El juego de este verano ha acabado siendo el típico tapado del que nadie esperaba nada, un juego de esos que debería haber pasado desapercibido en el catálogo de lanzamientos pero que misteriosamente alguien empezó a jugarlo, le gustó y todo el mundo empezó a darle hasta que se convirtió en un fenómeno. Me estoy refiriendo, como no, a ese juego de jugar al futbol con cochecitos que nos esta volviendo locos, me estoy refiriendo a Street Racer:
Porque en estos días no paro de oir sobre Rocket League y su inspiración directa en otro juego de Psyonix llamado «Supersonic Acrobatic Rocket-Powered Battle-Cars»(2008), pero parece que todos se han olvidado de que en 1994 Vivid Image desarrolló este pequeño clónico de Mario Kart para Supernintendo y que tenía un modo de juego en el que jugabas al futbol con tu coche. Increíble, ¿verdad?
Aunque el modo futbol de Street Racer (siendo Vivid Image una desarrolladora inglesa es una vergüenza que lo llamaran Soccer Mode) tampoco es que fuera gran cosa, porque sólo tenía una portería y los ocho contendientes trataban de marcar goles hasta que se acabara el tiempo o uno de ellos marcara un número determinado. Las partidas se volvían caóticas y no acababas de saber muy bien que es lo que estabas haciendo, con lo que pasaría a la historia como un extra anecdótico de un juego que tampoco era gran cosa. Pero aquella mezcla de Mario Kart y los Autos Locos (el Wacky Races de Hannah Barbera) tuvo éxito en su salida para Supernintendo y me llamó la atención por ese modo de juego, y por eso me acordé de él cuando Rocket League empezó a reventar steam este verano.
La verdad es que Rocket League triunfa donde Street Racer fracasó, porque te permite jugar un partido de futbol con dos equipos y dos porterías, mete el elemento acrobático que le falta a Street Racer y en general te permite saber lo que estás haciendo (al margen de la sensación de caos inicial que te provoca eso de pegarle a una pelotita a nosecuantos kilómetros por hora). Pero creo que no viene mal recordar a aquel juego que tuvo su momento de gloria en Supernintendo para luego acabar arrastrándose en conversiones sucesivas a Megadrive, Playstation y Saturn, donde recibió unas reseñas demoledoras por no haberse adaptado a los nuevos tiempos del polígono.
Las virtudes de Street Racer estaban en otra parte, con su modo Rumble basado en el típico Rey de la Montaña en el que tenías que tirar de una plataforma a tus rivales, en sus complicados circuitos que eran toda una evolución respecto al Mario Kart original y, sobre todo, por ser el primer juego de karts que nos permitía jugar cuatro jugadores a la vez, adelantándose por dos años a Mario Kart 64. Sin embargo y a pesar del éxito inicial del juego, Vivid Images no supo explotar el filón que tenía entre manos y en los años sucesivos se limitó a hacer las ya mencionadas versiones de Playstation y Saturn, con lo que el nombre de la franquicia se degradó y su siguiente juego de autos locos sería S.C.A.R.S., que no tuvo tanto éxito como su antecesor y acabó sumergiendo a la desarrolladora en una espiral descendente de la que no lograría salir.