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¿La mejor película de los 4 Fantásticos? (II): Superhéroes low cost

Finalizamos estas dos semanas de hablar de Los 4 Fantásticos, Josh Trank, Roger Corman y esa mezcla de horrores e infortunios que ha llevado a la tropa de Reed Richards a tener las peores adaptaciones a la pantalla grande con la primera película del grupo, «The Fantastic Four» de 1994. Una película que ya en sus títulos de crédito remite a los años 80, a las grandes adaptaciones de Superman que hizo Richard Donner en los 70:

Ya sólo con esto es más fiel que la de Josh Trank, porque en esa ni salía el logo…

Sí, he dicho que una película de los 90 recuerda a los 80 con unos créditos basados en unos de los 70. Pura vanguardia. Dejando de lado el hecho de que el compositor sobreactúa con su intento de imitar a John Williams y que la mayor parte de la intro está hecha a partir de imagenes de archivo de la NASA totalmente gratuitas, lo importante de estos créditos es que nos hacen mirar al espacio desde el minuto uno, dejando claro que Los 4 Fantásticos son exploradores de lo desconocido: ¿Has oido eso, Josh Trank?

Reed y Ben en sus tiempos universitarios.

¡Se parece más que Julian McMahon!

La película empieza con el mismísimo George Gaynes, el Comandante Lassard. ¿Os podeis creer que este titán de la comedia sigue vivo y tiene ya 98 años? ¡Y yo pensaba que aguantar a Punky Brewster tenía que acortarte la vida! Aquí Gaynes interpreta al profesor universitario de Reed, Ben y Victor, y el hombre aprovecha para hablarnos de Colossus, un cometa que pasa por la tierra cada diez años y que emite unas energías extrañísimas que posibilitarían cosas muy locas como superar la velocidad de la luz. Reed y Victor se disponen a analizar el cometa desde su laboratorio de la universidad, pero la cosa acaba saliendo mal (al Doctor Muerte siempre le salen mal los experimentos, así es la vida) y la energía del cometa sobrecarga el chisme que estan usando y a Victor le estalla todo en la cara. Ben y Reed lo llevan en el hospital, pero un médico con pinta de trilero (el barbas de la foto) les comunica que Victor ha muerto.


Esto de espias latverianos con estas pintas y jugando al ajedrez es un poco que demasiado tópico, ¿no?

Pasan 10 años y nos enteramos de que la explosión ha dejado a Victor muy loco y echándole la culpa del accidente a Reed (los calculos de Reed estaban mal y quería hacer una simulación, pero Victor se dió cuenta de que no tenían tiempo para hacerla y se le quedó la jeta hecha un cromo), por lo que decide chafarle su nuevo experimento: Viajar al espacio en un cohete y analizar el cometa de marras mediante un diamante raro de plástico que parece un panal de abejas modernochentero.

Cual es mejor casting, ¿Jessica Alba, Kate Mara o Rebecca Staab?

Lo importante es que en estos diez años a Reed le han salido canas y Susan ha pasado de ser una cría a ser una moza de buen ver que le deja turulato al pobre científico. Este es uno de los puntos valientes de la película, porque respeta el origen que le dio Byrne a la relación entre ambos, con la niña que se enamora del estudiante universitario que vive en la habitación alquilada, pero a la vez consiguen justificar el hecho de que Susan y Johnny estén en el cohete argumentando que se han pasado diez años escuchando a Reed hablar del proyecto y a estas alturas son auténticos expertos en el tema.

«-Look at them… The Fantastic Four!»

Y con El Joyero llegamos al mayor cambio respecto al cómic original, la sustitución del Hombre Topo por un tipo que vive en las alcantarillas y que está obsesionado por las joyas. A estas alturas esta claro que este cambio no es por un complejo chorra, es porque no había dinero para hacer la Isla de los Monstruos y los Topoides, pero lo de su obsesión por Alicia Masters y fusionarlo con el Amo de Marionetas se me hace un poquito forzado. Que por cierto, hablando de Alicia…

¡Soy una ciega loca que se enamora de la gente por contacto!

