Creo que no sorprenderá a nadie si digo que las historias de espías siempre me han encantado, después de todo ya he hablado por aquí de lo mucho que he disfrutado de cosas como Nick Furia, Velvet, James Bond, The Americans… Así que era solo cuestión de tiempo que acabase dándole una oportunidad a una serie que se ha hecho famosa precisamente por parodiar ese género, Archer. Me ha costado ponerme a ello pero tras verme la primera temporada en un par de días puedo afirmar que la espera ha valido la pena.
Sterling Archer, nombre en código “La Duquesa”, es el mejor agente de la organización secreta I.S.I.S. (International Secret Intelligence Service). Es un espía consumado, experto en arte marciales y tirador prodigioso… Pero también es un inmaduro, narcisista, alcohólico, machista, misógino, putero, adicto al sexo, racista, caradura… Básicamente un James Bond pasado de vueltas. Archer no hace su trabajo por patriotismo o por la seguridad del mundo libre, lo hace por el lujoso estilo de vida que le permite vivir, viajes exóticos, alcohol y mujeres, todo pagado por el gobierno. Bueno, por eso y porque la jefa de I.S.I.S. no es otra que Mallory Archer, su madre.
Esta disfuncional organización secreta tiene como misión proteger a su país de todas las amenazas que lo pongan en peligro, algo que consiguen siempre a pesar de ellos mismos, porque Archer y su madre no son los únicos con un buen carro de problemas de comportamiento a sus espaldas. Los miembros de esta organización son la banda de perturbados más grandes que he visto en mucho tiempo, pero supongo que ayuda a la hora de hacer el trabajo que tus enemigos están tan mal de la cabeza como tu…
Aunque es verdad que me costó un poco darle una oportunidad a la serie, algo obvio teniendo en cuenta que he empezado a ver la serie cuando esta va ya por su quinta temporada… Esto se debió a que cuando supe de ella me echaba un poco para atrás la estética de la serie, con combinación de fondos en 3D con esa animación algo limitada y unos personajes que no siempre son todo lo expresivos que deberían , lo que hacen que a veces esta parezca una de esas producciones baratas hechas en flash. Pero una vez metido en la trama, el negrísimo humor y la mala leche de la serie hacen que uno pase por alto esos detalles casi de inmediato. Porque si algo caracteriza a esta serie es el humor irrespetuoso y corrosivo que la envuelve y que parece ser la marca de fábrica de Adam Reed, el creador de la serie y alguien cuya carrera voy a tener que seguir un poco más de cerca.
La otra característica que destaca de la serie es ese aire atemporal que tiene y que tan bien le sienta, comenzando por la propia cabecera de la serie y que parece salida de cualquiera de las películas clásicas de James Bond. Archer está ambientada en una era indeterminada y anacronista con una estética propia de los años sesenta y en la que conviven la Unión Soviética, los ordenadores de cinta magnética y grabadoras de casette con Internet, teléfonos móviles y GPS. De hecho las oficinas de I.S.I.S. podrían ser perfectamente las oficinas de Mad Men, y seguro que no es casual que Archer se parezca tanto y a tantos niveles al mismísimo Don Draper…
Pero en los últimos tiempos la serie se ha hecho tristemente conocida por la coincidencia entre el nombre de la organización secreta y el de las siglas de la banda terrorista jihadista Estado Islámico. Por ello, los creadores de la serie se han pasado la última temporada abandonando poco a poco la utilización del nombre de I.S.I.S., y en la sexta temporada que se estrenara el año que viene, Archer y sus compañeros pasaran a trabajar para la CIA, abandonando definitivamente su nombre anterior. Es una lástima que se haya tenido que llegar a esto porque es ceder ante los terroristas, pero supongo que el público estadounidense está demasiado sensibilizado con el tema como para querer arriesgarse a que parezca que se lo toman a broma.
Yo hacía tiempo que no me reía tanto con una serie y es por ello que quiero recomendarla efusivamente, al menos a quienes busquen algo con un humor poco políticamente correcto y la mayor parte de las veces muy poco sutil (por no decir nada) de lo que suele ser habitual. Además, el que sean episodios y temporadas cortas hace que se vea en un suspiro y que sea fácil de encajar incluso en el horario más apretado, algo de lo que a estas alturas soy un experto… maldita oferta televisiva…