He tardado más de la cuenta pero al fin he podido ver el regreso de Bryan Singer a los mutantes cinematográficos. Esta era una película que tenía bastantes ganas de ver pero que por unas cosas o por otras he tenido que ir posponiendo su visionado. Había dos cosas que me preocupaban bastante de esta película, por una parte estaba por ver cómo le sentaría a Singer el regreso a esta saga que cimento su fama y por otro estaba el hecho de que esta sería la película que uniría las dos caras de esta dividida franquicia. ¿Cómo han salido director y personajes de esta aventura? Pues la verdad es que mejor de lo que me esperaba pero no tan bien como podría haber sido…
La película a su modo es relativamente fiel a la historia en la que está basada. Un asesinato (intento en este caso) en el pasado a manos de Mística termina desembocando en la creación de los Centinelas, el ascenso al poder de estos y la implantación de una dictadura apocalíptica que masacra casi por igual a humanos y mutantes. En este escenario de pesadilla la única opción es enviar al pasado a uno de los X-Men para evitar todo esto. Pero como Hugh Jackman es la superestrella de la Fox, es Lobezno quien acaba en el pasado como nexo de unión entre los mutantes del futuro y los del pasado (o los del pasado y los de más del pasado, según como lo miremos) y Kitty Pryde se ve relegada a ocupar el lugar de la aquí inexistente Rachel Summers (y sin explicarnos de donde ha sacado los poderes nuevos).
La película al final tiene muchas más cosas buenas que malas, es muy divertida, emocionante a ratos y mucho más fiel al cómic de lo que me hubiera atrevido a esperar. Muchos de los guiños al cómic están muy bien llevados (aunque es imperdonable no sacar una bola rápida especial para que lobezno se cargue en condiciones a algún Centinela) y debo reconocer que jamás me hubiera esperado lo visto en la escena post-créditos (de no ser porque al tardar tanto en ver la película me la habían destripado ya por todos lados) y tengo bastantes ganas de ver que harán a continuación. Aunque también hay que reconocer que si con el estreno de X-Men First Class y las películas en solitario de Lobezno la continuidad entre todas ellas ya era algo confusa en algunos aspectos, Bryan Singer no ha contribuido precisamente a arreglar eso, pero como gracias a él nos hemos librado de algunos de los peores elementos de la saga no se lo tendré en cuenta. Pero pese a todo lo bueno que tiene esta película, es difícil obviar algunos detalles que ensombrecen un poco la película.
El futuro post-apocalíptico de estos mutantes está poblado por muchas caras familiares surgidas del comic. Por ahí tenemos a clásicos como Mancha Solar (reconvertido en la Antorcha Humana), a no tan clásicos como Sendero de Guerra, más personajes como Blink o Bishop que aun no entiendo quien los echa de menos… Y también el regreso de Tormenta, Coloso, Hombre de Hielo y Kitty Pryde. El problema de todo esto es que no podría importarme menos lo que les sucediese, ya que la mayoría de ellos no son más que figurantes que en su mayor parte no abren la boca en toda la película. Singer les mata a todos no una, sino dos veces y de la forma más dramática posible, pero me da absolutamente igual porque lo que veo en pantalla son trajes negros corriendo y usando poderes parecidos a los del comic en unas escenas en las que la caracterización brilla por su ausencia. Entiendo que no son los protagonistas, que no hay tiempo para desarrollarlos como personajes en condiciones, ¿Pero tan difícil era sacarles hablando un poco, que parezca que son algo más que muñecos a pilas? Aunque por triste que suene esto, para mí no es lo peor de la película, eso me lo reservo para el final.
