Con el final de Krakoa a la vuelta de la esquina, una etapa que no puedo decir que me haya entusiasmado, quizás toca recapitular y hablar de las cosas positivas que encontré en esta era, que alguna que otra hubo aunque no tantas como me hubiese gustado. Y aunque sería fácil ser un poco cruel y decir que lo que más me ha gustado de Krakoa es que por fin se acabe, aunque sea cierto y me hubiese gustado que acabase antes, voy a ser justo, dejar ironías y sarcasmos a un lado y hacer lo que más me gusta hacer por aquí, hablar de las cosas que realmente me gustaron sin ningún orden en concreto.
EL REGRESO DE LA AUTÉNTICA BESTIA
Tras los destrozos que había sufrido la Bestia a lo largo de los últimos años a cargo de demasiados equipos creativos que se leyeron la Era de Apocalipsis, se fliparon, y decidieron que esa era la versión definitiva de Hank McCoy, el personaje fue cuesta abajo y sin frenos. Una tendencia en la que en los últimos años se cebaron especialmente, convirtiéndole en alguien completamente amoral e irredimible. Aunque esto al final parece que fue una estrategia para que no quedase más remedio que tirar de una vieja copia de seguridad de Cerebro y devolvernos a ese Bestia clásica que tantos añorábamos. Y aunque se puede debatir largo y tendido sobre si los resucitados de Krakoa son de verdad o son clones o si copias de seguridad guardadas en un ordenador son una persona de verdad, yo solo puedo decir que me alegro muchísimo de que a partir de ahora pueda reencontrarme con este personaje al que tanto cariño le tenía. Alguien para quien solo tengo dos deseos, que regrese a los Vengadores, y que los editores mantengan alejados a todos los equipos creativos que tengan la tentación de volver a llevarle por el mal camino, que con esto último tengo miedo porque ya sabemos que en el cómic de superhéroes muchas veces el peor momento de un personaje es lo que acaba definiéndole para demasiada gente a un lado y otro de la página.
MÍSTICA Y DESTINO SON LAS MADRES DE RONDADOR
De esto se podría decir que por fin se ha hecho justicia. Tras décadas de especulación sobre el auténtico origen de Rondador Nocturno, los años pasados hasta que se confirmó que era hijo de Mística, el despropósito de soltarnos que era hijo también de un mutante demonio malvado, etc., finalmente hace unos meses se hizo realidad aquella vieja idea de Claremont de que Kurt era hijo de Mística, sí, pero también de Destino. Un parentesco nada complicado dados los poderes de la primera, pese a lo obtuso de muchos lectores que pueden asumir que esta pueda transformar todo su cuerpo tanto para adoptar la forma de otra persona como para hacer crecer alas que le permitan volar, pero no que pueda dejar embarazada a otra mujer. Una revelación que debo reconocer que aún me sorprende que en Marvel se atreviesen a hacer realidad, pero que ahora que la tenemos aquí espero que hagan algo interesante con esa nueva y compleja dinámica familiar y que ya que estamos recuperen a Margali y a Amanda, aunque solo sea para que esto se vuelva un poco más culebronero.
S.W.O.R.D.
Cuando apareció el primer número de esta serie para mí fue todo un soplo de aire fresco, gracias a Al Ewing, Valerio Schiti y Marte Gracia por fin tenía una serie de mutantes cuya lectura disfrutaba y que esperaba con ilusión cada mes. A diferencia de lo que sucedía en muchas otras cabeceras, aquí los personajes eran coherentes con sus caracterizaciones clásicas, hablaban y actuaban como se suponía que debían hacerlo e incluso cuando había algún cambio este tenía sentido. Algo que debemos agradecerle a Ewing, que es uno de esos raros escritores que se molesta en conocer y respetar a los personajes que escribe. Durante su corta existencia se plantearon unas cuantas ideas interesantes, se expandió la conexión de los mutantes con el resto del Universo Marvel y disfrutamos de una antiheroína como Abigail Brand más maquiavélica que nunca. Y aunque fue una pena que esto acabase antes de un año, lo mejor estaba aún por llegar.
X-MEN: RED
Continuación directa de S.W.O.R.D. en muchos aspectos, Al Ewing, en esta ocasión junto con Stefano Caselli, siguió expandiendo sus ideas sobre lo equivocado que era que los mutantes se considerasen algo realmente aparte del resto de terrestres, exploró la psicología de algunos de sus personajes favoritos como Tormenta, Magneto y Mancha Solar y consiguió algo que yo creía imposible, que me importasen los mutantes de Arakko. Antes de esta serie, los Arakki en muchos casos no llegaban a ser ni personajes, eran arquetipos, una sociedad violenta nacida en unas circunstancias extremas que servía para poco más que decorado en las series de mutantes. Pero Ewing fue capaz de convertirlos en algo de lo más interesante, en dotar de voces propias e independientes tanto a los personajes que ya existían como a quienes creó para la ocasión y sobre todo en expandir lo que significaba ser Arakki. Este fue el cómic en el que pudimos ver cómo estos eran, pese a las apariencias, muchísimo más abiertos y tolerantes que sus camaradas terrestres o que esa filosofía que en la superficie parecía un simple refrito de las enseñanzas de Apocalipsis podía ser más profunda de lo que había sido hasta entonces. Y ahora con el fin de la era de Krakoa temo que estos personajes acaben pasando al olvido, y eso sería una auténtica tragedia, porque aún pueden dar muchísimo más de sí.
PEPE LARRAZ
Sin duda, el trabajo de Pepe Larraz a lo largo de varias series, desde el mismísimo comienzo de la Era de Krakoa en House of X, ha sido uno de los mejores aspectos de esta etapa. Un dibujante del que pese a conocer ampliamente su trabajo (desde los tiempos de su Kanan) y ser uno de mis favoritos del momento, sigue sorprendiéndome para bien con cada nuevo cómic que dibuja, tanto por su evidente espectacularidad que muy a menudo quita el aliento como por esa forma de saber aunar los aspectos más clásicos y modernos del cómic de superhéroes. Un talento enorme que cuando se combina con otros igualmente espectaculares como el de su colaborador habitual Marte Gracia, da como resultado unos cómics que se convierten en un puro espectáculo visual que ha sido capaz de hacerme disfrutar incluso de cómics cuyo guion me dejaba un tanto indiferente, y no hay muchos equipos creativos gráficos capaces de conseguir eso. Por ello me alegro muchísimo de que se le esté valorando como se merece y que podamos seguir disfrutando de su trabajo a todo lo largo y ancho del Universo Marvel, una trayectoria que espero que le lleve a dibujar las series de unos cuantos de mis personajes favoritos y que algún día haga realidad mi sueño de verles a él y a Gracia dibujar a la Legión de Super-Héroes.
Sí, no todo fue malo para mí en esta etapa, pero reitero que me alegro de que se acabe ya, y de paso admito que me da algo de pena que no lo acabe Hickman como él hubiese querido, ya que pese a que no soy su mayor admirador, tenía alguna que otra idea interesante que me hubiese gustado verle desarrollar y especialmente saber cómo hubiera acabado él con todo esto. Pero ahora lo que toca es mirar hacia el futuro y esperar a ver qué surge de esta nueva etapa de las cenizas de Krakoa, que aunque hay unos cuantos autores que me gustan mucho envueltos en el relanzamiento, que Brevoort esté al frente de los mutantes no me tranquiliza especialmente, pero tendremos que esperar y cruzar los dedos a ver qué sale de todo esto.