La semana pasada regreso a las pantallas de televisión con su segunda temporada la serie de Arrow. Oliver Queen ha vuelto pero las cosas ya no son exactamente igual que en la temporada anterior, antes no tenía una competencia directa y se movía en ese terreno ambiguo de “es una serie de superhéroes pero da la impresión de que nos avergüenza que lo sea”. Pero las cosas han cambiado desde entonces, las películas de superhéroes se multiplican como setas, Warner quiere crear su propio universo cinematográfico y Marvel se ha puesto las pilas con el estreno de Agents of Shield y esos proyectos que se rumorean de que podría estar preparando otras cuatro series de televisión y una miniserie. Así que a Arrow no le ha quedado más remedio que empezar a quitarse complejos de encima para convertirse en lo que debió ser desde el principio, una serie de superhéroes.
La serie aunque empezó un poco floja cada vez me fue gustando mas, tenía más cosas buenas que malas y era bastante entretenida, pero siempre me puso un poco de los nervios esa sensación de que querían hacer como en las primeras temporadas de Smallville y “tapar” todo lo posible que lo que estábamos viendo era un superhéroe del comic. Pero ya en el primer episodio de esta segunda temporada las cosas han empezado a cambiar, lo primero ha sido toda una declaración de intenciones, Oliver ha dicho que lo de querer limpiar la ciudad persiguiendo solo a los criminales que estaban en la famosa lista que le dio su padre era una tontería. No era el único que lo pensaba, todas esas escenas en las que se negaba a perseguir a traficantes de droga y asesinos solo porque no estaban en la lista de su padre eran un poco absurdas… Y lo segundo y más importante, no quiere volver a matar a nadie.
Esto de matar tan alegremente era algo que siempre me había incomodado, es verdad que en los comics, sobre todo en la época de Mike Grell, Green Arrow mataba gente. La diferencia es que Grell nos lo mostraba como algo que no le gustaba hacer, lo evitaba si podía, aunque estos remordimientos eran algo que con el tiempo se iba desvaneciendo. Pero en la serie se les había empezado a ir de las manos. Una cosa es matar en defensa propia a alguien que te está disparando, y otra ejecutar a sangre fría a un matón armado que está parado en una esquina vigilando la guarida del malo, y esto ultimo sucedía demasiado a menudo. Más que un superhéroe parecía Charles Bronson con una capucha, pero eso parece que ha terminado también. Lo mejor es que la justificación para ello no les ha quedado nada mal, Tommy Merlyn murió creyendo que su mejor amigo era un asesino, y para honrar su memoria Oliver quiere dejar de matar, está claro que la serie va mejorando. Curiosamente muchos fans de la serie están indignados porque les gustaba que Oliver matase, que eso le distinguía de otros héroes menos “realistas” como Batman… Miedo me da pensar en como se pondrán cuando siguiendo a su nueva norma de no matar, Ollie comience a utilizar mas flechas trucadas para que estas no sean letales…
Pero no se detienen aquí los cambios, la serie al comienzo había pretendido tener un aire de “realismo”. Todo el que sea posible en una serie en la que el protagonista va por ahí disfrazado y detiene a los malos armado con un arco y flechas, y no le reconocen pese a que apenas oculta su rostro… Pero ese falso “realismo” me da a mí que se esfumo del todo desde que Malcolm Merlyn utilizo la maquina que provocaba terremotos… La serie quiere abrazar del todo su herencia superheroica y Arrow ya no va a estar tan solo. Es verdad que en la anterior temporada ya habían aparecido algunos héroes y villanos famosos como Deadshot, la Cazadora o Deathstroke, pero ahora la cosa va a ir a más. En el primer episodio hemos visto los comienzos del camino que llevaran a Roy Harper a ser un héroe ¿Speedy, Arsenal, Red Arrow? Además hemos visto la primera aparición de una Canario Negro, que confirmando lo que se veía en los primeros avances, le ha robado a Pájaro Burlón su bastón de combate. Debe ser cosa de Marc Guggenheim que es un cachondo. Incluso quieren desembarazarse de una vez de esos ridículos apodos de “Vigilante” y “The Hood” para que Ollie tenga por fin un nombre más acorde a su nueva faceta de héroe, aunque nos han dejado de momento con la duda de si será Green Arrow o Arrow a secas.
Otra cosa que también se esfuma en esta segunda temporada es aquella norma no escrita de que no habría nadie con poderes en la serie y va a desaparecer a lo grande con la introducción del héroe que dio inicio a la Edad de Plata de los comics. En el octavo episodio de esta temporada hará acto de presencia Barry Allen, aunque ya no será forense de la policía sino asistente en prácticas, ya que han decidido contratar a un actor de 23 años para el papel y cuyo único papel destacable es haber participado en la serie musical Glee. Que vale, no digo que haga falta contratar a un actor de cuarenta años para el papel, pero un tipo de treinta como el propio Stephen Amell hubiera quedado algo mejor… Pero la aparición de Barry no se va a quedar en un cameo descafeinado, tendrá un par de apariciones como civil y hacia el final de temporada obtendrá sus poderes y se convertirá en Flash, y por lo visto quieren darle un traje lo más fiel posible al comic, aunque eso me lo creeré cuando lo vea. Puede que ese acelerador de partículas que se está construyendo en Central City y del que Ollie ha oído hablar en televisión tenga algo que ver, aunque sería una pena perder la clásica escena del rayo entrando por la ventana y volando por los aires la estantería llena de productos químicos.
Está claro que en la Warner quieren quitarse de encima los complejos y casi podemos creernos que cualquier cosa es posible en esta serie, como pasó con las últimas de Smallville. Que como ya comentamos en su día también están confirmadas las apariciones de Tigre de Bronce (aunque con un aspecto un poco lamentable), Amanda Waller y el Escuadrón Suicida. Y no hay más que darse una vuelta por los foros americanos de la serie para ver cuanta gente está convencida de que acabaremos viendo un cameo de Ben Afleck como Bruce Wayne en algún momento de la serie. Aunque yo personalmente preferiría ver antes a cierto presentador de televisión creado por Steve Ditko o al primer supergrupo de la historia del comic…
Nos queda esperar a ver si todos estos cambios introducidos en la serie, más los que nos quedan por descubrir, darán su fruto o si por el contrario alejaran a todos esos fans sedientos de sangre que disfrutaban viendo a Ollie ejecutar criminales como si fuese el Castigador. Yo confío en que la cosa funcione y la Warner se dé cuenta de que el camino a seguir es conseguir que la serie se parezca a los comics (a los de antes a ser posible) y no viceversa. El tiempo nos dirá si con el camino emprendido en la segunda temporada de la serie han conseguido dar finalmente en el blanco o no.