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Chris Claremont vs X-men (IV): Uncanny X-men 200 (parte 1)

Y llegamos al número 200 de Uncanny X-men, número de aniversario y de bastantes cambios en la serie. Si la semana pasada decíamos que Uncanny era una serie basada más en aventuras superhéroicas que en el conflicto mutante, aquí vamos a ver como todo esta patas arriba y la serie ha cambiado por completo, fundamentalmente porque el protagonista del número pasa a ser nada menos que Magneto, el que hasta entonces había sido el principal enemigo del grupo.

Ya, ya se que el traje de Magneto es horrible.

Entre 1983 y 1986, se podría decir que la Patrulla X dejó de ser la que era. La incorporación de miembros con marcado acento «mutante» como Pícara (la cual era exmiembro de la Hermandad de Mutantes Diabólicos y odiaba su poder mutante, ya que su tacto ponía en coma al personal y les robaba todos sus recuerdos), Rachel Summers Grey (hija de Jean Grey y Scott Summers de un futuro alternativo, nada menos), y del mismísimo Magneto (el terrorista mutante por excelencia) introduce en la serie un marcado acento «marginal» que provocará que las tramas principales de la serie giren sobre el conflicto mutantes vs resto del mundo. Sin embargo, aún no se puede decir que éste sea el único tema de la serie, ya que aunque por aquella época llega a colocarse en un primer plano, se intercala con aventuras más «normales» como el Doctor Muerte intentando matar a Arcade, las peleas de Tormenta con Cíclope por el liderazgo del grupo y demás. Sin embargo, el número 200 (con fecha de portada de Diciembre de 1985) sí se centra en dicho conflicto, y supone la consagración final de Magneto como «uno de los buenos»…

Que sí, que es horrible, no seáis pesados…

La cosa empieza con el fundador de la Hermandad de Mutantes Diabólicos encadenado y presentándose al juicio. Como la cosa es mediática y los crímenes de Magneto han ido contra toda la humanidad no mutante, se ha decidido juzgarlo en París ante un jurado compuesto por distintos países del mundo (no estando Genosha entre ellos, porque a Claremont todavía no se le había ocurrido inventarla). Alguno se preguntará por qué se le juzga en París, y la respuesta es bastante simple: Marvel le pagó una gira europea a todo el equipo de la serie y aprovecharon para pillar referencias de la ciudad (y pegarse la vida padre). El cómic está dibujado por John Romita Jr, en unos tiempos en los que el tipo iba mejorando cada vez más y se acercaba poco a poco a su plenitud creativa en Daredevil (hoy en día se ha acartonado cosa mala y, aun siendo bastante bueno, se permite algunas chapucillas que sacan de quicio a más de uno) y viene entintado por Dan Green, marcando un estilo que se mantendrá en la serie durante la etapa de Marc Silvestri. La editora, una vez finalizada la etapa de Louise Simonson, es Ann Nocenti, una guionista a reivindicar que se había retirado del cómic a principios de los 90 pero que Bob Harras ha recuperado recientemente para ese engendro al que llaman hoy en día DC Comics.

Que la acusación del juicio de Magneto la lleve James Jaspers, es como si Stalin llevara la del juicio a Milosevic.

El principio del cómic viene a presentarte a todos los personajes de la historia, contándote la vida de Magneto, presentándote a los Fenris (son los hermanos Lannister del universo marvel, y los malos de esta historia), contándote dónde ha estado metida la Patrulla X (en Asgard nada menos, totalmente ajenos a la opinión pública que tanto los odia y los escupe por la calle) y mostrándote que paises juzgarán a Magneto y quienes ejercerán la acusación (Jim Jaspers) y la defensa (Gabrielle Haller junto a Charles Xavier). Jim Jaspers es un personaje sórdido creado en la serie del Capitán Britania durante la etapa del personaje en Marvel UK (esa que hacían Alan Davis y un tal Alan Moore del que seguramente nadie habrá oido hablar) y, por no líar más la cosa, digamos que en un universo alternativa era un racista de tres pares de narices, pero en este se supone que es normal. Se supone. Gabrielle Haller, por otro lado, es una antigua novia de Charles Xavier a la que conoció en Israel en aquellos tiempos más felices en los que Magneto todavía era su amigo.

Scott Summers hablando con Xavier por última vez antes de… Antes de… Bob Layton.

Xavier esta realmente pocho, y eso que hacía nada le habían clonado un cuerpo último modelo que le había permitido ponerse un traje amarillo horrible y hacer el superhéroe, pero lamentablemente unos antimutantes le pillaron en un mal momento y lo pusieron hecho un cristo. Un curandero mutante consiguió apañarlo, pero el pobre Charles estaba tan mal que para cuando empieza esta historia esta a punto de morirse. Pero al hombre esto poco le preocupa, porque por lo visto «alguien» ha estado atacando bases militares en nombre de la Patrulla X y demandando que Magneto sea puesto en libertad, cosa que a Xavier le molesta tanto que decide que Cíclope y sus muchachos deben cazar a los tipos esos y dejar desprotegido el juicio. Sabia decisión…

El resto de los X-men de la época. Fijaros en Rachel, ni siquiera tiene traje…

 El juicio transcurre como siempre, con gente soltando discursos y todo eso mientras fuera de él hay gente manifestándose como si eso les importara algo a los de dentro. Por cierto, lo peor con mucho de la etapa de Romita Jr en la serie son los rediseños que se calza el compañero, desde la casaca roja que lleva Coloso hasta el traje de Fénix (que estrenará más tarde, ahora sólo lleva calentadores), el hombre se supera ante el engendro rosa violaceo que lleva el Magneto «bueno»: ¿alguien en Marvel creía de verdad que era buena idea el ponerle una M blanca gigante y guantes hasta los codos? Para vuestra tranquilidad os diré que el traje durará menos de un año, pero por lo pronto nos tocará aguantarlo durante todo este número. Pero ahora mejor os doy descanso hasta mañana, que vuestros ojos ya han recibido bastante castigo…

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