Lo he dicho por aquí a menudo y sin duda lo diré unas cuantas veces mas, ya no me fio nada de los grandes eventos del cómic de superhéroes. Demasiadas malas experiencias han provocado que de entrada ya no confíe en absoluto en como van a salir estas cosas ni siquiera cuando al frente se encuentran equipos creativos que me encantan. Pero por suerte aun hay de vez en cuando eventos que consiguen escapar de esa nefasta tendencia y ofrecer un espectáculo divertido de la vieja escuela como ha sucedido con el A.X.E. – Judgment Day, en el que Kieron Gillen, Valerio Schiti y Marte Gracia han conseguido no solo sorprenderme sino engancharme. Y como ya hemos llegado al ecuador del evento y este no solo sigue manteniendo el buen nivel sino que lo esta subiendo, parece medio seguro reseñar lo que nos podemos encontrar. Y aunque voy a tratar de mantener los SPOILERS al mínimo inevitablemente caerá algo, así que mejor estar prevenidos.
Como decía antes las malas experiencias pasadas han conseguido que cuando se anuncie un nuevo evento me tema lo peor incluso en casos como este, en el que la historia partía de la etapa de los Eternos de Kieron Gillen y Esad Ribic (uno de los pocos cómics que han conseguido que estos personajes me importen) con Gillen llevando el timón de la misma junto con Valerio Schiti y Marte Gracia y teniendo de co-protagonistas a los Mutantes a los que también escribe en Immortal X-Men (le falta encargarse de los Vengadores y espero que lo haga en el futuro cercano). Pero pese a todo y que Gillen es uno de los guionistas actuales a los que mas respeto y admiro, me temía lo peor, temía que este A.X.E. – Judgment Day seria lo de siempre, buscar una excusa para que Vengadores, Mutantes y Eternos se pegasen entre si (y eso que no había ningún VS en la portada) traicionando la caracterización de mas de un personaje hasta que al final del evento decidiesen unir fuerzas para derrotar a alguna amenaza común. Pero no debí dudar de Gillen.
Y es que aunque el punto de partida es que los Eternos han decidido que los Mutantes entran en la categoría de Desviantes y que sus recientes avances en Krakoa, especialmente sus protocolos de resurrección, que con ello han cruzado todos los limites y que tienen que acabar con ellos, la cosa tiene truco. Cuando comienza el evento nos encontramos con que no son “LOS” Eternos quienes quieren acabar con los Mutantes, sino la actual facción al mando frente a la cual se encuentra el traicionero Druig, que los eternos “clásicos” (los principales de toda la vida, los que salían en la película) se oponen a ese plan y los Vengadores al enterarse de lo que esta sucediendo no dudan un instante en ofrecer su ayuda tanto a los Mutantes como al grupo de los Eternos decentes para evitar un genocidio.
Por suerte para todos Gillen ha optado por el sentido común. y ha ignorado los tópicos de este tipo de eventos (los mal llevados al menos) para ser consecuente con los personajes, su historia y su caracterización. El cómic esta repleto de momentos en los que los personajes son ellos mismos, algo que debería ser lo lógico, pero que a mi a veces aun me sorprende. Siendo uno de mis ejemplos favoritos como en el primer numero, tras unas pocas paginas de desconfianza entre Vengadores y Eternos por como estos últimos lidiaron con cierta amenaza en su propia serie, el Capitán América interrumpe el interrogatorio al que esta sometiendo Iron Man a Sersi para recordarles que ella además de Eterna es también es una Vengadora y deberían confiar en ella, consiguiendo que ella deje de estar a la defensiva y confíe a su vez en sus viejos camaradas. Y es triste que alto tan sencillo y tan obvio me alegre tanto, pero como decía, son muchas malas experiencias.
Como este hay muchos otros momentos similares a lo largo de lo que llevamos de evento en el que se nos recuerda que los eventos pueden hacerse bien, como cuando los Vengadores ofrecen su ayuda a Krakoa y la reacción de Cíclope es confiar en el Capitán América, o cuando Krakoa decide actuar por su cuenta para poner fin a la amenaza ni ellos ni los Vengadores consideran a los otros sus enemigos ni por un instante. Los personajes son fieles a si mismos, actúan como gente que se conoce desde hace mucho, que han luchado codo con codo y que saben que pueden confiar en las buenas intenciones de los otros. Un mensaje que Gillen refuerza con ese momento final del tercer numero en el que nos recuerda que los lazos entre Vengadores y Eternos son mas estrechos de lo que a veces parece y que deja claro sin lugar a dudas que la única forma en la que todo esto se va a solucionar es trabajando todos unidos.
En estos tiempo que corren en el que a veces parece que abunda una visión cínica y miserable del mundo, con una parte del publico demasiado vocal que insiste en que los superhéroes deberían ser como los que encontramos en The Boys, seres egoístas, brutales y violentos que utilizan sus poderes en su propio beneficio, porque eso seria lo “realista” se agradece muchísimo que exista un cómic. Un cómic que nos recuerda que los superhéroes. son precisamente todo lo contrario, que son personajes que deberían inspirarnos a ser mejores personas, a trabajar unidos contra las autenticas amenazas del mundo. Y lo mejor es que este cómic consigue eso con una historia que respeta a los personajes y que esta repleta de acción superheroica clásica de la buena.
Algo que no seria lo mismo sin el espectacular trabajo de Valerio Schiti y Marte Gracia, quienes ya se encargaron de dibujar y colorear respectivamente uno de mis eventos favoritos recientes, Empyre, y que aquí se encuentran en plena forma. Schiti se desenvuelve como quiere tanto en los momentos mas relajados de la historia como dando vida a la acción mas espectacular, consiguiendo a menudo que uno casi pueda seguir la historia sin necesidad de los diálogos porque el lenguaje corporal de los personajes habla por si mismo.
Por su parte Marte Gracia demuestra en cada pagina porque se ha convertido en uno de mis coloristas favoritos del momento. Cuando es necesario su trabajo es tremendamente natural y autentico, en otras instancias se convierte en un espectáculo deslumbrante que casi dan ganas de ponerse unas gafas de sol, y además recurre en momentos puntuales a ciertos trucos de la profesión que se habían dejado un poco de lado, como el recurrir al coloreado monocromático para dar mayor énfasis a ciertos momentos. Un trabajo que se complementa a la perfección con el trabajo de Schiti y que espero que sea una colaboración que se alargue mucho en el tiempo.
Se que es posible que esto descarrile de aquí al final del evento y que Diógenes vendrá corriendo a los comentarios con su manido comentario de siempre, pero visto lo visto hasta ahora este A.X.E. – Judgment Day me da muy buena espina y tiene todas las papeletas para convertirse en un ejemplo a seguir para los próximos eventos, algo que nos vendría bien a todos, ya que si las editoriales nos van a saturar con un par de estos al año, que al menos sean una lectura divertida que apetezca repetir.