La televisión británica sigue siendo una fuente casi inagotable de sorpresas con estos estrenos que casi parecen surgir de la nada, que descubres prácticamente el mismo día de su estreno y que en ocasiones a la sorpresa de su estreno hay que añadirle el buen sabor de boca que dejan tras su visionado (¡llámame anglobaboso Diógenes, que se que lo estas deseando!). Esto es lo que me ha sucedido con The Aliens, uno de los últimos estrenos de la cadena E4 y en la que la ciencia-ficción, el humor negro (y el grueso) el drama y la crítica social se dan de la mano para traernos un estreno de lo más interesante y actual. Así que si como me ha sucedido a mí, hay mas gente que no tenía ni idea de que este proyecto estaba en marcha o que ya se había estrenado, aquí va un pequeño aviso de su existencia y una recomendación para disfrutar de ella.
Hace cuarenta años una nave de origen extraterrestre se estrelló en la costa británica y sus tripulantes fueron trasladados al país. Estos alienígenas apodados “Morks”, y que al menos exteriormente son indistinguibles de los terrestres, se han pasado esas cuatro décadas como ciudadanos de segunda recluidos en un ghetto amurallado conocido como Troy del que solo pueden salir bajo controladísimas condiciones para trabajar en la ciudad y a los que deben regresar en cuanto se cumple su toque de queda. Es en el punto de control de Troy donde trabaja el oficial Lewis (Michael Socha) un tipo normal y corriente de clase trabajadora con una vida monótona y aburrida cuya mayor emoción consiste en chatear con una camgirl. Una monotonía que terminara el día en el que una banda de delincuentes de poca monta del otro lado del muro y los negocios poco legales de su hermana pongan patas arriba su mundo y tenga que replantearse todo aquello en lo que creía.
Lewis va a echar mucho de menos la monotonía de su antigua vida
La ciencia-ficción a servido a menudo como vehículo para contar otro tipo de historias de temática mas social, sin ir más lejos esta serie le debe muchísimo a películas como Alien Nation o Distrito-9. Pero en este caso, e imagino que en parte debido a restricciones de presupuesto, seria más acertado decir que estamos ante una serie dramática con una fuerte carga social a la que se le ha dado un leve barniz de ciencia-ficción y humor para que los temas que tocan sean algo más fáciles de digerir. Y es que es imposible no darse cuenta ya desde el primer momento de la serie que estos aliens no son más que un trasunto nada disimulado de los inmigrantes que están llegando a Europa en forma masiva y que se encuentran hacinados en campos de refugiados, combinados con la estética de eso que los británicos llaman “Chavs”. Aunque los paralelismos no terminan ahí, porque eso de vivir recluidos detrás de muros y permitirles salir de allí solo para trabajar bajo estrictas medidas de seguridad recuerda demasiado a la situación de los Palestinos que viven en los territorios ocupados por Israel.
Si Donald Trump viese esta serie seguro que entendería el mensaje equivocado
En resumen, estos aliens que visualmente son idénticos a los humanos representan aquí a “los otros”, a los inmigrantes, a los “vecinos” incómodos, las clases sociales con la que no queremos mezclarnos, los homosexuales, gente con otro color de piel o religión… Y con la excusa de la ciencia-ficción y el humor nos presentan un retrato poco agradable en el que es imposible no reconocer actitudes de nuestros gobiernos de nuestros vecinos y conocidos o incluso de nosotros mismos. Pero nada de esto sorprende demasiado si tenemos en cuenta que esta serie está producida por la misma compañía que nos trajo Misfits y que ha sido creada por uno de los guionistas de In The Flesh. Dos series que supieron combinar bastante bien el humor con la crítica social, un equilibrio que al menos de momento está funcionando muy bien en The Aliens.
Y que estén bien controlados e identificados para que se les pueda tratar de forma diferente
Quienes al leer ciencia-ficción y televisión británica y piensen en Doctor Who quizás no deberían acercarse a esta serie porque en este caso lo de “ciencia-ficción” resulta un tanto engañoso, pero quienes disfruten de esa mezcla de drama y humor negro que tan bien se le da a los británicos. Una serie que con algo de suerte también nos recordara que todos esos “aliens” que nos encontramos en la vida real y que tan diferentes nos resultan, en el fondo no lo son tanto.