Echaron a patadas a los directores Phill Lord y Christopher Miller justo antes de empezar el rodaje. Era una película que llevaba mucho tiempo en la nevera, con un desarrollo del guión que tal vez había durado demasiado, por no hablar de que tal vez fuera una película innecesaria, la que más pinta tenía de hacerse exclusivamente para ordeñar la vaca; ¿realmente necesitaba alguien ver los orígenes de Han Solo? ¿Por qué Lucasfilm tardó tanto en enseñar fotos del rodaje o los trailers? ¿Por qué la estrenaban cinco meses después de The Last Jedi? Y de verdad, ¿alguien puede esperarse que ese tipo de nombre impronunciable esté a la altura del mismísimo Harrison Ford? Seamos serios, ¿en qué podía estar pensando Disney a la hora de aprobar esta película? ¡Hasta Infinity War les iba a comer la tostada, tenían todas las probabilidades en contra!
Solo -aquí Han Solo no por catetismo patrio, si no porque ya había una película registrada para estrenarse este verano con el mismo nombre- es una película de piratas espaciales. No, no es el western espacial que muchos llamaron en su día a La Guerra de las Galaxias, porque Lawrence y Jon Kasdan han ido a las fuentes del personaje de Han Solo y se han fijado en ese Errol Flynn de los años treinta, ese tipo chulo y echado para delante que tan bien funcionaba como pirata. Y es que Solo no deja de ir de un chavalillo que sueña con escapar de su planeta -esos paralelismos con Luke- y conseguir su propia nave con la que visitar todas las estrellas junto a su novia Qi’Ra. Y a partir de aquí tenemos a Han conociendo a su mentor pirata -Tobias Beckett, interpretado por el siempre excelente Woody Harrelson- y conociendo a otros piratas que tratarán de dar ese golpe de su vida que supuestamente les servirá para retirarse del crimen y dedicarse a ser gente de provecho. Pero la realidad siempre se acaba imponiendo y Han descubre que vivir al margen de la ley de un Imperio que no respeta sus propias leyes es tremendamente complicado…
Creo que lo primero que deberíamos decir de esta película es que tiene todo el respeto por el viejo canon que muchos echaron de menos en Los Últimos Jedi. Desde menciones oscurísimas a artes marciales que sólo han sido mencionadas a horribles videojuegos para Playstation hasta esos orígenes a lo Oliver Twist de Han que aparecían en la Trilogía de Han Solo, aquellos horrendos novelones que servían de origen del personaje en el viejo canon. Que sí, que muchos puntillosos se quejarán de que no existe una «deuda de vida» entre Chewie y Han, pero si nos fijamos en el desarrollo de la relación de Chewie y Han, vemos que mientras todos los que hay a su alrededor les mienten y les traicionan en mayor o menor medida, Han y Chewie se cuidan el uno al otro en todo momento, sin exigirse nada. Y claro, lo que vemos es a Chewie renunciando a todo para quedarse con Han, porque tiene algo más fuerte que le une a el que un exótico juramento alienígena: Son amigos, y eso debería ser suficiente.
Y es que este Han es ante todo un tío honesto que acaba de salir del nido, y aunque se echa de menos ver algo de su etapa como cadete en la armada imperial -anda que no sería divertido verlo pilotar un TIE Fighter, con todos los que acabaría reventando años después- su paso por el ejército lo único que le enseña es a pasar de llevar esos cascos a lo Kylo Ren y tratar de tirarse faroles más a menudo, porque es en lo único que mejora en toda la película. Da igual que seas o no el mejor piloto de la galaxia, lo importante es que los demás lo crean así y de esa forma tú te lo puedas creer, aunque por el camino Lando te odie a muerte.
Sin embargo, se echa mucho de menos a John Williams en la banda sonora de esta película, porque mientras Giacchino en Rogue One conseguía ser sutil y referenciar a Williams en una banda sonora que no se limitaba a machacarnos con los temas originales, Solo te planta el tema de la rebelión o el de Luke Skywalker como si fueran los propios de Han Solo -que por cierto, debuta tema propio y está escrito por el mismo Williams- con lo que no paran de descuadrarme. Que sí, que si alguien se merece usar ese tema si no es Luke es un Halcón Milenario pilotado por Han y Chewie, pero no dejan de desequilibrar musicalmente la serie de una forma que me parece un tanto innecesaria y en la que no cayó Rogue One en su momento.
