Como no me cansare de repetir, dado el actual estado de DC Comics, la Línea Vertigo se ha convertido casi en el único lugar en el que podemos encontrar lecturas de calidad. Y lo triste de ello es que ni de lejos alcanza el subsello a tener la calidad de la que disfruto en sus años de gloria bajo la supervisión de Karen Berger, pero que no sea tan bueno como en sus mejores años no quiere decir que no valga la pena leer las publicaciones actuales. Entre estas lecturas destacables encontramos la serie limitada “The Wake”, una historia post-apocalíptica de ciencia-ficción que nos viene de mano del dúo formado por el dibujante Sean Gordon Murphy y el guionista Scott Snyder, quien demuestra aquí que funciona mejor contando sus propias historias que con un personaje como Batman al que la editorial debe tener controladísimo.
Doscientos años en el futuro la civilización humana se encuentra prácticamente inundada y la humanidad está siendo exterminada por una misteriosa amenaza surgida de las profundidades del océano. Pero para saber cómo se ha llegado a esa situación hay que retroceder esos dos siglos, hasta el momento en el que el gobierno de los Estados Unidos le pide ayuda a la Doctora Lee Archer, una experta cetologa, para identificar unos misteriosos sonidos que se han grabado en el fondo del océano cerca de Alaska. La Doctora Archer acepta el trabajo de identificar ese extraño canto en parte porque a cambio le ofrecen recuperar su trabajo en el gobierno estadounidense, pero también porque no es la primera vez que escucha ese sonido…
La Doctora Archer es llevada a Alaska donde se reúne con el resto de expertos convocados por el gobierno y juntos se trasladan al lugar en el que se grabaron esos sonidos, una plataforma petrolífera secreta e ilegal situada en las profundidades de Alaska. Una vez en las profundidades, la Doctora Archer y los demás se encuentran con que cada uno de ellos ha sido invitado allí para analizar algo diferente, ella la grabación y los demás unas reliquias o muestras de tejido. Pero esas diversas investigaciones que no parecen tener relación entre sí, cobraran mucho sentido cuando el agente al mando de las mismas les presente al objeto de sus investigaciones. Pero como dice el propio Snyder en el “epilogo” del “prologo”, esto no es más que la mitad de la historia.
Tras este largo prologo de cinco números, en el que vamos saltando entre el “presente” y diversos periodos de la prehistoria, es cuando comienza la historia propiamente dicha, y es aquí donde esta mi único problema con este comic. Si estuviésemos ante una serie regular me daría igual que el primer arco argumental se utilizase como “prologo” a la historia principal. Pero tratándose de una serie limitada de diez números, me he quedado con la sensación de que se ha “gastado” demasiado espacio en algo que se podía contar en un par de números y que eso ha restado dicho espacio a la parte más interesante de la historia, la ambientada en el futuro.
Pero ese pequeño problema que le encuentro a la historia no significa que no me guste The Wake, al contrario, me está encantando. Snyder está aquí bastante mejor de lo que le he visto nunca en Batman seguramente, como apuntaba más arriba, por la libertad que le da el poder contar su historia sin depender del editor de turno, por lo que creo que me va a tocar darle una oportunidad a su American Vampire. Pero si a Snyder da gusto leerlo aquí, ver el trabajo de Sean Gordon Murphy es una gozada. Ya sea en el opresivo y claustrofóbico escenario de la primera parte de la historia como en el desolador futuro de la segunda mitad, Gordon Murphy no decepciona en ningún momento y consigue transmitir a la perfección el desasosiego de la apocalíptica situación a la que se enfrenta la humanidad.
Pese a los aparentes “esfuerzos” por parte de DC Comics, la línea Vertigo sigue resistiéndose a morir, aunque es difícil decir cuánto podrá aguantar. La pena es que en la editorial ya no parecen querer apostar por series largas, o quizás sean los autores quienes no quieren comprometerse a largo plazo por lo que pueda pasar, pero sea cual sea la causa es triste pensar que las posibilidades de encontrar otro Sandman u otro Predicador son cada día mas escasas. Pero al menos de momento nos queda el consuelo de ver que sigue ahí, aunque sea a medio gas, y que nos sigue proporcionando unas cuantas lecturas apetecibles aunque estas sean limitadas.