La primera escena de Alicia y Ben es surrealista a matar; Ben tropieza con Alicia y la hace tirar al suelo una estatua que lleva en las manos y que se hace añicos. Ella se enfada en un principio mientras Ben trata de ponerla en pie, pero ella se calma en cuanto le toca la cara y… Supongo que surge el amor entre los dos. Porque ella puede sentir su arrepentimiento y su alma pura y noble y… Bueno, que a todo esto el Joyero les da el cambiazo a los 4F y se lleva el diamante bueno para Latveria, con lo que el cuarteto se va al espacio e intenta hacer el experimento con un cacho plástico y claro, la cosa acaba con su cohéte reventando. Cosa que, dicho sea de paso, deja claro que la culpa del accidente no es de Reed, si no de Victor, con lo que se quitan de encima todo el drama de Ben Grimm echándole la culpa a su mejor amigo de haberlo convertido en un monstruo.

Aquí en el guión debía de poner que la lluvia de rayos cósmicos debía de ser como el final de 2001 pero en barato.

El grupo acaba aterrizando en un descampado durante un dia y una noche durante los que descubrirán sus poderes, todo ello sin que se asome por allí un guardia del Seprona a multarlos por ensuciar el monte y montar hogueras. Pero es lo que suele pasar cuando te dan por muerto, que por mucho que en Latveria sepan que han sobrevivido y tengamos una dosis de su monarca mostrando enfurecido el maravilloso vuelo de su capa, el resto del mundo y Alicia en particular se preparan para homenajear a los valientes astronautas fallecidos. Pero la cosa no llegaría muy lejos porque el Joyero se ha encaprichado de Alicia por razones más pasionales que el Amo de Marionetas, y decide mandar a sus vagabundos a raptarla. Que ojo, la raptan al más puro estilo Tim Burton, la rodean cual masillas de Power Rangers y, sin ponerle la mano encima, la duermen con un spray. Este joyero hay que reconocer que tiene clase…

Os juro que el Doctor Muerte se pasa media película sentado en su trono acabando todas sus escenas con un BWAHAHAH.

Mientras tanto el ejército yanqui ya ha encontrado a los 4F, pero es en ese momento cuando Ben Grimm se da cuenta de que se ha transformado en un monstruo naranja. Porque eso de tener piel de roca no debe de doler nada, ni tampoco notas nada cuando de repente tienes cuatro dedos en cada mano en vez de cinco. El caso es que para cuando le vienen a decir que esta hecho un adefesio y él se da cuenta de que en la versión de Josh Trank se le ha caido el pene, se pone a gritar y berrear de forma bastante cómica, pero como no hay presupuesto el hombre no llega a pegarse con nadie y se calma rapidamente en cuanto Reed le dice que ya buscarán ayuda.

¡Estoy super furiosito!

Los militares los llevan a una base en la que los tratará un médico llamado «Doctor Hauptmann», que cualquiera que haya leido algo del grupo sabe que debe de estar en nómina del gobierno de Latveria. El caso es que la película decide que es buen momento para hacer coñitas a costa del médico, que no tarda en contarle todo lo que descubre sobre ellos al Doctor Muerte, el cual esta muy contento con la información y no deja de toquetearle la cara, con lo que deduzco que el matrimonio gay nunca fue ilegal en Latveria. El caso es que el monarca decide que le llenaría de orgullo y satisfacción el drenar esos poderes de los 4 Fantásticos, con lo que envía a sus espías jugadores de ajedrez a pedirle amablemente al Joyero que les entregue el diamante que robó a los cuatro accidentados. Pero el Joyero no colabora porque ha decidido que el diamante pertenece a su nueva reina (Alicia) con lo que el Doctor Muerte decide tomar cartas en el asunto personalmente y viajar a Nueva York en persona para matar a un puñado de vagabundos.

