¿Qué sucede cuando reúnes a dos genios del comic en un proyecto especial? Pues que normalmente les sale un comic memorable. Esto fue lo que sucedió cuando Marvel y DC se pusieron de acuerdo para publicar el que sin duda es uno de los mejores crossovers que han producido jamás. Ambas editoriales reunieron a sus equipos estrella, DC puso a los Teen Titans (Si, en aquellos años ellos eran la estrella y no la JLA) y Marvel a su Patrulla-X. ¿Pero quienes fueron esos dos genios a los que se les encargo realizar un trabajo de tal magnitud? ¿Quiénes podían estar a la altura de un encuentro tan épico? Pues nada más y nada menos que Chris Claremont y Walter Simonson.
A la hora de plantear este cruce entre editoriales Claremont no se enredo con tonterías, nada de perder tiempo explicando cómo los héroes habían cruzado universos para encontrarse. Se limito a contar que siempre habían vivido en el mismo mundo y que hasta ahora sus caminos no se habían cruzado. Directo al grano y a contar su historia, ya podrían aprender muchos de él. ¿Pero que podía motivar que ambos grupos de héroes, que nunca se habían encontrado, se viesen obligados a trabajar juntos? Pues la amenaza de alguien como Darkseid suele ayudar a los héroes a decidirse a unirse para derrotarle…
Darkseid andaba una vez más a la búsqueda de poder absoluto sobre todo el universo, y esta vez tenía intención de utilizar un arma que podría darle lo que necesitaba. Pero el arma que buscaba Darkseid en esta ocasión no era un producto de su tecnología ni se trababa de buscar por enésima vez la ecuación de la anti-vida. El medio que buscaba Darkseid para someter a todo el universo bajo su dominio era una fuerza fundamental de la naturaleza, un ente cósmico de poder inimaginable… Fénix Oscura. Para ello, y utilizando la tecnología de Metrón, Darkseid se dedica a robar los recuerdos y el “residuo psíquico” que Jean Grey dejo en aquellos que la quisieron. Uno por uno Darkseid asalta en sus sueños a la Patrulla-X pero es descubierto y pone sobre aviso a los mutantes de que un peligro acecha en el horizonte. Los Titanes también son alertados por las investigaciones de Robin acerca del creciente aumento de actividad de Intergang (el grupo criminal terrestre financiado por Apokolips) y por los sueños proféticos de Raven acerca del Fénix destruyendo nuevamente, lo que llevara a los Titanes a enfrentarse a la Patrulla-X, creyéndoles responsables de esta amenaza.
La tradición del malentendido y enfrentamiento inicial, para luego hacer las paces y hacer frente común contra el villano se mantiene en esta historia. Era una formula demasiado buena, y por aquel entonces no estaba tan gastada, como para no utilizarla. Las fuerzas combinadas de Titanes y Patrulla-X tendrán que hacer frente no solo a Fénix Oscura y a Darkseid, sus incontables hordas de parademonios, al frente de Deathstroke, también trataran de detenerles. Pero ni una amenaza tan grande como esa será capaz de impedir que ambos grupos luchen hasta el final para proteger su mundo de la destrucción que pretende Darkseid.
Claremont aquí demuestra que conoce a los personajes como a la palma de su mano, tanto a los “suyos” como a los de DC. La escena en la que Starfire morrea a Coloso para aprender su idioma mediante contacto físico y la reacción de Rondador Nocturno, quien comienza a hablar en alemán para ser el siguiente, es impagable. Pero es que es así con todos, la amistad natural que surge inmediatamente entre Kitty y Gar, la fragilidad de Raven ante la fuerza de las emociones e impulsos de Lobezno… Todo le sale tan natural como si llevase años escribiendo a ambos grupos. Y no quiero destripar mas de la historia, pero al final Claremont demuestra que el si que sabe como hay que escribir a Cíclope, que poco tiene que ver el Scott que encontramos aquí con el que se pasea actualmente por el Universo Marvel.
Lo curioso es que para este crossover lo lógico hubiera sido reunir a Claremont con George Pérez, por lo de poner a un autor de cada serie, pero por razones que desconozco el escogido fue Simonson. Pero que nadie me entienda mal, yo respeto y admiro muchísimo a Pérez, sus Titanes son uno de mis comics favoritos desde que puedo recordar, pero ni el hubiera sido capaz de dar a este cómic el sentido de la épica que le dio Walter Simonson a esta historia. Y pese a que no era el dibujante habitual de ninguna de las dos series no creo que nadie echase demasiado de menos a ninguno de los dibujantes habituales.
Se llego a hablar de realizar una secuela a este comic a cargo de Marv Wolfman y George Pérez, pero pese al éxito de público y crítica, y por culpa de diferencias entre las editoriales, este fue el ultimo crossover entre Marvel y DC durante una década. Con el tiempo las cosas se calmaron y Batman se encontró con el Punisher, sufrimos la vergüenza ajena del Marvel vs DC y disfrutamos enormemente del Avengers/JLA. Pero las cosas se torcieron nuevamente y a día de hoy ni parece probable que se reanude esta tradición ni yo querría ver un cruce entre la Marvel actual y el New 52.