Ha tenido un recorrido un tanto enrevesado la película de la Viuda Negra, un personaje que originalmente no perteneció a los Vengadores «de forma continuada» hasta los 90 y que durante años funcionó más como sidekick que como personaje principal. Pero su aparición en Iron Man 2 hizo del personaje interpretado por Scarlett Johansson -toda una estrella ya en aquel momento- un fijo de los Vengadores hasta el punto de ser, junto a Iron Man y el Capitán América, uno de los personajes lo suficientemente importantes como para morir en Vengadores – Endgame. Y aun así, seguía sin tener película propia.
Y es que la película que dirigió al final Cate Shortland ha hecho un recorrido de once años desde que Kevin Feige manifestara su intención de producirla hasta su estreno, pasando por varios proyectos y directores hasta la infinidad de retrasos por la pandemia que han provocado que finalmente se estrene de forma tan «rara», simultaneamente en cines y en Disney+. Así, Viuda Negra no es una película «normal», porque realmente estaba hecha para ser estrenada hace más de un año en un ambiente muy muy distinto, con Endgame mucho más cerca, el movimiento MeToo en plena ebullición y con la muerte de la propia Natasha todavía fresca en el subconsciente colectivo; sin embargo, la película se ha estrenado tras Wandavision (que ya muy claramente explora la pérdida), The Falcon & The Winter Soldier (más de lo mismo) y a punto de terminarse Loki, con la conversación ya no girando tanto sobre la propia Endgame como centrándose en qué es lo que pasará después, de que va la siguiente fase de Marvel y demás. Y vaya, que de eso aquí hay bien poco.
Porque Viuda Negra es una precuela situada entre Civil War y Infinity War, con lo que nos viene a contar lo que estuvo haciendo Natasha mientras los Vengadores estaban peleados y el Capi estaba exiliado en Wakanda sin reorganizar la «resistencia» a los Vengadores de Tony Stark. Y curiosamente y a pesar de que se sitúa en una época en la que la relación entre los personajes de las distintas «franquicias» estaban tan interrelacionados, en Viuda Negra apenas tenemos apariciones de personajes de otras películas por no decir casi ninguna, teniendo una obligatoria dentro del prólogo de la película que no es nada espectacular para acto seguido ponernos a una Natasha que se autoexilia para ver películas de James Bond. Es una lástima, porque si realmente hubieran querido situar al personaje en ese lugar emocional, deberían haberla mostrado más indecisa sobre que partido tomar en el conflicto de fondo, algo parecido a lo que -aunque sigo pensando que éra un error- hicieron con Ben Grimm durante la Civil War original del cómic, que se exilió porque no quería tener que pegarse con ningún amigo; aun así, Natasha no es así, toma partido constantemente y asume las consecuencias.
Por supuesto, una vez la heroina se niega a entrar en la aventura la aventura la acaba llamando a su puesta, con lo que se tiene que poner en contacto con viejas camaradas de la Red Room y poner en marcha la trama de asuntos pendientes de la propia película; aun así y dentro de lo personal que es todo lo que se cuenta en la película, Natasha en ningún momento parece que esté implicada en todo lo que ocurre en ella, como si el escenario de Civil War y lo que le iba a pasar después con Thanos y demás dejara todo el conflicto de la película en una peleita de nada; llama la atención cuando ella se planta directamente ante el villano principal de la película y este presume de lo muy muy poderoso que es cuando sabes que estamos hablando de la misma superespía que se pegó con un Thanos omnipotente… Y más allá de los retrasos, la pandemía y patatín y patatán, el verdadero problema de esta película asoma por ahí, que debería haber sido estrenada antes de Infinity War.
Y no es que sea una mala película o te haga preguntarte si no habría sido mejor haberla convertido en una serie de televisión en la que tuviera más espacio, no, los personajes están bien definidos y sus motivaciones claras, todo el reparto está estupendo y sí, a ratos te gustaría que tuvieran más tiempo con sus personajes en una serie o en posibles secuelas, con lo que igual, solo igual, la que sobra aquí es la propia Natasha. Porque claro, llega Florence Pugh y le roba la cartera en todas las escenas que puede con un personaje con una mala leche notable que tiene una química tremenda con el personaje de David Harbor. Te pican la curiosidad por estos personajes y hacen que la gran despedida de Natasha quede un tanto deslucida, pero al final es lo que pasa por hacer una película sobre un cadaver andante.
Por eso me da pena que la película no vaya un poquito más allá y que a pesar de todos sus retrasos de estreno, no aprovecharan un poco ese tiempo para remacharla un poco; es más, tiene hasta la pinta de haber sido «enlatada» demasiado pronto, porque quieras que no y aunque tiene una carta de créditos al principio de la película, luego los créditos finales pasan directamente a letras blancas sobre fondo negro y eso desentona tremendamente con el esquema de otras películas de Marvel que destacan por un grafismo cuidadísimo en sus títulos de crédito que el público agradece bastante porque no dejan de ser películas que te obligan a tragarte los créditos te interesen o no. Pero aquí nada de nada, negro sobre blanco y hasta luego, parece que decidieron moverla al principio de la película pensando que no se notaría… Y se nota, porque para colmo de males los créditos finales empiezan acreditando al director de la segunda unidad y eso se hace un poco raro.
Y poco más que deciros sin reventaros la película, al final los temas y situaciones que se tratan en el fondo siguen estando tan de actualidad como hace un par de años, pero aun así después de una pandemia y con el mundo habiendo dado tantas vueltas la sensación de novedad que podía tener la cinta se han perdido un poco. La sensación de producto enlatado queda ahí en una película que no es precisamente una producción menor, con unos valores y medios elevados que pone algunas semillas para historias del MCU futuras y que sabe a poco como despedida de la gran superespía de Marvel, que sigo pensando que tanto actriz como el personaje se merecen unas cuantas películas más. Así que sí Marvel, ya estás tardando en traerla de vuelta, que por algo los superespías son expertos en fingir su propia muerte.