Seguimos usando la excusa de la serie de Loki de Disney+ para repasar algunos de los mejores cómics de la historia, o por lo menos mis favoritos. Parece mentira que haya tardado diez años en hacer un post sobre ellos, pero siempre he preferido que la gente se lea los cómics buenos antes que lea el resumen de wikipedia…
Lo habíamos dejado con los 4F encontrándose que el agujero negro que estaba devorando todo lo que existe era nada más y nada menos que Galactus, que tiene tela. Para el número siguiente, el 339, se descubre que toda la burbuja es un plan de un celestial renegado -el famoso celestial durmiente- para destruir todo el universo y convertirse en el ser supremo; para ello y aprovechando un momento de debilidad de Galactus -nada más y nada menos que en la etapa de John Byrne, cuando el Doctor Extraño lo dejó prácticamente catatónico- el celestial empezó a manipularlo hasta darle el exceso de hambre que tiene en el futuro (o más bien nuestro presente, vaya). Los 4F elaboran un plan para destruir la estructura y «liberar» a Galactus, pero la cosa se tuerce cuando el susodicho celestial se levanta y empieza a arrearles de lo lindo, provocando como efecto colateral la muerte de Sue. Y el resultado acaba siendo lo más lógico del mundo:
Sí, Reed Richards cabreado de verdad y cagándose en su celestialísima. Que puede que todo fuera un plan para llamar su atención, pero eso no quita que el Reed de Simonson sea mil veces más humano y mejor personaje que el de cualquiera de los autores posteriores que ha tenido la serie. Posteriormente y cuando se descubre que todo es una provocación, Reed habla de que todo es fingido y que «ya derramará sus lágrimas en privado», pero mucho no debió de costarle fingirlo. Tras dar buena cuenta del celestial haciendo que Galactus se lo coma -que muy listo no era el celestial- Galactus se «resetea» y, tras un poco de trabajo para librarse de Nebula, los 4F le entregan el nulificador supremo y el devorador de mundos se suicida para salvar todo lo que existe. Fin… O más bien no.
Porque habíamos hablado de la AVT, ¿no? Y en toda esta historia, a pesar de todo lo que se lía el espaciotiempo, la AVT no ha movido una paja. En los números posteriores y a consecuencia de esta historia, el grupo acaba perdido en el espaciotiempo y trata de volver a su época, llegando a encontrarse en una isla prehistórica en la que conviven dinosaurios y marines del ejército de EEUU tan perdidos o más que los propios 4 Fantásticos. Pronto descubren que están metidos en un Battle Royale espaciotemporal en el que la isla va desapareciendo poco a poco y, finalmente consiguen escapar de allí y volver a su época. Pero todo esto ha terminado llamando la atención de una agencia la mar de particular…
Tras una pequeña pausa la mar de gamberra con Arthur Adams a los lápices, la AVT reaparece cuando la cafrada espaciotemporal del cuarteto llega hasta el delirio en el número 352 de la serie cuando Reed Richards y Victor Von Doom se enfrentan en un duelo a través del tiempo en el que probablemente sea el mejor -y más raro- cómic de la serie, todo un experimento de las posibilidades del cómic como medio artístico y una cafrada espaciotemporal que acaba cabreando lo suficiente a la AVT como para que deje de hacer la vista gorda y tome medidas urgentes al respecto:
Pues sí, el Juez Paz regresa con un ejército de robots, se carga al Doctor Muerte (o más bien, a Kristoff) y arresta a los 4 Fantásticos, llevándoselos al espacio fuera del tiempo donde la agencia tiene su cuartel general. Allí, descubren que la AVT está formada por funcionarios sin rostro y otros de rango superior como Mister Mobius que tienen el jeto de Mark Gruenwald, el que por aquel entonces era el editor de Marvel encargado de la continuidad de toda la editorial. La AVT no solo se encarga de detener infractores y «arreglar» el tiempo, también se encarga de destruir universos enteros que se hayan desmadrado y sean un peligro para el resto. Son, esencialmente, unos cabrones que deciden lo que está bien y lo que está mal a costa de los demás, y han decidido que los movimientos de los 4F, el Doctor Muerte y demás hacen que su universo sea lo suficientemente peligroso como para que merezca la pena «cerrarlo» para siempre.
¿El desenlace de todo esto? Atropellado, pero Tom DeFalco era el editor jefe de Marvel en aquel momento y tenía prisa por arrebatarle la serie a Walter Simonson; los 4F consiguen meterse en la base de datos de la AVT y borran su universo de ella, con lo que para la agencia nunca existieron y el universo 616 pasa a quedar libre de la tiránica continuidad (aunque la AVT volvió a aparecer poco después en Vengadores, todo eso son apócrifos, ¡apócrifos!). Es irónico que esta historia se publicara en 1991, más o menos la misma época en la que la continuidad empezó a resquebrajarse poco a poco hasta que en 2015, en plena burbuja espaciotemporal, un gañán destruyera el multiverso Marvel al completo. Supongo que la AVT ni siquiera se enteró…
Sí, me he olvidado por completo de que estos dos posts supuestamente van sobre la serie de Loki de Marvel Studios, pero prefiero hablar de tebeos. Y que narices, lo importante de todo esto es que si el MCU ha retomado la AVT, lo mismo a Marvel le da por pedirle a Simonson un «untold tale» de sus 4F y tenemos otro bonito especial. Que narices, a Marvel no le vendría mal recuperar a la AVT porque la tienen muy olvidada con eso de que la continuidad pues… Ya sabéis, lagarto lagarto. Si sumamos a todo esto el que se acaba de anunciar la película de los 4 Fantásticos a cargo de John Watts, puede, solo puede, que la serie de Loki sea el entremés de cara a esa película del cuarteto. Quieras que no y aunque el Doctor Muerte sea la mar de jugoso, las películas de la Fox lo han maltratado tanto que la mejor carta de presentación que pueden tener estos personajes es la etapa de Walter Simonson, que es territorio completamente virgen para la explotación. Aunque yo siempre pensé que una peli del Hombre Topo sería lo ideal…