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El segundo trailer de X-Men: Dark Phoenix me da miedo

A ver, yo normalmente no suelo ver el segundo trailer de ninguna película por miedo a spoilers. Pero claro, según ví el cartel de la película ya me entraron sudores fríos recordando Viet… X-men 3. Ya sabéis, la película esa tan horrenda dirigida por Brett Ratner, el mismo que se dedicaba a abusar de actrices y del público de formas distintas.
Cartel de YouTube

Sansa god mode: ON

Hay tantas cosas que amo de este trailer… Amo la historia original, escrita por un Chris Claremont en estado de gracia que supuso un punto de inflexión para el género de superhéroes. Amo los personajes originales, personajes con los que me crié y si me pongo baboso hasta me enseñaron lo que es la tolerancia y esas cosas que debería enseñarte Jesús pero a mí me las enseñaron Logan y Kurt (Jesús estaba empeñado en que lo amara y en decir que me ama, que pesado). Y me encanta Jessica Chastain, una de esas actrices que la sigues allá donde vaya. Lawrence, McAvoy, Fassbender, Hoult y otros cuantos actores que aparecen en el trailer han hecho trabajos excepcionales a lo largo de su carrera, son gente que se curra lo que hace. También amo la escena de Jean muriendo en el transbordador y renaciendo como el fuego y la vida encarnada. Y entonces, solo entonces, ves que Fénix lleva el abrigo de X-Men 3 y te echas a temblar.

¿POR QUÉ? ¿POR QUÉ? ¿¿¿POR QUÉ???

Prejuzgar es malo, lo he dicho mucho últimamente. Logan y Kurt me lo enseñaron, nunca debes prejuzgar. Pero claro, el director de esta película es Simon Kinberg y es el responsable de las peores películas de X-Men y de una de las películas que más me han agredido como espectador, esa que se empeñaba en cambiar un 4 por una A y convirtió al mejor villano de Marvel en un miembro de la Pandilla Basura. Pero… Vamos a darle una oportunidad, venga. Vamos a ir a ver la película, vamos a pensar que Kinberg ha estado constreñido por las circunstancias de otros proyectos y que esta película no va a ser el epítome de la estupidez y mojigatería de una Fox que se pasó veinte años con los derechos de X-Men adaptándolos con miedo, como si el material original fuera más camp que el Batman de Adam West.

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