Tras repasar con lupa la nueva normativa del blog establecida por Diógenes, buscando algún resquicio legal que me permitiese hablar de lo que me gusta sin encontrarlo, no me queda mas remedio que rendirme una vez mas ante el Pantarujismo que nos doblega y hablar de algo adyacente. Y es que si que se me permite hablar de manga siempre que este contenga los elementos que le gustan a Diógenes, por lo que este Japan de Buronson y Kentarō Miura que nos muestra un futuro casi sin esperanza y alguna mujer desnuda que otra encaja a la perfección con su visión maniqueista del mundo.
Un yakuza enamorado y su mejor amigo han estado siguiendo por medio mundo a la periodista de la que el primero se ha enamorado perdidamente, pero cuando se encuentran en Barcelona un abismo se abre bajo sus pies y ellos, junto con un grupo de jóvenes turistas japoneses aparecen ante una bruja que les profetiza que Japón va a desaparecer como le sucedió a otros pueblos en el pasado. Y ante la negativa de estos a creer en sus palabras esta les envía a un no muy lejano y desolador futuro en el que diferentes desastres naturales y provocados por el ser humano han convertido la tierra en un desierto en el que gobierna la ley del mas fuerte y donde estos japoneses, ahora sin nación, tendrán que encontrar la forma de sobrevivir.
Si, este es el delirante argumento de Japan, un manga con tintes nacionalistas en el que Buronson y Kentarō Miura (quienes ya habían trabajado juntos en Oh-Roh en 1989 y su secuela Oh-Roh-Den en 1990) además de reivindicar el orgullo de su país, nos dejan ver huellas nada disimuladas de las obras mas populares de ambos. Cuando este manga se publicó en la revista Young Animal en 1993 se había cumplido el décimo aniversario del Puño de la Estrella del Norte (cuya publicación había terminado en 1988) que había realizado junto con Tetsuo Hara, un manga cuya ambientación postapocalíptica es tan similar a la de Japan que uno casi espera ver aparecer a Kenshiro por aquí. Kentarō Miura por su parte había comenzado la publicación de su Berserk en 1989 (tras la publicación un año antes de Berserk: The Prototype, una versión previa de su famosa obra). E incluso conociendo superficialmente este manga es difícil no encontrar ciertas similitudes entre el yakuza Yashima de este Japan y Guts, el protagonista de Berserk. Y de esta especie de “crossover temático” surgió este peculiar manga que sin llegar a ser una de las grandes obras del manga si que es una lectura muy divertida.
Con un comienzo digno de un manga romántico, con ese yakuza gigantesco y torpe perdidamente enamorado de Yuka, la periodista, la trama no tarda en dar un giro argumental de lo mas radical para soltarles en medio de una Barcelona postapocalíptica (si, tal y como suena) mas propia de Mad Max y del Puño de la Estrella del Norte (que vienen a ser casi lo mismo) en el que sus protagonistas se encuentran con una muy cruda realidad. Durante el colapso de la civilización ocurrido en el transcurso del cambio de siglo, en el que el cambio climático, desastres nucleares, lluvia ácida y demás tragedias arrasaron con el mundo, Japón y sus políticas económicas fueron vistos como uno de los principales culpables de dicho colapso (y si odian a los japoneses que opinaran de los estadounidenses).
Un desastre del que ellos mismos fueron uno de los mayores perjudicados, convirtiéndose Japón en un lugar inhabitable del que sus habitantes tuvieron que huir convirtiéndose en refugiados sin patria odiados en todos los lugares en los que trataban de instalarse. Convertidos en menos que ciudadanos en lo que ahora se conoce como Neo Europa, los japoneses demasiado viejos o enfermos para trabajar y los niños languidecen en campos de refugiados en condiciones infrahumanas mientras que los hombres son esclavizados y las mujeres prostituidas. Esto desata la furia de Yashima, quien se niega a aceptar el estado del mundo (y que quieran abusar de su amada) y casi sin pretenderlo inicia una rebelión, inspirando a los desheredados a seguir su ejemplo y sublevarse contra sus tiránicos amos.
Como se puede apreciar la historia de Japan es de lo mas simple y podría ser el argumento de cualquiera de los innumerables plagio descarados de Mad Max que llenaban las estanterías de los videoclubs de los ochenta. Pero si uno puede dejar de lado cualquier tipo de pretensiones y dejarse llevar por esa simplicidad, lo que nos encontramos es un manga bastante divertido y repleto de acción que se lee de un tirón (y se trata de un único tomo auto conclusivo) en el que se pueden encontrar algunos puntos interesantes.
Pese a toda la enajenación y la hiperviolencia que rodea Japan, en el centro de la historia se encuentra una critica muy directa a ese capitalismo desbocado que cada día parece acercarnos mas a ese futuro que retrataron aquí Buronson y Miura. Y es que aquí no hubo una guerra nuclear que acabase con la civilización, sino que fue una destrucción lenta y sistemática provocada por el ser humano. La destrucción de la capa de ozono, la aceleración del cambio climático, la aniquilación de ecosistemas que acabaron con la flora y la fauna creando hambrunas y desastres nucleares (recordemos que esto se publico solo siete años después del desastre de Chernóbil) que acabaron con lo poco que quedaba. Por lo que dentro de esa enajenación encontramos un mensaje claro de que hay que poner freno a todo eso antes de que sea demasiado tarde, algo que treinta años después de la publicación de este manga sigue sin entrarle en la cabeza a muchos.
También resulta curioso que aunque el manga tiene cierto tono nacionalista, especialmente a través del orgullo que siente el protagonista por su país, este es un nacionalismo bastante peculiar. Si, Yashima adora su país, esta tremendamente orgulloso de ser japonés y le duele en el alma como sus compatriotas son tratados. Pero pese a ello no busca limitarse a reunirles y refundar con ellos su país, sino que busca crear una nación en la que quepa todo el mundo independientemente de su origen, su raza o su clase, en la que lo único que tienen en común es su deseo de ser libres y de crear una sociedad mas justa. Un «nacionalismo» realmente diferente del que habitualmente tenemos la desgracia de sufrir en el mundo real.
Además este manga sirve para descubrir a un primerizo Kentarō Miura, quien cuando dibujo esto contaba con apenas veintiséis años de edad. Su estilo aquí aun estaba muy verde, las proporciones de sus personajes a veces se le iban de las manos y algunas caras es mejor no mirarlas con demasiada atención. Pero ya apuntaba maneras, su manera de retratar la acción y la violencia era de lo mas prometedora y se podían apreciar los cimientos de todo el talento que acabaría desplegando en Berserk (un manga que me tengo que leer entero de una vez), siendo este Japan un triste recordatorio de lo trágico e injusto que fue que Miura falleciese con tan solo cincuenta y cuatro años de edad el pasado año.
Como decía mas arriba Japan no es uno de las grandes títulos del manga ni una obra fundamental del mismo y probablemente tampoco el mejor para adentrarse en este mundo. Pero Japan es un tomo único muy cafre y divertido en el que dos grandes del manga debieron pasar un buen rato poniendo sobre el papel esta gamberrada hiperviolenta con un mensaje progresista que uno no espera encontrar en un titulo así. Por ello no puedo dejar de recomendarlo para quienes quieran pasar un buen rato y descubrir que pese a lo que Diógenes no se cansa de repetir, el manga tiene mucho que ofrecer.