Desde el triunfal regreso de ROM, el más grande de los Caballeros del Espacio, de la mano de Chris Ryall e IDW, una pregunta había quedado en el aire sin respuesta. ¿Cuál iba a ser el nuevo origen de este clásico héroe del comic? Porque IDW solo podía utilizar el material que se había creado para promocionar el muñeco, ya que todo el origen del personaje, su rico pasado y personajes secundarios habían sido creados por Marvel y ahora estaban fuera de su alcance. Pero esas preguntas se respondieron hace unas semanas en las páginas del primer anual de la era moderna de ROM, un nuevo origen que aunque ha tratado de respetar en lo posible el espíritu del original, se ha quedado a medio camino y en algunos aspectos incluso ha resultado fallido…
Y encima me lo han convertido en un pitufo…
Hace doscientos años en el planeta Elonia reinaba la paz y la armonía y sus habitantes Vivian tranquilos sabiendo que el escudo de energía que envolvía su mundo les protegía de cualquier ataque del exterior. En ese mundo vivía ROM, el m… el geólogo, con sus madres y su hermano viviendo una existencia pacifica que nada parecía capaz de romper. Pero todo eso cambio trágicamente el día en el que unos extraños meteoritos atravesaron el campo de energía de Elonia, unos meteoritos que eran en realidad las despiadadas criaturas conocidas como los Fantasmas del Espacio. Durante ese primer ataque la familia de ROM fue masacrada y suplantada por esos monstruosos invasores y este abandono su carrera para alistarse en la Orden Solstar, un cuerpo intergaláctico de protectores del Universo. Pero el destino tenía reservado para ROM un papel muy especial, el de convertirse en el primero (y con el tiempo en el más grande) de los nuevos Caballeros del Espacio cuya misión consistiría en liberar al universo de la plaga que había acabado con la paz en su hogar.
Y de paso homenajean en los primeros momentos de su transformación aquel aspecto mas clásico que inmortalizo Sal Buscema
Cualquier lector de Brainstomping sabe que yo personalmente agradezco muchísimo la impagable labor de Chris Ryall e IDW de recuperar a ROM para el mundo del comic después de tantos años de ausencia, y agradezco también las buenas intenciones que tanto el como Christos Gage han tenido a la hora de reescribir el nuevo origen de ROM para el siglo 21. Pero si tengo que ser completamente sincero, no me ha gustado la forma en la que lo han hecho y sin faltarles al respeto aquí no han conseguido estar a la altura de la épica saga cósmica que creo Bill Mantlo en los años setenta.
Aunque digan lo contrario, a veces tiempos pasados fueron mejores
En el origen clásico de Bill Mantlo y Sal Buscema nos encontrábamos a un ROM muy diferente. En aquella historia Galador había sido atacado también por los Fantasmas del Espacio y la única forma efectiva que habían encontrado para luchar contra estos consistía en encontrar voluntarios dispuestos a sacrificar su humanidad para someterse a un brutal proceso que les convertiría en cyborgs imparables. Un sacrificio inmenso que ningún Galadoriano parecía dispuesto a aceptar hasta que un voluntario dio un paso al frente y se ofreció a ser el primero en sacrificarlo todo por el bien de su mundo, un sacrificio y un sentido del deber que inspiro a sus compatriotas a seguir sus pasos y que cuando liberaron su mundo de los invasores decidieron salir al universo para defender cualquier otro mundo del ataque de los Fantasmas del Espacio sin saber cuándo podrían regresar a su hogar o si podrían recuperar algún día su humanidad perdida. La historia de Mantlo era una historia que bebía mucho de los relatos de caballería y tenía un romanticismo épico del sacrificio por una causa más grande que uno mismo que convirtieron a ROM en un héroe trágico y atemporal.
Esto si que era ser un autentico héroe con letras mayúsculas
Pero en IDW no podían utilizar esa historia y en lugar de tratar al menos de conservar la esencia de la misma han optado por tirar de tópicos. En esta moderna versión es el afán de vengar a sus seres queridos, y no su sentido del deber, lo que lleva a ROM a alistarse en la Orden Solstar (que se parecen demasiado a los GLCorps). Un profundo odio que se traduce en frustración cuando, como el novato que es, le destinan a una posición alejada del frente (donde se queja de que el arma que le han dado, un neutralizador como el del ROM original, es un arma ridícula) y en sorpresa cuando al entrar en contacto con un misterioso mineral que se encuentra en el subsuelo de su mundo, es envuelto por una especie de “armadura simbionte” de la que no puede salir pero que le da el poder que quería para acabar con sus enemigos y que le convierte en el primero de los nuevos Caballeros del Espacio. Todo esto sumado a que el nuevo ROM ejecuta a sus enemigos, en lugar de exiliarles al Limbo (porque para el ROM de antaño el quitar una vida, incluso la de un Fantasma del Espacio, era una decisión que no debía tomarse a la ligera) hacen que ROM haya perdido aquel encanto caballeresco que le caracterizaba en los setenta y ochenta y que le separaba del resto.
La venganza no es que sea una mala motivación, pero esta mas vista
En su afán por respetar lo “esencial” (lo que ellos han entendido como esencial al menos) se han esforzado tanto en justificar que ROM sea el primero de los Caballeros del Espacio que da la impresión que no se han parado a pensar en lo que el personaje ha perdido por el camino. O quizás simplemente sea que en estos nuevos tiempos crean que ya no se lleva eso de los héroes románticos dispuestos a sacrificarlo todo y para quienes matar no es nunca la primera opción. Así que aunque en general estoy bastante contento con lo que en IDW han estado haciendo con el personaje y con su caracterización, e incluso con lo de mezclarle con el resto de ese “Hasbroverso” que han creado, este Anual con el nuevo origen del personaje ha sido la primera (y espero que la última) decepción que me he llevado con este ROM 2.0 y un recordatorio de que este no es el ROM con el que me crié.
Al menos sigue siendo el primero…
Pero como ya he dicho más arriba y en otras ocasiones, en general el balance del ROM de IDW es bastante positivo, su serie es bastante divertida, David Messina es un grandisimo dibujante y aunque el comic tiene elementos que pulir (nunca me acostumbrare a un ROM que mata por defecto) hay más cosas buenas que malas. Y después de todo tras los incontables reboots, rebirths y demás cambios que sufren periódicamente muchos de mis personajes favoritos del comic, no es algo a lo que tristemente no esté ya más que acostumbrado y que en comparación casi hacen que ROM parezca el mismo que leía en los ochenta. Ahora solo queda esperar que para cuando se publique el segundo Anual afinen más la caracterización del personaje y esta vez sí, sea de verdad el más grande de los Caballeros del Espacio.