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City Hunter y la evolución de Tokyo

No hace tanto teníamos una conversación sobre manga aquí mismo y alguien dijo que City Hunter era un «guilty pleasure». Y claro, a mi me pareció mal decir que City Hunter era solo un «guilty pleasure», pero también entendí que un cómic sobre un mercenario que vive obsesionado con sus erecciones (mokkori) y que acosa a todas las mujeres (mokkori chan) que se le ponen a tiro como que es algo poco defendible hoy en día. Por no hablar de que el autor, Tsukasa Hojo, con los años ha ido relajando ciertas facetas del personaje, a pesar de que la cabra tira al monte y el personaje las seguía liando de vez en cuando. Por eso es curioso encontrarse con este trailer

Pues sí, bastante fiel.

Adaptación del manga sí, con referencias al anime -el tema principal del anime de los 80, Get Wild, está compuesto por TM Network, una banda que ha colaborado varias veces con el propio Hojo y son amiguetes- y recontando los orígenes del personaje, que bastante chungos son, a saber: Ryo Saeba (Coque en la traducción original del anime en españa, Nicky Larson en Francia que por algo hicieron su propia película) es una especie de leyenda urbana en el barrio deShinjuku de Tokyo, una especie de detective misterioso al que solo se le puede contratar escribiendo las letras XYZ en una pizarra de una estación de metro. Cuando su socio en el negocio -porque tiene que tener un socio (Hideyuki Makimura) para estas cosas porque Ryo es un desastre para esas mismas cosas- es asesinado, Ryo se ve forzado a trabajar con Kaori Makimura (Julia Makimura), la hermana de Hideyuki, tratando de vengar la muerte de su hermano y de refrenar los impulsos más bajos de Ryo, que se empeña en aceptar encargos solo de señoritas de buen ver.

Sí, Ryo era muy impulsivo.

City Hunter fue uno de los grandes mangas de la edad de oro de Shonen Jump, allá en los 80, y mezclaba una acción más «adulta» de la que ofrecían sus contemporáneos combinada con chistes verdes y golpes de mazo gigante. Hay que entender que Ryo era hijo de su tiempo, y compartía aficiones con el Mutenroshi de Dragon Ball o el Happosai de Ranma; el hecho de que la vida de Ryo transcurriera en un escenario de serie negra basado en el mundo real hacía que se enfrentara a situaciones bastante más controvertidas y emitiera juicios de valor respecto a ciertos grupos sociales que en otros contextos ni se trataban ni se daban, con lo que al mojarse, City Hunter acertaba o se equivocaba y con ese lastre cuenta hoy en día. Lo que está claro es que City Hunter fue un exitazo no solo en Japón o Francia, si no también en Hong Kong, Corea del Sur y buena parte de Asia, dando lugar así al City Hunter de Jackie Chan y otras adaptaciones.

Esta adaptación es más famosa por su homenaje a Street Fighter que por ser una película de City Hunter.

Hojo terminaría City Hunter en 1991, pero retomaría el personaje en Angel Heart, una nueva serie que ya no se publicaba en la Shonen Jump de Shueisha si no en Weekly Comic Bunch, una nueva revista creada para una nueva editorial fundada por antiguos trabajadores de Shonen Jump. Fue en cierto modo una «pequeña Image» al contar con autores como el propio Hojo o Tetsuo Hara, pero al no contar con otras vacas sagradas del momento solo duró diez años, que ya es bastante. Angel Heart continuaba la historia del original con la hija adoptiva de Ryo Saeba, en una historia que supuestamente estaba situada en «una realidad paralela» pero que aunque en su planteamiento intentaba alejarse del original, con el tiempo volvió a ser un City Hunter con todas las de la ley y hasta Ryo volvió a recuperar todo el protagonismo de buena parte de las historias. Para entonces Hojo había evolucionado como autor y mantenía un dibujo mucho más naturalista, excesivamente para mi gusto, pero en su evolución hasta el cierre de la serie en 2017 pudimos ver claramente como volvió a soltarse y acabó demostrando lo pedazo de dibujante que es, con unos personajes cada vez más expresivos y desplegando las esencias de un autor capaz de mezclar el drama y el slice of life con la comedia más gamberra, en un trasfondo de la serie negra.

Es otro mundo.

Y seguramente sea precisamente el aspecto gráfico de la serie el más interesante, porque la nueva serie no deja de ser más irregular al forzar historias dramáticas que no acaban de ser el fuerte de Hojo como guionista; cuando pasamos de conspiraciones para conquistar pequeños paises o historias de detectives tradicionales a la dramática historia de un yakuza que se ve obligado a abandonar a su familia por los líderes de su triada y que trata de reconectar con ella cuando le es diagnosticado un cáncer terminal para encontrarse con que su hija pequeña ahora es una monja a la que no se atreve a revelar su identidad, como que la cosa se pone tan dramática que yo personalmente empiezo a aburrirme, y éso no hay escena de Ryo Saeba liándola que lo arregle. Angel Heart es Hojo haciendo lo que le viene en gana, mucho más romanticón y moñas sí, pero de vez en cuando te saca personajes como el Camaleón y te devuelve a los viejos tiempos.

Otra enferma terminal que quiere reconectar con su amado que está en prisión y blablablabla.

Por eso es curioso volver a ver una adaptación de City Hunter, un personaje tan poco «family friendly» que algunos pensarían desterrado al pasado. Siempre en esa frontera entre el shonen y el seinen, el cómic juvenil y para adultos, City Hunter nunca llegó a abrazar del todo su identidad como cómic de «humor adulto» más que en los chistes verdes, pero a pesar de los martillos gigantes y demás exageraciones, no deja de ser un cómic que hablaba del Tokyo de los 80, de la evolución de la sociedad japonesa durante todos aquellos años. El propio Hojo en series como Family Compo ya exploró la transexualidad en un momento en el que siempre se pasaba de puntillas por el tema, pero a la vez te coloca auténticas escenas bastante sonrojantes en Angel Heart con delincuentes que se traumatizan por verle el pene a una señora. Es otra cultura, es el aprendizaje de una sociedad a mejorarse a si misma y Ryo Saeba no deja de ser un testigo de todo ello, aunque en el fondo solo sea un depravado obsesionado con sus erecciones que en toda su vida solo amó a una mujer.

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