Pero hablemos de lo que más le molesta/preocupa al personal, la interpretación que hace Alden Ehrenreich -porque parece ser que Donald Glover como Lando no ha tenido mucha polémica; aunque tampoco es que aparezca el tiempo suficiente como para provocarla- y si está a la altura de Harrison Ford. Pues no, no lo está. Puede que Alden jurara y perjurara que vió El Imperio Contraataca quinientas veces y luego se olvidó por completo para hacer su propia interpretación, pero el condenado se ha esforzado lo más grande en disociar a Han Solo de Harrison Ford y hay momentos en los que lo consigue; su forma de correr es la de Ford haciendo de Han pero no de Indiana Jones, su media sonrisa y la cadera colgando hacia un lado es la de Han Solo, su actitud ante los demás personajes de tirarse faroles con una sonrisa de falsa confianza es constante. Alden Ehrenreich ha conseguido ser Han Solo, pero aun así siempre le faltará lo más importante: no es Harrison Ford. Pero pensándolo bien, ¿que hay más apropiado para un personaje que va de farol que un actor que va de farol?
Y podríamos hablar demás cosas, como lo estúpido que es que en esta película no haya «opening crawl» y lo sustituyan por cartelitos azules que quedarían mejor con el, esa pájara de montaje que le da a la película al principio del viaje a Kessel o directamente lo peculiares que son los Cloud Riders de Enfys Nest, pero supongo que se desarrollará en futuras entregas y extenderme sobre ellos sería meterme en materia de spoilers gordos y si vamos a entrar en ellos mejor que nos pongamos la capucha cospiranóica y pasemos al siguiente párrafo de los SPOILERS…
Vale, sí, por si alguien no lo había notado ya con Chopper y Hera en Rogue One, Clone Wars y Rebels están en continuidad, y ese Darth Maul que aparece al final de la película hasta viene doblado por Sam Witwer, el mismo actor que doblaba a Maul en la serie en la que resucitaron al personaje. Así que si no has visto Clone Wars/Rebels deberías pegar media vuelta y no seguir leyendo, porque esto es como Inception y hay Spoilers dentro de los Spoilers.
Vale, vamos al núcleo spoileroso: Al final de Clone Wars y después de que Maul no consiga ni vengarse ni volver a ser un Sith, el Emperador viene a decir que tiene «otros planes para el», con lo que es posible que la posición de Maul como líder mafioso no deje de ser una maniobra del Imperio para controlar también los bajos fondos de la galaxia. Lo que es peor, si tenemos en cuenta que Dryden estaba con los ojitos rojos -yo me pasé toda la película pensando que estaba viendo a Paul Bettany haciendo de Tony Montana hasta arriba de especia, pero resulta que estaba hasta arriba de lado oscuro- tiene toda la pinta de que Qi’Ra va a terminar bastante peor que siendo la lugarteniente de un mafioso. Si sumamos a eso que durante la película se habla de distintos sindicatos del crimen y sus posibles tensiones, creo que podemos dar por hecho que durante las siguientes «Star Wars Stories» de Boba Fett y demás vamos a continuar con la historia de Qi’Ra, que seguramente sirva de enlace como lo fue en su día el Nick Furia de Samuel L Jackson en el MCU o la Claire Temple de la Marvel de Netflix. Vamos, que al final igual hasta le ha venido bien a Lucasfilm el que Clone Wars fuera cancelada…
En resumen, que Solo me ha gustado, a pesar de que no deslumbre en lo visual como si lo hizo The Last Jedi o la trilogía original en su día, pero todavía no han conseguido que salga tan cabreado del cine como lo hicieron las precuelas, con lo que creo que pasaré por caja para ver el Boba Fett de James Mangold, que ese si que tiene pinta de que va a ser un western a lo Sergio Leone y de eso tengo mucho mono…