Hombre, mejor que el de Josh Trank desde luego que lo es…

Mientras tanto, los 4F se huelen que la base esa huele a gato encerrado y deciden largarse, con lo que aparte de noquear a unos guardias mediante una de las escenas de acción más cutres jamás vistas (la camara empieza a dar vueltas y se oyen unos cuantos mamporros, un prodigio de la edición), descubren que su captor es nada más y nada menos que el Doctor Muerte, y que estan en Latveria. El monarca (que aún no ha salido a Nueva York porque debía de estar haciendo todavía las maletas) les ofrece quedarse en su celda como niños buenos (literal) o enfrentarse a sus muertebots, que son unos fulanos con chubasquero verde y gafas de sol que tienen peor puntería que un stormtrooper ciego.Y es en ese momento en el que vemos la primera pelea de la película, un pequeño despropósito en el que vemos a Ben disfrutando con eso de dar mamporros y a Reed Richards usando su tremendo ingenio en la elaboración de una estratagema digna de Alejandro Magno: utilizar sus poderes para ponerle la zancadilla a todos los muertebots que entraran en la sala. El grupo no tarda en escapar y el Doctor Muerte muestra su frustración encogiéndose de hombros…

Se supone que eso es un muertebot. Sé que no se ve nada, pero sólo es un tio vestido de verde con una capucha y gafas de sol negras…

Ya en Nueva York, Reed elabora una teoría sobre el origen de los poderes del cuarteto; Sue se vuelve invisible porque es tímida, Johnny tiene mucho temperamento y estalla en llamas (vamos, que tiene el pavo todavía), él se estira porque es un controlador de mierda y Ben es un bruto y por eso ahora es una Cosa. Lo lógico es que Ben le habría arreado una buena hostia por esto, pero Reed sigue hablando de que el cometa ese se ha fusionado con ellos haciendo que sus defectos se conviertan en virtudes. Finalmente Ben no aguanta tanta gilipollez y decide largarse, conservando la calma en todo momento y comunicándoles de una forma muy asertiva que el ser el único miembro del grupo que no puede llevar una vida normal gracias a sus poderes le esta afectando gravemente. Así que sale el tio a pasear por Nueva York para asustar a unos cuantos vecinos, que eso tiene que ser cachondo. Sólo que como el tipo es tan buena gente la cosa no acaba de hacerle gracia y acaba muy afectado porque no puede entrar a ninguna chavala.

«-Pero si cuento unos chistes buenísimos…»

Ajenos a todo este drama, Reed, Johnny y Sue reciben  de esta última unos bonitos y nuevos pijamas, que como gente cabal que son deciden que es buena idea llevarlos por la calle y así solidarizarse con Ben por no poder pasearse por la calle tranquilamente(bromas aparte, otra vez son más fieles al original que cualquiera de las encarnaciones posteriores). Mientras tanto Ben recibe la invitación de los vagabundos del Joyero para vivir en las alcantarillas, metiendo a Ben en la base de los idiotas estos y liándola parda en cuanto el hombre se entere de que han raptado al amor de su vida al que sólo había visto una vez al principio de la película. Pero por esos azares del destino el Doctor Muerte decide atacar al Joyero antes de que Ben se diera cuenta del asunto, con lo que tenemos al buen Doctor destrozándolo todo mientras la heróica Cosa de Ojos Azules se dedica a mirar. El Joyero, desesperado ante el embate de su enemigo, decide recurrir a su última carta: usar a Alicia como rehén, «si me tocas la mato». A lo que el rey de los latverianos responde con un lógico «-¿Y a mí qué?

¡Ojo que el personaje lleva 50 años llevando pistola y nunca la había sacado de la cartuchera!

Pero como ya era hora de que Ben Grimm se ganara el pan, el hombre salta al ruedo y trata de salvar a Alicia del Joyero, que suelta rápidamente a su rehen sólo para que Muerte la encañone también. Y en estas que estaba Ben Grimm a punto de hacerle tragar su máscara al buen Doctor, cuando Alicia le grita que le quiere, y Ben al oir eso se transforma en humano otra vez, con lo que tiene que salir por piernas y Alicia se queda de rehen. Pero poco le dura la humanidad, porque en cuanto sale a la calle se pilla un cabreo y vuelve a transformarse. Corman debía de odiar a Ben Grimm…

Así en pequeñito y a mierda resolución VHS igual la Antorcha Humana cuela… Ya, va a ser que no.

