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Coleccionando cómics en los 90: Wizard, The Guide to Comics #1 (II)

Yo no sé si os pasa lo mismo, pero me da la sensación de que los 80 y los 90 se pusieron muy pesados con su década. Y no me refiero a la nostalgia posterior, estoy hablando de que durante los 80 y 90 estaban emperrados en que su década molaba más que ninguna, y que todos tenían que adaptarse a la nueva década aunque eso se tradujera en llevar peinados carísimos que te quemaban el cuero cabelludo o ir disfrazados de la forma más estrafalaría. Y de la misma, así surgieron los Nuevos Guerreros diciendo que eran «los héroes de los 90» y, por supuesto, la Wizard nos intentó enseñar cómo era coleccionar tebeos en los 90. Spoiler: era igual que en los 80.

Sí, lo de poner dibujitos de fondo del texto era algo que se hacía mucho en los 90, y lo hace bastante ilegible.

El primer número de Wizard nos contaba que «Coleccionar comic books es divertido, es diversión para todos. En los cómics puede pasar cualquier cosa, y a veces pasa. Puedes ves morir a tu personaje favorito sufriendo una muerte sangrienta, para que luego él, ella (o ello) vuelve, con una venganza nada menos. Todos coleccionan cómics por sus propias razones, para hacer dinero, para disfrutar de la lectura, porque les gusta el dibujo, como forma de relajarse y muchas más cosas. Aquí vamos a puntualizar algunas de las formas más populares de coleccionar cómics. También hablaremos de las tendencias en las que deberías fijarte durante los próximos seis meses. Estamos seguros de que tienes tú propia forma de coleccionar, así que vamos a comparar». Ay dios…

Sí, muchos de los tebeos comprados por quien quiera que hizo caso a este artículo acabaron precisamente así.

Hay tantas cosas que están mal solo en este planteamiento, que me dan ganas de dar por terminado el artículo y decir hasta mañana. Me encanta como ponen por delante de todo la especulación sobre cualquier otra motivación para coleccionar cómics, y como van enumerando razones más peregrinas hasta llegar a «coleccionar para relajarse y muchas más cosas». Que se les ve el plumero y nunca lo esconden, dándole la misma validez como coleccionista -que ya no lector- al que los mete en tumbas de metacrilato y podía estar invirtiendo tanto en cómics como en cromos o en sellos de vistas típicas de Vietnam. El resto del texto va en la misma linea, enumerando las distintas formas de coleccionar que se resumen en coleccionar personajes o autores, llegando a decir que «muy recientemente algunos dibujantes han empezado a probar a guionizar, solo el tiempo dirá si es algo bueno.» Yo te lo digo, dibujantes probando a guionizar hemos tenido desde los inicios del cómic, pero lo que estaba pasando en aquel momento no solo no fue bueno, fue nefasto y horrible. Excepto por Mike Mignola, pero estoy convencido de que ése no era el autor que tenía en mente el autor del artículo…

Hehehehe…

A partir de ahi habla de las estrategias de las editoriales para vender varias veces el mismo tebeo y que tú como colec… Especulador tienes que comprar. Enumera unas cuantas como las portadas con tinta metálica, bolsitas, portadas desplegables y demás barbaridades que llevaron a reventar la burbuja y de las que el medio todavía no se ha recuperado en EEUU, pero las legitima diciendo que el proceso creativo no puede vender el cómic por si solo y se necesita atraer a los coleccionistas con estas estrategias, igual que poner una portada especial en una basura de cómic no funcionaría (desafortunadamente aquí también se equivoca, porque el número 0 de Youngblood vendió como pan caliente). Tras esto, el artículo asegura que el mundo del cómic va a crecer exponencialmente durante los próximos seis meses, y que el negocio del cine se ha fijado en ello y hay montones de películas basadas en cómics que están en preparación. No destaca ninguna de ellas en particular, pero si es cierto que por la época se hicieron Batman, Dick Tracy, Rocketeer y The Phantom. Y nada más, porque el resto fue humo como los 4F de Roger Corman o todas las licencias que vendió Rob Liefeld que nunca llegaron a nada.

