno, cuando le preguntan cuáles son sus planes para «Image Press» viene a decir que está muy ocupado con sus cómics en Marvel y que no sabría que hacer, tal vez algo en plan Conan, de gente luchando para sobrevivir, pero que el universo que se está planteando para Image es uno de superhéroes, que tendría que pensarlo. A toro pasado, es hasta curiosa la forma en la que empezó Image, con esa indefinición y con la voluntad clara de buena parte de sus fundadores de combinar su trabajo en Marvel con el de Image. Así entre nosotros, podemos echarle más o menos la culpa del desastre a Portaccio o a Lee, pero si Harras les estaba dando las líneas maestras de las historias que tenían que contar… En fin, ¡no sigo que me pongo malo!