Hoy toca hablar de un genero de cómic y de un autor que me encantan, el cómic bélico y Joe Kubert. Un cómic que pese a que es bueno y el trabajo de Kubert es como siempre para quitarse el sombrero, hay ciertos elementos, o mas bien un determinado enfoque, en “Dong Xoai, Vietnam 1965 ” que no me han acabado de dejar del todo satisfecho. Pero este pequeño problema del que ya entrare en detalle mas adelante no debería ser obstáculo para disfrutar de un cómic que pese a todo resulta una lectura muy interesante y que nos permite disfrutar una vez mas del enorme talento de uno de los autores mas grandes que nos ha dado el cómic.
Vietnam, 1965. El ejercito de los Estados Unidos esta desplegado pro toda la geografía del país asesorando al ejercito de Vietnam del Sur y luchando junto a ellos contra las fuerzas del Viet Cong. Una tarea que llevo al Destacamento A-342 a la pequeña aldea de Dong Xoai para entrenar a una fuerza de defensa civil y asesorar a los militares locales. Una tarea aparentemente sencilla, pero que en el polvorín en el que se había convertido aquel país dividido desde hacia tanto, se convirtió en una autentica pesadilla para los soldados allí desplegados…
Cualquiera que lleve tiempo leyendo el blog sabe que adoro el trabajo de Joe Kubert y que uno de los aspectos que mas me ha gustado siempre de su obra bélica es el claro mensaje anti-belicista que se puede encontrar a lo largo de su obra, desde su trabajo en Sargento Rock o el As Enemigo a obras en las que el protagonismo recae en las victimas de los distintos conflictos bélicos como en Fax from Sarajevo o Yossel. Por eso mismo me ha decepcionado un poco encontrarme en este cómic con que no hay ninguna critica clara a lo que sucedió allí, simplemente un retrato de los valientes soldados Estadounidenses enfrentados a la masa anónima y despiadada del Viet-Cong.
Aunque ojo, que eso no quiere decir que estemos ante un panfleto pro-bélico ni muchísimo menos. Es simplemente que aquí Kubert pareció querer dejar de lado toda critica a la participación del gobierno de su país y del resto de participantes en la guerra para centrarse exclusivamente en ensalzar el valor y la camaradería de los hombres que defendieron con su vida la pequeña aldea de Dong Xoai. Una labor para la cual se baso en el el relato que los supervivientes de dicha batalla construyeron a partir de sus experiencias sin entrar en ningún momento a juzgar si lo sucedido allí en un terreno mas global estaba bien o mal. Quizás un punto de vista que a nosotros pueda sonarnos algo ajeno, pero que sabiendo como son los Estadounidenses con su patriotismo no me sorprende demasiado aunque no lo comprenda ni lo comparta.
Pero dejando a un lado esa falta de critica que esperaba, o que por lo menos esperaba mas evidente, donde realmente destaca este cómic es en el terreno visual. Aquí Kubert utilizó la técnica que ya le había visto utilizar en Yossel y en Joe Kubert Presents (pese a que este cómic es anterior a esas dos obras) de abocetar el dibujo a lápiz sobre papel gris, resaltar algún elemento que otro con blanco y prescindir por completo de una composición tradicional, de entintado, de viñetas y narrando la historia a base de cajas que mezclan textos de apoyo y diálogos de una forma similar a la que utilizaba Harold Foster en su Príncipe Valiente.
Y el resultado como no podía ser de otra forma es todo un placer para la vista. El abocetado de Kubert aquí esta lleno de fuerza, de detalle y expresividad, bastándole unas pocas lineas, llegando en muchos casos a las abstracción, para dejarnos claro donde transcurre la acción y centrarse en lo importante, los protagonistas de la historia. Unos protagonistas que Kubert consiguió plasmar sobre el papel de una forma tan natural que casi parecen cobrar vida en sus paginas, que se “mueven” de una forma casi orgánica y con unos rostros que reflejan sus emociones casi como si estuviésemos ante fotografías.
Un realismo que se extiende hasta el momento álgido de la historia, cuando Kubert nos muestra el brutal ataque que recibió la aldea y nos muestra toda la crudeza de la guerra, haciendo que casi podamos escuchar los disparos o sentir las explosiones que los miembros de la A-342 tuvieron que sufrir aquel lejano día de 1965. Un impresionante trabajo que es el mejor ejemplo y recordatorio de lo grande que fue Joe Kubert.
Dong Xoai no es el mejor ni el mas redondo de los trabajos de Kubert en la ultima etapa de su carrera, una percepción que se que se debe en buena medida a mis prejuicios sobre según que temas, pero lo que no puedo negar es que se trata de una gran obra aunque solo sea por su parte artística, en la que Joe Kubert demostró en cada pagina esa enorme experiencia y talento que tanto echamos en falta. Por ello y pese a todo no puedo evitar recomendar su lectura ya que la obra se lo merece, aunque teniendo en cuenta lo que nos vamos a encontrar.