Más de una vez me han dicho que no debería juzgar una serie por sus primeros episodios, que siempre me dejo llevar, que me ciego, me entusiasmo, solo veo lo bueno y acabo equivocándome. Si eso es realmente así, como debe ser una serie de la que tras ver dos episodios no solo soy incapaz de encontrar nada bueno, sino que tengo ganas de poder borrar de mi memoria los cuarenta minutos que he pasado viendo el episodio doble de su estreno. Eso es lo que me ha sucedido con The Last Man on Earth, una comedia negra post-apocalíptica de la que no sabía nada y que ahora hubiera preferido seguir así.
En el año 2021 la Tierra se ha convertido en un gigantesco cementerio barrido por un virus que ha terminado con la vida de la humanidad, bueno, no de todos. Phil Miller (Will Forte), tras haber recorrido durante dos años todo Estados Unidos (para no en Canadá, México y demás países cercanos…) está convencido de ser el único superviviente. Phil parece resignado y acepta esta situación regresando a su Tucson natal para vivir esta nueva vida en solitario en un mundo que ahora le pertenece, pero las cosas no serán tan fáciles como él creía. La soledad no tarda en hacer mella en Phil y este entra en una espiral autodestructiva que acaba llevándole hacia el suicidio. Pero el destino responde finalmente a las suplicas de Phil y este descubre que no se encuentra tan solo como creía, aunque puede que no tarde en arrepentirse de haber perdido esa soledad…
Yo no sé si es que esta serie tiene un humor muy «estadounidense» con el que no acabo de conectar, si me ha pillado espeso o si sencillamente es que la serie es rematadamente mala, pero hacía tiempo que no me costaba tanto terminar un episodio piloto ¡Y hablamos de una serie cuyos episodios duran 20 minutos! Yo es que debo ser raro porque de una comedia espero que me haga reír, no que me tenga aburrido ante la pantalla esperando al menos ser capaz de esbozar una ligera sonrisilla, y ni eso ha conseguido The Last Man on Earth ni en el piloto ni en el segundo episodio que se emitió junto con él.
Lo triste es que la propuesta es interesante y se le podría sacar mucho jugo a esta situación. Pero en lugar de hincar el diente en la historia con todo el humor negro y la mala leche que debería tener un producto así, lo único que me he encontrado es como TLMoE se regodea en una serie de tópicos casposos, trasnochados y predecibles sobre la “guerra de los sexos” (¿aun estamos con eso?) que me han provocado por una parte mucha vergüenza ajena y por otra la sensación de estar viendo una comedia de los años noventa. Aunque lo que más me ha sorprendido probablemente sea el haberme encontrado con tantísimas reseñas positivas recibidas por la serie en Estados Unidos que me hacen pensar que igual el problema es que se trata de un humor muy local que yo no acabo de entender, aunque no estoy seguro de querer hacerlo.
Quizás me este equivocando con esta serie, no sería la primera vez que sucede. A lo mejor a TLMoE le sucede como a Brooklyn 99 o Parks and Recreations, que detesté sus primeros episodios, me costó una barbaridad no abandonarlas y acabaron convirtiéndose en dos de mis comedias favoritas (ahora mismo estoy sufriendo la primera parte de ese proceso con Community, ya contare como sigue la cosa). Lo que no sé es si tendré el valor y la fuerza de voluntad suficientes como para seguir viendo The Last Man on Earth unos cuantos episodios mas, pese a que al parecer poco a poco se irán incorporando nuevos personajes que quizás ayuden a dinamizar un poco la historia. Si al final tengo valor para seguir con ella y la cosa cambia a mejor ya actualizare con un nuevo articulo arrepintiéndome de esta primera impresión.