Lo habíamos dejado en que los zombis estaban parados ante una barricada de fuego y nosotros seguíamos sin poder ver o entender nada. Hay que entender que todo el episodio está realizado con la idea de meterte una tensión en el cuerpo tremenda, y eso lo hacen mediante la música, el sonido, el montaje, que no veas un pijo… Y así es como el resultado hace que no, que no entendamos nada.
Llegados a este punto, nos encontramos con que los zombis se apilan a lo Guerra Mundial Z -la peli de Brad Pitt, no la novela- y sobrepasan la barricada y los muros, mientras los dragones de Daenerys y Jon hacen el aguililla y tratan de llegar hasta El Rey de la Noche -a partir de ahora The Night King, que en las novelas no he llegado a ver la traducción- porque se supone que si lo matas todos sus zombicitos desaparecen. Y lo atacan y claro, el tio les mete una ventisca del copón -porque como decía Claremont «se llama Tormenta, controla el clima»- y se pasan el resto de la batalla quemando lo que pueden, tratando de escapar del dragon del Rey Liche y, finalmente, consiguen derribarlo y él derribar a Jon; en resumidas cuentas, los dragones tampoco valen para nada. Así que mientras los zombies se ponen las botas y aun así casi ningún personaje que nos importe muera -Jaime y Brienne deben de tener más vidas extras que un personaje de From Software- nos encontramos que Arya se pasea por todo el castillo sin saber muy bien que hacer y como escapar de los bichos hasta que se encuentra con Melisandre, que la inspira para salir corriendo y matar al Night King justo cuando iba a matar a Bran -y justo después de que matara al pobre Theon Greyjoy, que por supuesto Benioff y Weiss no tenían ni idea de que hacer con el después de leerse todo lo que había escrito el señor Martin- con lo que finalmente nos encontramos que el Night King y sus motivaciones son… Soy malo. Hago el mal. Voy a matar a Bran porque en realidad es «la memoria de la humanidad» -creía que eso estaba en las bibliotecas- y ya. El conflicto principal de Canción de Hielo y Fuego, la verdadera batalla que se veía enmascarada por los nobles gilipollas pegándose por el trono más incomodo de la historia, resulta que se ve resuelto en un pimpampun en el que Arya ni siquiera se disfraza de zombie para matar al Night King a traición ni nada, le salta encima en el último momento y lo mata sin que al susodicho le de tiempo a sacar su espada o yo que sé, decir cuáles eran sus planes después de cargarse Invernalia. Que los tópicos están por algo, copón.
Por el camino se nos ha muerto Beric Dondarrion -que al final ya no sabemos para que ha servido la Brotherhood Without Banners ni nada de eso, porque como en la serie nos han dejado sin Lady Stoneheart el personaje se ha quedado bastante cojo- y, aunque el Perro no muere, hace poco menos que de comparsa para Arya hasta que se encuentra con Melisandre y sale corriendo a Tener Su Gran Momento. Porque claro, aunque algunos cazurros se nieguen a verlo, estaba clarísimo que desde el minuto uno Arya iba a hacer cosas grandes tanto en las novelas como en los libros, y todo su entrenamiento desde Desembarco del Rey hasta Braavos ha tenido como objetivo no solo el tachar los nombres de su lista -nada de coñitas con Oliver Queen, por favor- si no el darle al dios de la muerte lo que le corresponde, que es que los muertos sigan muertos y dejen de pasear por ahi enseñando las entrañas. Esto es algo que tiene bastante lógica y que habría tenido sentido bien llevado, pero el impacto de ver morir al archivillano de la serie de una manera tan brusca y sin que llegáramos a entender nada sobre él supongo que ha provocado que muchos espectadores en su confusión pensaran que el error estaba en que Arya matara al bicho y no que el bicho muriera sin que entendiéramos nada. Vamos, que de merisú nada, que el personaje ha sido entrenado para la infiltración y el asesinato por los ninjas de Essos y estaba claro que un pelanas con una espada de dos metros viniendo desde Cuenca y avisando sus intenciones homicidas no iba a hacerle ni arañazos, se llame Jon Nieve, Brienne o Samwell Tarly. Con lo que deberíamos estar -y estamos- cabreados es, repito, con un villano que hace la de Sauron pero sin un Gollum, un Palpatine sin Vader, el típico villano que muere y su imperio se derrumba. La gracia de toda la serie hasta ese momento había sido la de no saber que puñetas podían hacer estos nobles intrigantes contra la muerte helada, y la solución al final era tan simple como plantarle cara en una batalla con la luz apagada y matar a uno de ellos; es que por no hacer no han hecho ni que Bran se enfrente al señor noche este y muestre sus supuestos poderes, nada. De hecho tiene toda la pinta de que si Jon y Dany no se hubieran llevado los dragones más allá del muro, los señores helados estos se habrían quedado ahi esperando y les habrían dejado a todos matándose en paz. Lamentable.
Y poco más que decir de este episodio en el que queda todo el pescado vendido, lo que queda de la serie -a menos que se vuelvan locos y vuelvan los caminantes blancos con el Gran Caminante Blanco Que Venía Por Detrás o yo que sé- va a ser traicionar a las novelas, porque por supuesto Cersei tenía razón al reservar su ejército y no utilizarlo para pegarse con los zombis esos, aunque solo fuera porque estaba imitando al dedillo la filosofía de su padre de dejar que se cansen los demás para atacar en el último momento. Ahora mismo Cersei tiene su ejército intacto y la flota de un Rey Pirata, probablemente ni le haga falta asaltar el Norte ni pasar frío, simplemente se puede limitar a esperar a que Daenerys se flipe y se lance con sus dragones y reventarlos con sus ballestas gigantes o con las abominaciones que se le ocurra montar a Qyburn. Que sentido tiene esto con los temas que ha ido tratando toda la serie a lo largo de todos estos años no lo sé, pero tengo claro que ahora mismo Juego de Tronos es una serie que tiene demasiados personajes con los que sus autores no saben que hacer, y precisamente por eso nos dan episodios como este que, en definitiva, no se entienden.