El final del verano y los parones otoñales son las épocas ideales para darle una oportunidad a todas esas series de televisión que hemos tenido que ir dejando de lado durante el año, o incluso años (también hay quien sale por ahí a que le dé el sol en la playa, pero aquí no somos de esos) Una de esas series a las que llevaba tiempo queriendo dar una oportunidad pero que no acababa de encontrar el momento, era la comedia de la NBC Parks & Recreation. En estos tiempos que corren uno necesita más que nunca ver una buena comedia, y esta había recibido bastantes buenas críticas, entre eso y que la corta duración de sus episodios la hacían perfecta para verla en cualquier momento para pasar el rato han hecho que finalmente me haya puesto a verla (si, a veces hace falta muy poco para motivarme a ver una serie) Pero la navidad, los artículos de final de año y esas merecidas vacaciones se interpusieron en la redacción de este articulo, y eso ha provocado que en lugar de escribirlo cuando estaba terminando la primera temporada como era mi intención, escriba esto comenzando su sexta temporada. Y menos mal que ha sido así porque mi opinión sobre la serie ha cambiado muchísimo…
La ciudad (imaginaria) de Pawnee, Indiana, es una pequeña comunidad famosa por tener uno de los mayores índices de obesidad y diabetes de todo el país, por sus plagas de mapaches, su poca preocupación por el medioambiente y en la que en los años setenta (¡1970!) aun se quemaba a la gente por practicar la brujería entre otras muchas (y lamentables) cosas. Pero para Leslie Knope (Amy Poehler), subdirectora del departamento de Parques y Esparcimiento, es la mejor ciudad del mundo. El entusiasmo de Leslie por su ciudad y su trabajo no es precisamente compartido por sus compañeros, cuya actitud oscila entre la pasividad de personajes como Tom Haverford (Aziz Ansari), el boicot a las interferencias gubernamentales en la vida de los ciudadanos del Director del departamento, Ron Swanson (Nick Offerman), pasando por la incompetencia mas absoluta de buena parte del resto del equipo. Ni tampoco por sus conciudadanos, quienes la mayor parte del tiempo se comportan como una turba ignorante y supersticiosa que deberían ser encerrados y tirar la llave. Pero nada de eso será obstáculo para que Leslie ceje en su empeño de dejar de lado su misión de convertir Pawnee en el mejor lugar para vivir.
Si, a primera vista la serie parece que no es más de lo que era en un principio, un intento descarado de exprimir el éxito de The Office contando el día a día de un grupo de gente muy peculiar que trabaja junta en una misma oficina. De hecho Parks and Recreation originalmente iba a ser un spin-off de The Office ambientado en el mismo universo, pero pese a que se desecho esa idea al no ocurrírseles como enlazar ambas, si que se mantuvo el formato de “falso documental” que permite a los personajes hablar directamente al espectador y que tan buenos resultados había dado.
Pero esos buenos resultados no se vieron en un principio exactamente… La primera temporada es un desastre en el que ni guionistas ni actores parecen saber que están haciendo. Hay momentos en los que parecen querer tomarse demasiado en serio a sí mismos y en otros pasan a la comedia más absurda. Y casi mejor ni hablar de la protagonista de la serie, Leslie, que en esa primera temporada parece una versión tonta (y a ratos insoportable) del personaje de Steve Carell en The Office. Sí, hay momentos divertidos, pero casi hay que buscarlos con pinzas. Por eso me alegro de haber escrito este artículo tras haber comenzado el visionado de su sexta temporada y no como era mi idea original cuando aún estaba terminando la primera, porque el artículo hubiera sido muy diferente…
Pero en esa segunda temporada hasta la que vale la pena aguantar (o igual uno podría saltarse por completo la primera…) todo cambió a mejor, los guionistas acertaron a encontrar el rumbo y tono adecuados para la serie, los personajes encontraron su sitio y la incorporación a la serie de los auditores estatales Chris Traeger (Rob Lowe) y Ben Wyatt (Adam Scott) fue todo un soplo de aire fresco. Pero el mayor cambio lo podemos apreciar en el personaje de Leslie, quien paso de ser incompetente y tonta (algo por lo que recibieron bastantes criticas) a ser una profesional de lo más capaz aunque algo ingenua y demasiado pasional. El cambio fue tan grande que de no soportarla durante casi toda la primera temporada he pasado a considerarla mi segundo personaje favorito de la serie.
Pero es que ese lugar de honor lo ocupa el grandísimo Ron Swanson, interpretado por un inmenso Nick Offerman, un personaje que pese a salir poco (aunque ha ido ganando peso a medida que han pasado los años) roba cada escena en la que aparece. Este hombre parco en palabras al que le gusta la caza, construir cosas con sus propias manos, el silencio y la soledad, tiene unos ideales profundamente libertarios que le hacen considerar toda forma de gobierno como un robo y una interferencia inútil e injusta a los ciudadanos, Ron desde su posición dentro de ese mismo gobierno que detesta trata de boicotearlo a la menor oportunidad. Pero pese a que le cuesta una barbaridad reconocer sus sentimientos o hablar de ellos (o de cualquier otra cosa) con el paso de las temporadas se ha ido abriendo ligeramente y ha demostrado que al mismo tiempo es alguien profundamente honesto y leal y con un corazón de oro dispuesto a cualquier cosa por ayudar a sus amigos, siempre que no quieran hablar demasiado de nada, ponerse sentimentales… Eso sin olvidar que Ron es también el responsable de algunos de los mejores diálogos de la serie, siendo uno de los “filósofos” más divertidos (y en ocasiones acertado) de la historia de la televisión reciente.
Aunque para que negar, igual ha existido otro motivo por el que me he decidido empezar a ver la serie justo ahora… Si, Andy Dwyer es solo un secundario, su personaje no suele tener demasiado peso en las tramas, pero tenía mucha curiosidad por ver cómo era Chris Pratt antes de saltar a la fama como nuevo superhéroes de Marvel. Y aparte de estar casi irreconocible y parecer bastante mayor de lo que es en realidad (lo que hace el sobrepeso) puedo entender que vieron en él para convertirle en protagonista de Guardianes de la Galaxia. Eso sí, viendo como coincidiendo con el rodaje de GotG, el personaje de Chris Pratt tuvo que ausentarse de la serie mientras Pratt rodaba la película, los guionistas le enviaron a Londres (donde se rodo buena parte de GotG) a trabajar con un LORD ingles interpretado por Peter Serafinowicz (Denarian Saal de los Nova Corps en GotG) me niego a creer que eso sea una simple coincidencia…
Pero coñas aparte sobre las conexiones con el universo Marvel, tengo que reconocer que la serie me ha enganchado por meritos propios. Hacía bastante tiempo que no disfrutaba tanto con una comedia y he acabado devorando las temporadas a razón de cuatro o cinco episodios diarios. Pero no ha sido solo el humor lo que me ha encantado de la serie, son todos esos personajes entrañables que (en la mayoría de los casos) son gente decente que vive para ayudar a los demás, y no sé, en estos tiempos en los que parece que todo el mundo vive a lo “sálvese quien pueda” da gusto contar con una serie así. Aunque no me hubiera importado si con el cambio de tono de la serie se hubiesen librado de Tom y de su amigo Jean-Ralphio…, el único punto negro que le encuentro a la serie. Eso si, quien me mandaría a mi engancharme a la serie el mismo año que se emite su última temporada.