Cuando yo ya creía que el panorama televisivo de este año no podía ser más triste y monótono (renovaciones aparte) voy y me encuentro con una serie de la que no sabía nada y que al menos de momento ha conseguido retener mi atención sin que sea uno de esos casos en los que pienso que “podría ser peor” o que menos da una piedra. La serie en cuestión se titula Vegas y esto es lo que me he encontrado en ella.
Las Vegas 1960, la famosa ciudad de los casinos aun no es tan grande como hoy en día pero ya se ha convertido en un gran centro de juegos y crímenes. La mafia campa a sus anchas por la ciudad haciendo y deshaciendo a su antojo y buena parte de las autoridades de las Vegas prefieren mirar hacia otro lado. Es en ese contexto cuando aparece muerta la sobrina de un senador al mismo tiempo que el Sheriff esta desaparecido. Esto obligara al alcalde a llamar a su viejo amigo Ralph Lamb (Dennis Quaid), ranchero y ex-policía militar a ocupar temporalmente la plaza de Sheriff hasta que se aclare el asesinato.
Ralph Lamb es un personaje anacrónico, un cowboy que ve como el progreso de la ciudad está arruinando su estilo de vida tranquilo y pausado y que está acostumbrado a resolver los problemas a su manera, pero que aceptara el cargo de Sheriff a cambio de que el Alcalde se asegure de que podrá mantener su rancho como hasta ahora, libre de las interferencias del mundo moderno. Acompañado por su hermano pequeño (Jason O’Mara, el protagonista de la desaparecida Terranova) y su hijo como ayudantes, Ralph se dedicara a patearse la ciudad investigando a su manera hasta resolver ese horrible crimen en un papel que hace unas cuantas décadas podría haber interpretado el propio John Wayne.
Al mismo tiempo que esto sucede, llega a la ciudad Vincent Savino (Michael Chiklis) un jefe mafioso de Chicago que viene para hacerse cargo de uno de los casinos de la ciudad y de los negocios ilegales que este oculta, y que para ser un jefe mafioso resulta curiosamente noble y civilizado, al menos en contraste con sus más brutales compañeros. Los caminos de Savino y Lamb se cruzaran irremediablemente durante la investigación del asesinato de la sobrina del senador, dejando claro que a la larga no habrá sitio para los dos en la ciudad de Las Vegas.
La serie a primera vista parece una curiosa mezcla de Boardwalk Empire y Mad Men, aunque se nota que no son precisamente ni la HBO ni la AMC quienes hacen la serie, sino la CBS y claro, es un poco más “para todos los públicos” y algo más “barata” pero aun así es bastante superior al resto de estrenos que he podido ver esta temporada, lo que es de agradecer por triste que suene decirlo así. Así que no me queda más remedio que recomendar esta serie, al menos siempre que uno sea aficionado a estos “westerns modernos”.