En realidad era mejor que no hicieran nada, el mundo todavía no estaba preparado…

A partir de ahi ya habla de los cromos deportivos, esos mismos a los que una burbuja de especulación les acababa de reventar y de la que ahora venían tantos nuevos especuladores de tebeos, dispuestos a gastar su dinero en basura hasta que reventara la siguiente burbuja y se fueran a comprar Beanie Babies (literalmente éso es lo que pasó, hasta hay una película producida por Ron Howard contándolo todo). El artículo sugiere que puede que los cromos, las trading cards de superhéroes, sean la siguiente burbuja, y que todo ese negocio relacionado llevará a la «industria» a nuevas cotas en las que nuevos coleccionistas accederán al mercado y tu podrás venderle lo que ya tienes muchísimo más caro (aunque en honor a la verdad, el artículo lo que dice es que ante esos nuevos coleccionistas «tú decides», pero el significado está claro). Y si he escrito todo esto con una sola página, espera que la siguiente se las trae…

Bienvenidos a la gran INFAMIA.

Porque estamos ante el primer Top 10 de Wizard, que con los años se haría famosa precisamente por esas listas mucho antes de que Internet y nosotros en los días vagos los popularizáramos de mala manera. En esta primera entrega, Wizard deja claro que para ellos son los cómics más demandados, otra vez en claro intento especulativo, poniendo como el cómic más buscado el número 1 de X-Force y su multitud de variantes de cartitas, porque resulta que para completar la última colección de trading cards de Marvel, necesitabas las cinco cartitas distintas que incluía en exclusiva el número 1 de X-Force, con lo que tenías que comprarte 5 ejemplares del mismo tebeo. ¿Decíamos antes que necesitabas que el cómic no fuera una mierda con una portada especial? Pues esto dejó claro que la calidad importaba una mierda, el mojón iba a vender igual.

Y sí, hasta que no abrías el cómic no sabias que cromito te habia tocado.

Lo siguiente que tenemos en la lista es el número 248 de Uncanny X-Men, con la triste primera colaboración de Jim Lee en la serie. Sí, fue el principio del fin y nadie diría que Lee estaba muy inspirado en ese cómic, pero ya se sabe que esta gente quiere vender su mierda y lo mismo hacen con el número 50 de Silver Surfer, a cargo de Jim Starlin y Ron Lim que, auqnue yo diría que es mejor cómic -sí, creo que hasta Ron Lim es mejor que Jim Lee, ¿pasa algo?- lo ponen tan alto simplemente por su relación con El Guantelete del Infinito. En la cuarta posición tenemos el 63 de Factor X, con los cómics aquellos que dibujó Portaccio para librarse de Nathan Christopher Charles Summers y mandarlo al futuro con la Askani esa. Luego con el tiempo nos dimos cuenta de que aquello era una historia planeada originalmente para Uncanny X-Men, y que tanto Louise Simonson como Claremont estaban luchando con uñas y dientes para que Portaccio no se acercara a los guiones de la serie, pero acabaron perdiendo la batalla. Puto Portaccio.

No tenía bastante Simonson con Liefeld en Nuevos Mutantes, como para tener que aguantar a este viniendo de su Castigador a cambiarle los uniformes a Factor porque sí. Y por cierto, que horror de hombreras que me lleva Jean, ¡puaj!

En la quinta posición -como no- tenemos la portada metalizada del número 1 del Spiderman de McFarlane, en lo que se podría considerar como el cómic de Marvel con peor guión de la historia hasta que llegó Scott Lobdell, y aun así tengo mis dudas. Lo curioso de la portada metalizada es que solo se vendía a librerías que hubieran vendido una cantidad de portadas normales, con lo que sí, se volvió escasísimo y con eso fomentaron la especulación -y los desmesurados pedidos de los libreros, que acabaron teniendo que comerse multitud de portadas normales- hasta la estratosfera. En la sexta posición tenemos la primera aparición de Cable en una serie que siempre mereció algo mejor, en la séptima el primer número de Starlin en Silver Surfer -para no ser una serie de mutantes lo estaba petando fuerte- y en el octavo el Motorista Fantasma número 15, un cómic de Howard Mackie, porque el bueno de Howard fue muy hot en su día.

Éra la época. La época del asco.

Tenemos que llegar a la novena posición de la tabla para encontrarnos un cómic de DC, New Teen Titans número 2 y la primera aparición de Deathstroke, siendo este con diferencia el cómic más antiguo de la lista y una demostración palpable de que DC todavía no le había sacado jugo al fenómeno especulativo… Que Wizard supiera. Finaliza la lista con el New Mutants número 100, otro cómic de infausto recuerdo… Y mira, mejor no recordarlo. Creo que voy a acabar por hoy y tomarme un valium, que me han venido demasiados malos recuerdos a la cabeza y cada vez estoy más seguro de que recordar esta revista siempre es mala idea…

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