Desde que hace unos meses me dio por reconectar de nuevo con el manga y el anime he descubierto un montón de grandísimas series (y no, no todas BL) , pero pocas me han impactado tanto como Fumetsu no Anata e/To Your Eternity. Una serie que trata sobre lo que es ser humano y mortal y que pese a transmitir un mensaje optimista, de forma consistente destroza las emociones del espectador episodio a episodio de la mejor forma posible. Una serie cuya primera temporada finalizo este lunes (afortunadamente esto fue seguido por el anuncio de su segunda temporada para el año que viene) y cuyo descubrimiento quiero compartir por aquí.
Hace mucho tiempo un misterioso orbe viviente e inmortal, que poseía la capacidad de adoptar cualquier forma, llegó a la tierra. Allí paso años en diversas formas inanimadas hasta que tras adoptar la forma de un lobo moribundo conoció a un chico que vivía aislado en una aldea abandonada y que le confundió con su mascota. Gracias a ese chico este misterioso ser comenzó a entender lo que suponía estar vivo y tener sentimientos, y siguiendo su ejemplo se embarcó en un viaje a lo largo y ancho del mundo aprendiendo todo lo posible de todos aquellos con los que se fue encontrando y descubriendo cual era el propósito de su existencia…
Tengo que reconocer que lo primeo que me llamo la atención de esta serie fue la curiosa similitud de la premisa de este anime con la película de Starman que dirigió John Carpenter en 1984, en la que un artefacto de otro mundo (no exactamente un orbe pero casi) también llegaba a la tierra, acababa duplicando la forma de un humano y torpemente trataba de adaptarse a vivir como uno. Pero tras estas similitudes superficiales (que no se si son casualidad o un homenaje) me encontré con una serie que me dejo atrapado desde su primer episodio, un comienzo que aunque casi me dejo emocionalmente destrozado, también me dejo con unas ganas tremendas de saber lo que sucederla después.
Y lo que sigue después. en esta serie, basada en el manga del mismo nombre creada por Yoshitoki Ōima y que publica en España Milky Way Ediciones, es el viaje de este ser por el mundo, empapándose de todo lo que le rodea como una esponja. Un personaje que durante los primeros episodios no tiene ni nombre ni apenas personalidad, es algo que se mueve sin rumbo fijo, escapando o siguiendo aquellos a los que se va encontrando sin que ni el mismo sepa si esta buscando algo.
Pero a medida que este ser, al que acabaran apodando Fushi, va aprendiendo de quienes le rodean y vamos descubriendo junto con el un poco mas sobre su origen y propósito, descubrimos en este a un personaje que pese a su origen y extrañas habilidades es en ocasiones tan humano o mas que muchas de las personas a las que ira conociendo en su viaje. Un viaje en el que aprenderá todo lo bueno y lo malo que puede ofrecer la humanidad y que, como ya dejaba claro su primer episodio, no va a estar exento demasiado a menudo de momentos en los que sufriremos junto con el.
Sin embargo no hay que escarbar demasiado bajo la tragedia que en ocasiones parece perseguir a Fushi para ver que el mensaje de esta serie es eminentemente positivo. Si, a veces suceden cosas malas, horribles incluso, pero Fushi, sin duda siguiendo el ejemplo de aquel chico que fue el primero en mostrarle lo bueno que podía ofrecer la humanidad y cuya forma acabó convirtiéndose en la que adopta por defecto, no se rinde y sigue adelante con su viaje pese a que a veces sea demasiado tentador abandonarlo todo.
Y ese es el aspecto que definitivamente me engancho a la serie, que ese ser extraño que al principio de la serie apenas sabia hablar y tenia casi tanta personalidad como la roca en la que se transformó al llegar a la Tierra, va convirtiéndose poco a poco en alguien que rebosa generosidad y empatía. Alguien que ha ido tomando lo mejor de cada persona que se ha cruzado en su camino, quienes de una forma u otra le acompañaran siempre, y que es incapaz de negarle su ayuda a todo aquel que le necesite, pese a que a veces se encuentre con enemigos que pongan a prueba su paciencia y su bondad.
Pero además nos encontramos ante una serie con un nivel técnico mas que notable en la que no todo es viajar aprendiendo cosas, sino que esta repleta de acción espectacular (no todo es ver a Fushi aprendiendo a ser persona), mas de una sorpresa y que aunque su ultimo arco argumental se llega a hacer un poco pesado, vale la pena superar ese pequeño obstáculo para llegar a un final de temporada que como su comienzo deja al espectador con el corazón en un puño y la promesa de un futuro interesante.
Y como decía al comienzo, la primera temporada de esta serie terminó este mismo lunes tras veinte episodios y tendremos que esperar hasta el otoño de 2022 para disfrutar de su segunda temporada. Una primera temporada que si no me fallan los cálculos adapta los seis primeros tomos del manga (en España el ultimo que ha publicado Milky Way es el catorce) y que probablemente acabe leyendo para poder soportar la espera hasta entonces. Yo por mi parte no puedo hacer mas que recomendarla por ultima vez porque es de lo mejor que he visto en mucho tiempo (y es una serie que a Diógenes no le apetece ver, razón de mas para disfrutar de ella).