Ha pasado más de una década desde que vimos por primera vez a la Patrulla-X en los cines y muchas cosas han cambiado desde entonces, tanto dentro de la propia franquicia como en el cine de superhéroes en general. En aquella época, que ahora nos parece tan distante, los inmediatos precedentes que Singer parecía tener en mente eran las películas de Blade y Matrix, de ahí surgió aquella Patrulla-X tan sobria en el vestir. Pero desde entonces ha llovido mucho y nos encontramos ya en la era post-Marvel Studios, una era en la que hemos decenas de armaduras de Stark volando por los cielos, la ciudad dorada de Asgard e incluso los rincones más alejados del universo Marvel. El problema es que en muchos aspectos parece que Bryan Singer parece haberse creído que seguimos en aquel año dos mil lleno de complejos…
En X-Men: First Class los colores por fin habían llegado a los mutantes cinematográficos. Los estudiantes de Xavier llevaban unos uniformes que si no idénticos a los del comic sí que mantenían el mismo esquema de color negro/amarillo y les alejaban de esa imagen de “rebeldes de Matrix que han perdido sus gabardinas”. Pero la cosa no quedaba solo en los héroes de la historia, ya que también pudimos ver como Eric Lensherr tras pasarse al “lado oscuro” abandonaba los colores de Xavier y adoptaba un uniforme que resultaba mucho más familiar (y agradable a la vista) que lo que le habíamos visto llegar al pobre Ian Mackellen. ¿Pero que ha hecho Bryan Singer a su regreso a la franquicia? Lo que muchos nos temíamos, descartar todo eso y regresar al año 2000…
Los mutantes de Singer vuelven a vestir de negro, pero al contrario que en la trilogía original donde al menos había uniformidad en los diseños, aquí visten todos de forma diferente, solo que de un solo color, haciendo que más que un grupo parezcan una panda de góticos. Y yo puedo entender que en el futuro post-apocalíptico gobernado por los Centinelas la Patrulla-X no lleve trajes de colores que les conviertan en un blanco fácil (aunque teniendo en cuenta la tecnología detectora de mutantes de los robots, me da a mí que los mutantes serian vistos igual vistiesen de negro o de blanco) pero para sacar esos nefastos y trasnochados diseños, hubiera sido mejor optar por ser fiel al comic y mostrarnos a los mutantes con sus uniformes de prisioneros y ropa de calle. Lo que sí que no tiene nombre es lo que han hecho con los mutantes de los años setenta…
Los uniformes de First Class desaparecen por completo y los personajes visten con ropa de calle, lo que si consideramos cual podría haber sido la alternativa es casi un alivio. Magneto tampoco sale muy bien parado que digamos. Tras haber visto el uniforme que lucía al final de First Class, y que si bien no era el clásico, si que estaba más que inspirado en el que llevaba el personaje (¡ja!) en los New-X-Men de Grant Morrison y que visualmente era mucho más atractivo que lo que le vimos llevar a Mackellen hace años, duele ver lo que ha hecho Singer aquí. En su empeño porque todo vuelva a ser como cuando él lo inicio todo, no solo los X-Men del futuro visten de negro, sino que Magneto abandona el rojo y morado para vestirse con los mismos colores apagados de las primeras películas y con un casco que parece estar derritiéndose para ir tomando la forma de aquel horror de hace catorce años ¿Qué tenia de malo un Magneto que se pareciera al del comic? Que total, si vas a cambiar la continuidad de las películas que más dará conservar algo de color en los trajes… Y aun así esto no es lo peor de la película.
Lo peor para mí ha sido la utilización de Quicksilver/Mercurio en lo que parece una maniobra descarada para sacarle antes de que le viésemos en Vengadores 2, porque ni su intervención es especialmente necesaria para la trama (se podría haber utilizado a cualquier otro mutante para ello) y encima se libran de el enseguida, dejando más que claro para que ha salido en la película. Y si, la forma en la que han mostrado el funcionamiento de sus poderes no ha quedado mal, aunque a veces pareciera más un mutante que detiene el tiempo o un teleportador que un supervelocista, pero el resto… De la personalidad de Pietro, perdón, “Peter” Maximoff no vemos nada por aquí, de hecho podrían haberle reemplazado por el Velocidad de Generation Hope y no se hubiera notado la diferencia. Y de esas pintas que le hacen parecer el hijo bastardo de Dazzler y un Castithan de Defiance casi que preferiría no hablar, pero necesito hacerlo. ¿A que ha venido disfrazarle de plateado y hacerle casi albino? ¿Y lo de ponerle las gafas de Impulso? ¿Para qué lo llamas Quicksilver si no se parece nada al del comic? No sé como quedara al final el Quicksilver de Vengadores 2, pero por mal que salga no podrá ser peor que este.
Si, lo sé, quejarme prácticamente solo de los trajes puede sonar algo ridículo, pero es que tras años de ver como las películas de Spiderman eran las únicas que no parecían avergonzarse de su origen comiquero, y el haber visto todo lo que ha hecho Marvel desde que se estreno Iron Man, es triste ver como Singer sigue empeñado en que los superhéroes tienen que ir vestidos de oscuro, algo a lo que hay que sumar esa escena que eliminaron de la última película de Lobezno para que no viésemos como a Logan le entregaban su clásico traje amarillo y negro. Se ve que estamos condenados a ver a los mutantes como si les leyésemos en una Biblioteca Marvel de Forum. Pero criticas visuales a un lado, la saga de los mutantes está recuperando su forma y solo nos queda esperar a que Singer se dé cuenta de que si podemos aceptar a un mapache que habla y a un árbol que baila, podremos creernos una Patrulla-X de colores. Así que habrá que esperar a X-Men: Apocalypse para ver si ha aprendido la lección.