Estos días seguramente hayáis visto algunas noticias desperdigadas por toda internet, contando algunos anuncios repartidos entre Marvel Studios, Lucasfilm y Disney propiamente dicha. Como no y como suele ser habitual, todas esas noticias vienen todas de una misma fuente, una misma charla que dio el jefe del consejo de administración de Disney Bob Iger, que tras dos años de amargarle la existencia a su sucesor -elegido por él mismo, ojo- Bob Chapek ha decidido volver a ponerse al cargo de la corporación Disney a principios de este año. Dicen los rumores que tenía pensado presentarse a presidente de EEUU en 2024 una vez Trump hubiera agotado su segundo mandato, pero la cosa no funcionó… Pero vamos a lo importante y dejémonos de cotilleos.
Lo primero que sacamos en claro de la charla del bueno de Bob es que la guerra de plataformas de streaming era un pelín contraproducente; eso de que cada gran estudio tenga su propia plataforma es algo insostenible, porque la idea en un principio era que el consumidor se abonara a varias de las plataformas -de ahí el precio «reducido»- pero no es eso lo que está pasando, porque el personal está apuntándose y desapuntándose de cada plataforma y no se queda en el largo plazo, no haciéndolas viables -o más bien, no dejándoles ganar todo el dinero que les gustaría, porque tenían unas expectativas muy altas respecto al crecimiento de los suscriptores y la cosa se ha congelado casi por completo, traduciéndose en unas pérdidas de mil millones para la compañía durante el último trimestre del año pasado; estaban gastando mucho dinero para que vinieran los suscriptores y ya dan por hecho que no van a venir, que han llegado al tope del mercado. Chapek dice que eso tiene que cambiar y, aparte de despedir 7000 empleados para reducir «los costes operacionales» -habría que ver ese reparto de beneficios de Disney del pasado ejercicio- ahora dice que van a cambiar de estrategia.
De entrada está lo de que todos habéis oído ya, que van a hacer menos series de Marvel y Lucasfilm. Se veía venir, sobre todo porque la calidad de las películas de Marvel había bajado -y no, no de forma abismal, que en internet parece que todo es blanco o negro y todavía no he visto un desastre como el de la última de Abrams- y hasta en ciertos aspectos técnicos las series no estaban al nivel de lo que veníamos viendo. El supervisor Kevin Feige tendrá más tiempo para supervisar y es de esperar que la cosa vuelva a su cauce, sobre todo cuando se ha anunciado que ya no va a hacer su película de La Guerra de las Galaxias. Que ésa es otra, por parte de Lucasfilm se cancela ya definitivamente la mencionada y la Rogue Squadron de Patty Jenkins, que con la tontería lleva barajando esta película y Wonder Woman 3 desde 2020 y todavía no ha sacado nada nuevo. Queda entonces solo la película de Taika Waititi -que ahora mismo es bastante comercial, digan lo que digan sus detractores- más la futurible de Rian Johnson, que ya se ha dicho que mientras esté haciendo sus puñales por la espalda no piensa ponerse con ella, que está muy cómodo con ello y en Lucasfilm no hay prisa. Pocas películas en el horizonte mediante las que se quiere devolver a Star Wars al cine como evento, sirviendo como plataforma publicitaria para las series. Pasa lo mismo con Marvel, que quieren hacer menos series -y seguramente menos películas- para devolverle prestigio a la franquicia, que de un tiempo a esta parte sus detractores se están cebando pero bien.
Lo que le va a importar al suscriptor de Disney+ es que Iger tiene muy claro que han dejado «demasiado barato» el precio de la suscripción y que «estamos aprendiendo más sobre como ajustarlo de forma adecuada». Vamos, que lo van a subir en cuanto puedan, pero de momento no se atreven porque están a la espera del batacazo definitivo de Netflix y ver como la salida de SkyShowtime a nivel internacional afecta el mercado; en realidad absolutamente todas están deseando subir el precio y la única que se ha atrevido a hacer algo al respecto es Netflix con su polémica política de prohibir el compartir cuentas, cosa que se ha puesto en marcha prácticamente hoy y que todavía está por ver como les sale. Si les sale bien, lo copiarán todos los demás y seguramente podremos olvidarnos de momento de la subida de cuotas, si les sale mal alguien tendrá que subir aun más las cuotas -seguramente HBO, porque Netflix lo mismo se va al hoyo- y las demás verán como sale. Aunque también puede Disney+ o Amazon Prime abusar de su posición de poder y subirlas ellos, porque a priori son las que mejor pueden permitirse el batacazo.
Y luego llega la parte de la «caída del caballo»: Iger se ha dado cuenta de que el vender películas en formato físico les daba dinero. Montones de películas de Disney y Pixar eran regaladas en navidad, un regalo la mar de socorrido para los críos, y aun así tú vas ahora a unos grandes almacenes y en el mejor de los casos si tienen sección de películas… Porque en el peor las han quitado. Que te compras una película en Amazon y te llega una versión pirateada, que en España directamente no hay mercado de cine doméstico. Si un gigante como Disney busca reconquistar el formato físico, tal vez le de por sacar sus películas en jugueterías, que las cuelen si hace falta en la sección de electrodomésticos, porque hasta los videojuegos en formato físico también están empezando a languidecer. Iger no ha prometido nada más que «están mirándolo», pero hay que tener en cuenta que su antecesor, Chapek, veía ese mercado como una reliquia y, al igual que Iger, pensaba que el streaming les daba el control completo sobre sus películas, porque les permitía ponerlas a disposición del consumidor solo cuando ellos querían. Como cuando retiraban del mercado sus películas clásicas solo para poder reestrenarlas unos años después y cobrarlas como estrenos.
En resumen, que van a subir la cuota, que seguramente vayan a reducir los contenidos de Disney+ -Iger comparte la inquietud de Zaslav cuando se dió cuenta de que los suscriptores «solo consumen un 30% del material disponible»- y seguramente veamos el panorama actual casi con nostalgia, porque tiene toda la pinta de que, lejos de aumentar la oferta de «clásicos», van a reducirla muchísimo más para continuar la política de «rotaciones» ya mencionada. Que igual, solo igual, se implican en recuperar el formato físico y lo traen de vuelta, pero a priori al mercado español lo dan por perdido y hasta aquí han llegado. De sus planes para sus editoriales (Marvel) ni mú, aunque se ve clara la intención de diversificar y se aleja el fantasma de convertirla poco menos en una generadora de Webtoons como muchos se temían… En fin, que podemos darnos con un canto en los dientes.