Yo podría hablar hoy del desastre de proporciones épicas que ha sido la serie de Secret Invasion, pero como no quiero hacerme mala sangre mejor hablar de otro tipo de invasión que me ha provocado unas sensaciones radicalmente opuestas, la “invasión” de la USS Enterprise por parte de un par de ilustres miembros de la tripulación de la USS Cerritos. Y es que el domingo pasado se estrenó por sorpresa una semana antes de lo previsto el episodio de Star Trek: Strange New Worlds en el que Pike y compañía recibieron la visita del futuro de Boimler y Mariner de Star Trek: Lower Decks, un episodio por el que tenia unas expectativas altísimas pero que no solo las ha cumplido todas sino que las ha superado con creces. Pero cuidado a partir de este punto porque hay una cantidad moderada de SPOILERS.
Yo admito que los crossovers me encantan (dentro de un orden), supongo que es culpa de haberme criado con cómics de superhéroes, pero la idea de ver aparecer en una serie a personajes de otra siempre me ha fascinado y eso es algo a lo que Star Trek no ha sido ajena precisamente. A lo largo de sus varias décadas de historia son muchos los personajes que han dado un salto de una serie a otra, a veces de forma puntual como cuando Kirk y Picard unieron fuerzas en Generations o de forma mas extensa cuando Worf y O’Brian dejaron la Enterprise-D para instalarse en Espacio Profundo Nueve. Una tradición que la moderna Star Trek ha continuado, habiéndonos encontrado con Seven of Nine de Voyager viviendo aventuras con la vieja tripulación de The Next Generation o con el debut de la tripulación de Strange New Worlds en la serie de Discovery. Pero este crossover que hoy nos ocupa era algo especial, porque se trataba de unir los caminos no solo de las que para mi son mis series favoritas de la franquicia (con permiso de la serie original y de la ultima temporada de Picard) sino que se trataba de juntar los mundos de una serie de animación con un humor muy paródico con otra de imagen real, y eso era algo que podía haber salido muy mal…
Pero hasta ahora ambas series han mantenido un nivel altísimo en todos los niveles y el resultado de este crossover ha estado a la altura. Algo que se ha debido en buena medida a la buena sintonia entre los responsables de ambas series para que el cruce entre sus personajes fuese lo mas natural posible. A esto ha ayudado mucho que Strange New Worlds es una serie sin complejos en la que hasta ahora su equipo creativo ha sido capaz de equilibrar a la perfección diferentes tonos y temáticas, unos mas serios que otros, permitiendo que un crossover como este no desentonase para nada dentro de la serie. Y tampoco ha hecho daño que tanto Jack Quaid (Brad Boimler) y Tandy Newsome (Beckett Mariner) son muy buenos actores y se parecen bastante a sus personajes animados y que para la dirección de este episodio tan especial han contado con todo un veterano de la franquicia en mas de un sentido, Jonathan Frakes.
El resultado ha sido uno de mis episodios favoritos de la serie, si no el que mas y que parte de una premisa que difícilmente podría ser mas clásica, con la activación de un misterioso portal temporal abandonado en un mundo deshabitado por el que caen algunos de los personajes (como ya sucedía en The City on the Edge of Forever) Este homenajear al pasado con tantísimo cariño que es marca de fabrica de ambas series pero especialmente de Lower Decks (sobre todo el que los homenajes sean descaradísimos) ha sido una constante a lo largo de todo el episodio, pero nada sorprendente teniendo en cuenta la pasión y el respeto por Star Trek que sienten todos los responsables de este episodio tanto delante como detrás de las cámaras.
Porque esto podría haberse convertido en una simple sucesión de chistes mas o menos divertidos llenos de guiños a los fans y poco mas, pero el resultado ha sido un gran episodio que se pasa en un suspiro y que refleja a la perfección todo lo que hace grande Star Trek. Esa aspiración hacia un futuro mejor que fue una parte fundamental de la serie original siempre esta aquí presente gracias a que Boimler y Mariner son como son y les cuesta mucho que no se les escapen cosas sobre el futuro a sus camaradas del pasado, pequeños atisbos de lo que esta por venir que permite a la tripulación de la Enterprise darse cuenta de que efectivamente las cosas van a ir a mejor.
Aunque esa curiosidad por el futuro no es nada comparada con la pasión por el pasado que da pie a que estos visitantes inesperados actúen como niños pequeños fascinados por esa época que solo conocen por los libros de historia y que refleja tan bien a la de los fans de la franquicia. Algo que ha ido mas allá de sus personajes, ya que Quaid y Newsome adoran la serie (especialmente ella) y esa fascinación casi infantil era tan real que provocó que Newsome rompiese muchas piezas del decorado porque estar en la Enterprise, aunque no fuese del todo la clásica, le hacia querer tocar todo lo que estaba a su alcance.
Porque ellos han sido con diferencia lo mejor del episodio, especialmente la forma tan natural en la que han encajado al dar el salto a la imagen real. Ya había comentado que el que los actores se parezcan lo suficiente a sus personajes ha ayudado mucho a esto, pero el trabajo que han realizado para esta transición a todos los niveles ha sido admirable. Y es que aunque ambos llevan ya tres años y pico dando vida a estos personajes, el pasar de ponerles solo la voz a interpretarles de cuerpo presente no ha debido ser del todo fácil, especialmente dado el tono tan diferente de ambas series. Pero como ya he dicho el resultado ha sido de lo mas natural, ambos han sido capaces de trasladar a la perfección el lenguaje corporal de sus personajes a la imagen real, suavizando un poco este así como sus voces para encajar mejor pero sin perder sus identidades, lo que les hace únicos, consiguiendo que en algún momento lleguemos incluso a olvidar que estos no siempre han sido de carne y hueso.
Y dejando a un lado lo bien ejecutado que ha sido este salto de un medio a otro y lo bien que encajan en cierto modo Boimler y Mariner con el mundo de Strange New Worlds, es necesario hablar también de la forma en la que “no encajan”. Los propios actores han descrito a sus personajes en entrevistas a raíz de este crossover como agentes y bombas del caos, algo que cualquier que haya visto Lower Decks sabe lo cierto que es (y quienes no la hayan visto aun que corran a hacerlo, que es una serie buenísima y su cuarta temporada esta a la vuelta de la esquina) y que aquí se ha dejado sentir a cada rato. Una incapacidad para estarse quietos o callados, su “fanboyismo” hacia la tripulación de la Enterprise (necesito ver mas de esta amistad entre Boimler y Spock) y esa habilidad única por meterse en líos sin pretenderlo del todo que tan bien conocemos los que disfrutamos de su propia serie, que han provocado que Pike llegase a decir que se sentía como si estuviese cuidando de unos bebes que trataban de tirar todo los muebles al suelo, un sentimiento que demasiado a menudo la Capitana Freeman de la Cerritos ha experimentado (y que pena que ella y Pike no hayan llegado a conocerse).
Si tuviese que señalar algo negativo de este crossover seria que me ha sabido a muy poco y desearía que hubiese sido al menos un episodio doble. Pero espero que esto no haya sido mas que un primer paso y que en el futuro nos encontremos mas episodios como este ya sea con los personajes animados dando el salto a la imagen real o viceversa, que las posibilidades son enormes y yo necesito ver a Boimler y Mariner desatando el caos a bordo de la Discovery, visitando el futuro de Picard o de gira con Q por los mejores momentos de la historia de la franquicia. Pero mientras tanto alegrémonos de que Star Trek esta viviendo ahora uno de sus mejores momentos en los que episodios como este son posibles.