Brutal Legend es un juego de hace cuatro años. Cuatro años. En el año 2000, un juego de hace cuatro años casi era abandonware. Hoy en día, con el ciclo «generacional» totalmente enclaustrado y con las plataformas digitales cargándote 10 euros por un juego de hace 30 años (¡hola nintendo!), que un juego de hace cuatro años como Brutal Legend salga en PC ya casi ni nos sorprende…
Porque claro, entre la pasta fresca que ha sacado Double Fine con sus «juegos pequeños» y su famosísimo Kickstarter, la desarrolladora de Tim Schaffer se puede permitir este guiño al verdadero núcleo de sus fans, los jugadores de PC sacando el único juego de la compañía que nunca salió para compatibles y que casi los llevó a la quiebra. No porque el juego no tuviera éxito, si no porque casi no salió a la venta gracias a que Activision se negó a sacarlo al mercado a última hora (cosas de la fusión Activision-Blizzard). Asi que de la noche a la mañana y por sorpresa los jugadores de PC nos encontramos con una conversión de Brutal Legend, y como suelen decir los ingleses, tuvimos que poner nuestro dinero donde estaba nuestra boca (parece una guarrada pero en inglés suena mejor).
Brutal Legend tiene una ventaja en PC sobre las versiones de consolas desde el momento en que ya nos tiene avisados; el juego no es un hack’n’slash, no es un simple matamata. Empieza así, los primeros niveles funcionan casi como un Darksiders. Pero una vez pasado cierto punto, empezaremos a «dar conciertos». Y en los conciertos tendremos que conseguir fans, y personal que se de de tortas con el del enemigo y nos ayude a robarle fans, e iremos creando más y más unidades a las que ordenaremos atacar el escenario del enemigo y… Y de repente estaremos jugando a un RTS en el que se combina controlar tropas y liarse a trompazos como un hack’n’slash cualquiera. Es algo parecido a controlar Starcraft desde el punto de vista de un Jim Raynor cualquiera, pero con musica heavy y aporreando emos, ¿se puede pedir más? Pues sí, se podía haber pedido más…
Porque Brutal Legend no se controla bien, ni con mando ni con ratón. En lo que es dar porrazos y conducir va bastante bien, pero en lo que son las batallas… Son machaconas y repetitivas, y mientras vas volando de un punto de control a otro lanzando tus tropas alegremente, te das cuenta de que esto no esta pulido, que no es todo lo divertido que debería ser; no está a la altura de la historia, de los chistes, del cachondeo general del juego y la épica que acaba teniendo. Probablemente una hipotética segunda parte habría arreglado todo esto (otra cosa no, pero en Double Fine experimentan constantemente), pero lo que tenemos en Brutal Legend, sin dejar de ser un buen juego, no es totalmente redondo: o lo odias o lo amas, no hay término medio.