Pese a que a la xenofobia rampante de Diógenes le ofenda enormemente que me esté dedicando a ver este verano más series extranjeras que otros años, no voy a dejar que sus golpes e insultos me impidan seguir disfrutando de la producción televisiva europea. Así que tras haber recomendado la pasada semana la Noruega Okkupert/Occupied, hoy toca venir un poquito más cerca para echar un vistazo a una producción alemana, Deutschland 83. Como su nombre indica, con esta mini-serie Alemana de ocho episodios nos trasladamos a comienzos de la década de los 80, cuando la música estuvo en uno de sus mejores momentos y la Guerra Fría amenazo con ponerse muy caliente.
Creo que es preocupante cuando añoras incluso lo malo de los 80…
Con Ronald Reagan en la mitad de su primer mandato como Presidente de los Estados Unidos y los planes de la OTAN para desplegar en Europa un nuevo sistema de misiles balísticos con los que amenazar(o defenderse, depende del punto de vista) a la Unión Soviética, las relaciones entre los dos bloques políticos de la Guerra Fría se encuentran en uno de sus momentos más tensos. Tanto el gobierno de la Alemania Oriental como la Unión Soviética están convencidos de que este despliegue armamentístico no es más que el primer paso para un ataque en toda regla contra ellos. Pero antes de contraatacar necesitan saber con precisión los planes de los estadounidenses y sus aliados y la única forma de conseguir esa información es infiltrar a uno de los suyos en el corazón del mando aliado. El escogido es Martin Rauch (Jonas Nay) un joven guardia fronterizo sin experiencia como espía quien descubrirá al otro lado de la frontera que a lo mejor el mundo no era como se lo habían contado.
Martín tendrá que aprender a marchas forzadas esto de ser espía
A Deutschland 83 no le costó mucho ganarme como espectador, siempre he sido un nostálgico de las historias de espías ambientadas en la Guerra Fría y aunque suene un poco feo decirlo creo que el final de esta fue una gran pérdida para la ficción. Si a eso le añadimos un segundo componente nostálgico como es su banda sonora, repleta de todos esos temas populares de la década que sonaban en mi infancia (y algunos alemanes que he descubierto ahora), difícil lo tenía para resistirme. Pero a todo ello hay que sumarle que tenía muchísima curiosidad por ver como contaban los Alemanes desde su punto de vista una historia de este tipo, habiéndome criado viendo solo como la ficción Estadounidense había reflejado ese largo conflicto. Vamos, que la serie lo tenía todo para gustarme.
Entre Guardianes de la Galaxia y Deutschland 83 la música de los 80 parece mas viva que nunca
Y lo que me encontré no me decepcionó en absoluto. El poder ver la historia a través de los ojos de alguien como Martin, alguien muy joven e inocente criado y adoctrinado en el régimen soviético, nos permite ver el fuerte choque cultural que recibe al descubrir que la Alemania occidental y capitalista no era exactamente como la propaganda le había contado toda su vida. Pero pese a que acompañamos a Martin en su asombro constante ante los derroches sin freno del capitalismo, los creadores de la serie han sido capaces de equilibrar las cosas y contarnos como no es oro todo lo que reluce. Si, Martin descubre un lugar donde la gente tiene muchísima más libertad de la que él ha conocido en toda su vida y en donde todo está al alcance de la mano si puedes pagarlo, pero en donde la corrupción y la ambición personal campan tan a sus anchas como en su lado del muro.
A Martin no le cuesta demasiado acostumbrarse al consumismo desaforado del capitalismo
La pena es que ese mismo equilibrio no parecen haber sido capaces de encontrarlo (o no han querido hacerlo) a la hora de reflejar a la sociedad y el gobierno de la Alemania Oriental, en donde la imparcialidad ha brillado por su ausencia. Que yo puedo entender que la mayoría de los alemanes no sientan simpatía por el bloque soviético que mantuvo al país dividido durante décadas, y que todo lo que hicieron les hace merecer todas las críticas del mundo. El problema es que lo que podría haber sido una crítica razonada y meditada sobre todo lo malo que tenía aquel gobierno y aquella sociedad, se convierte en momentos puntuales en casi una caricatura en la que se regodean de tal forma en lo malvadísimos que eran los Alemanes orientales que estos parecen sacados de un comic de Stan Lee para la Marvel de los sesenta.
Aunque parezca que exagero, hay momentos en los que parece que han rescatado al Stan Lee del pasado para que les ayude con los guiones
Pero pese a que no se trata de una serie perfecta, sí que es una serie muy recomendable. Como thriller de espías es bastante entretenido y siempre es refrescante ver un punto de vista algo diferente sobre temas ya conocidos aunque solo sea por ver otras formas de narrar historias (si esta serie fuese estadounidense seguro que hubiéramos visto mucha más muerte y violencia). Y tanto ha gustado al público en Alemania y fuera de ella que desde la productora ya han confirmado que hay planes para realizar dos secuelas de esta serie, Deutschland 86 y Deutschland 89, culminando la historia con la caída del Muro de Berlín y el inicio de la reunificación de Alemania. Aunque de momento esos planes no se han concretado ni se sabe si hay luz verde para comenzar el rodaje de las secuelas o si en estas regresaran los personajes de esta o contaran con un reparto completamente nuevo. Así que crucemos los dedos para que todo salga bien y próximamente podamos volver a viajar a los 80.