Como estamos en verano y hace calor y la gente quiere playa y el cambio climático tiene pinta de que vamos a estar así todo el año (y encerrados en casa por culpa del tarado de M’Rabo, que ya ha vuelto a organizar un partido de futbol de infectados contra no infectados) vamos a refrescarnos un poco hablando del superhéroe más -chulopl- playero, Aquaman, y la bonita etapa de Jonathan Hickman en el personaje.
¿Cómo? ¿No has oído que Hickman lleva años escribiendo Aquaman? ¿Tú, que te has leído East of West, Manhattan Projects (esto solo lo has intentado), Secret Warriors, SHIELD, sus 4 Fantásticos, Vengadores y X-Men y demás sin que te parezcan todos iguales, que adoras sus cómics hasta el stendhalismo más starliniano? Pues sí, Hickman es el escritor regular de Aquaman durante décadas, y ahora mismo os lo voy a demostrar con la siguiente imagen:
¿Qué? ¿A que habéis flipado con estos villanos de Aquaman? ¿Cómo? ¿Que esos no son villanos de Aquaman, que son los villanos del crossover mutante no-tan-veraniego de este año, X of Swords? Eso igual se lo puede creer Marvel, pero yo miro esto y veo lo siguiente:
Ocean Master, si señor. Tienes que conocer a Ocean Master, es el hermano chungo de Aquaman, ¡si hasta salió en su peli y todo! Aquí tiene tetas, sí, pero si el quiere tener tetas es muy libre, que estamos en 2020, ¡copón ya!
The Dead King, que viene a ser el Rey Atlan encabronado y de más allá del muro, cosas del New 52. Aquí lo tenemos sin barba y con la espada de Cloud de Final Fantasy, porque el remake ese lo ha petado bastante y que narices, seguramente la haya usado para afeitarse la barba.
Charybdis o directamente cualquier bicharraco de la zanja esa. No nos engañemos, todos los tipos con muchos dientes nos recuerdan a un cocodrilo, un tiburón o algo así. Charybdis no es ninguna maravilla (ni siquiera lo era antes del New52, después menos todavía) y los pseudoxenomorfos de The Trench tampoco, pero siguen teniendo muchos dientes, que es lo que enamoró a una generación de amantes de Rob Liefeld y horrorizó a la siguiente. Pero supongo que aquello debió de ser una secuela de la ruta del bakalao o algo, yo que sé.
Fisherman, o más bien su prima. Que no se dedica a repartir caramelos ultrafuertes para la garganta, si no a ser pues eso, robar cosas del mar y esas cosas. Lo malo es que al pasarse todo el día bajo el agua no le agarra mucho el sol y claro, pues acaba con problemas de pigmentación serios. Pero igual con un suplemento de vitamina D en la dieta se arregla, lo mismo se lo pueden vender los de Krakoa, que ahora se dedican mucho a eso…
Y seguiría un rato más comparándolos a Bocasucia y los Adefesios (o eso que llaman algunos la Black Order) pero creo que ya os hacéis a la idea y tampoco quiero estirar la tontería. Mirad, el problema no está en los diseños así (que Pepe Larraz ha hecho un trabajo estupendo, parte de la coña está en que son seres antediluvianos y en eso Aquaman es un especialista) ni siquiera en que Hickman pueda repetirse; quieras que no el hombre acostumbra a sacarte un porrón de personajes pintorescos y no preocuparse por darles mucho recorrido; son los antagonistas y ya. En el caso que nos ocupa se hacen llamar los «espadachines de Arakko» -swordbearers of Arakko, que suena más solemne- y lo más parecido en cuanto a lo que mutantes se refiere vendrían a ser los Neo que se sacó de la manga Claremont cuando Leinil Francis Yu dibujaba la serie allá por los 90 -sí, eso pasó, aunque igual prefiero no recordarlo-, un grupo variopinto de seres con cierto potencial que su autor original no llegó a desarrollar.
Por eso, y porque conocemos a Hickman, tengo miedo de que todos estos personajes hayan sido creados como carne de cañón de cara a un villano concreto o una situación concreta, sin más recorrido que ese, porque se presentan como seres de un tiempo inmemorial que, entre otros, está compuesto por algunos de los primeros jinetes de Apocalipsis. Para los que no hayais estado siguiendo los mutantes de Hickman, haceos una idea: los primeros jinetes de Apocalipsis son de hace miles de años, y Apocalipsis y esos jinetes tuvieron una bronca bien fina en el antiguo continente de Okkara, que fue hecho pedazos por enemigo chungo con una espada bien gorda salida de World of Warcraft y de cuyos restos solo quedaron lo que hoy en día es Krakoa y Arakko, donde se quedaron aislados los susodichos jinetes para frenar el posible regreso del fan del Warcraft ese (que seguramente sea el verdadero villano y por el único del que se preocupará Hickman, otra vez). Y ahora han vuelto ellos (y Arakko) y supongo que están todos cabreados y por eso se pegarán con los mutantes.
Y hasta aquí podemos llegar, porque poco o más bien nada se sabe de X of Swords y el crossover en general. No ayuda nada que la cosa siga la mar de revuelta en el panorama editorial (y no editorial, para que negarlo) y que así como DC ya parece haber vuelto a la rutina del todo, a Marvel le está costando lo suyo recuperar el ritmo de publicación anterior y nos seguimos encontrando semanas en las que apenas editan cómics. Sí, sigue la cosa fea y no tiene pinta de mejorar, pero con suerte Empyre podrá publicarse al ritmo esperado y X of Swords podrá terminar antes de navidades. O eso espero.