Mientras tanto, Reed ha descubierto que el tipo latveriano que se hace llamar Doom es, curiosamente, su viejo compañero de clase Victor Von Doom, que enseguida les llama por skype y les viene a decir que si no se entregan a el en 12 horas, usará el diamante que acaba de robar para activar un láser que destruirá Nueva York enterita. Así que Reed decide que piensa ir solo a arreglarlo, pero Ben quiere partirle la cara  a Victor de todas formas, Susan declara su amor por Reed y le dice que pasa de perderlo ahora, con lo que Johnny aprovecha para hacer otra de sus malas imitaciones de Jim Carrey (gesticula mucho y eso) para decir que tiene que cuidar de su hermana, y hacen eso de juntar las manitas que tanto les gusta.

¡Porque eso de juntar las manos es muy importante!

Y así es como llegamos al último cuarto de hora de película con el grupo uniformado y listo para pegarse con el Doctor Muerte en su castillo de Latveria, algo que misteriosamente nunca hemos vuelto a ver en el cine porque los de la Fox no tienen ni idea. Aunque vete a saber, igual los de la Fox tienen razón porque en esta película los 4 Fantásticos son capturados por Muerte nada más entrar en el castillo. Victor les viene a dar una chapa y a drenar sus poderes con un cañón, pero Reed consigue estirar su pie por debajo del rayo de éstasis con el que estan aprisionados y consigue pegarle una patada al rayo, que destruye el otro rayo y… Bueno, que empiezan las tortas.

«-Y el alicatao de las almenas me habrá costado solo unos 45 euros, porque conocía a la suegra del albañil…»

Muerte decide activar el láser que supuestamente va a destruir Nueva York (no me voy a parar en pensar en la curvatura de la tierra y esas cosas) y Johnny decide perseguir el rayo para detenerlo, mientras Reed persigue a Victor, Ben rescata a Alicia y Susan se queda mirando mientras tumblr arde de furia. El caso es que Reed acaba enfrentándose a Victor en solitario, y el hombre enseña una terrible arma de su guantelete: Uñas retráctiles de metal. Pero Reed puede estirarse y le arrea unos cuantos puñetazos desde la distancia en plan «¡toma esto por intentar matarme, esto por intentar matar a mis amigos y esto por ser un borderline!», con lo que Victor se cae por las almenas del castillo y rechaza la ayuda de Reed para subirlo, con lo que cae al vacio descojonándose en plan villano perturbado (que al fín y al cabo es lo que es).

Ah y Johnny adelanta un rayo láser y salva nueva York enviando el rayo al espacio y ardiendo sin oxígeno en el vacio y… ¿a quién carajo le importa?

Y esto es The Fantastic Four, una película con más alma que la de Josh Trank y con más lógica de la que tenía la de Tim Story. Si nos olvidamos de la verosimilitud científica y de los abominables efectos especiales, tenemos que la cinta de Sassone sabe mejor que todos sus antecesores quienes son los 4 Fantásticos, con lo que probablemente sea la mejor mierda que se haya hecho de todas las mierdas. A ratos es aburrida, a ratos ridícula, pero desde luego no tiene los complejos que tienen las producciones de la Fox. Además, hay que tener en cuenta que esta película fue destruida por ser «muy mala», y creo que puedo decir con toda seguridad que en la fecha prevista para su estreno, The Fantastic Four habría sido la mejor película de Marvel que se había hecho hasta entonces. Pero claro, cuando la competencia son cosas como el Punisher de Lundgren o El Juicio del Increíble Hulk, como que no era complicado…

¡Reed Richards es un dejado, Susan se pone vestido de novia y él va a la boda en pijama!

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