Durante mucho tiempo pensamos que nada podía dar más miedo que los supervivientes navajeros de los que ya hablamos en su día aquí y aquí, que equivocados estábamos. Hay una raza por ahí suelta mucho mas aterradora y temible, ya que pese a no caracterizarse por ir armados por la calle tienen algo mucho más peligroso que un arma blanca, un fanatismo irracional y esperpéntico. Porque con un superviviente navajero, pese a todas sus peculiaridades, se puede razonar con ellos, pero con esta gente seria más productivo hablar con una pared. ¿Y quiénes son estos seres que tanto nos aterra encontrarnos? Pues no son otros que los fans de ese personaje de ficción conocido como Wonder Woman/Mujer Maravilla/Marvila.
Y es que si, ir por la calle con un par de kilos de equipo de supervivencia por si te pasa algo ya es raro, pero ser fanático de este personaje… eso debería ser considerado como una patología. Que nadie me entienda mal, no hay nada de malo en leer comics de Wonder Woman o incluso disfrutar de ellos, lo raro, lo insano, es ser un fan acérrimo de WW, uno de esos que se lee todo lo que sale del personaje y lo disfruta, que ve cada adaptación del personaje y la pone en un altar, la clase de gente que debería ser apartada de la sociedad y encerrada en algún lugar donde no molesten.
Porque seamos claros, por si no lo fuimos lo suficiente en los artículos que ya dedicamos al personaje en su día. Wonder Woman no es más que la traslación al papel de las perturbadas fantasías sexuales de un degenerado. William Moulton Marston era un tipo que vivía una extraña relación a tres bandas con su esposa y una joven alumna a la que había seducido, basándose en esta alumna modelo a Wonder Woman, personaje que en sus primeros tiempos se pasaba el día atada, siendo golpeada, hablando de lo bueno que era someterse a los demás y que llevaba puestos unos brazaletes de sumisión que no podía quitarse porque se volvía loca, brazaletes idénticos a los que no se quitaba de encima su joven alumna y amante… ¿Qué clase de mensajes quería este degenerado transmitir a los niños con este comic?
Que lo peor es que aun hoy en día hay gente que le defiende por ser feminista ¡¿FEMINISTA?! Que este enajenado se autodenominase así no significa que lo fuese, no hay más que leer sus comics para darse cuenta de ellos. Una superheroina que lo primero que hace en cuanto conoce a un hombre es correr como una perra en celo tras él y adoptar una identidad mortal (calcada a la de Superman/Clark Kent) para poder estar junto a él. ¿Eso era para Marston el feminismo? ¿Qué las mujeres aceptasen ser sometidas y humilladas mientras perseguían a los hombres para estar con ellos? O yo tengo un concepto de feminismo muy diferente o Marston no era más que un caradura pervertido que pretendía adoctrinar con sus comics a las futuras generaciones y justificar su estilo de vida.
Con estos cimientos no es de extrañar que quienes sean fanáticos a muerte de Wonder Woman no sean precisamente las personas más cabales del mundo. Como prueba me remito a lo que sucedió aquí hace unos días. Por todo lo que he dicho aquí y algunas cosas más, acabamos decidiendo celebrar en Brainstomping la semana de Wonder Woman, ya que opinábamos que el personaje se merecía un buen repaso. Analizamos sus comics, la vida de su creador, su azarosa vida editorial y sus adaptaciones a otros medios. Entre estas últimas no podíamos dejar de hablar de la serie de televisión de los 70, no solo por lo lamentable que fue sino porque tampoco es que hubiese mucho más de lo que hablar, aparte de dos o tres pilotos fallidos y una película de animación.
Gracias a este último post pudimos conocer de primera mano a uno de esos personajes que ahora nos dan miedo. Por lo visto criticar una serie espantosa que tuvo su momento de gloria hace mas de 30 años y que a día de hoy no es más que material de relleno en la programación de madrugada de algunas cadenas es un gran pecado. Incluso ver a alguien defendiendo la serie de Batman que protagonizo Adam West me parecería menos extraño.
Gracias a esta crítica conseguimos que uno de esos entrañables perturbados nos llamase de todo acusándonos de ver mensajes ocultos donde no los había y negándose a ver la realidad de los argumentos que le dábamos. Tampoco dejaba de tener su gracia que un fan de las ediciones de Novaro nos criticase por no haber leído más que lo editado por Zinco y Norma… Como si esas lamentables ediciones de “Marvila” publicando una de las peores etapas del personaje le diese más autoridad moral para hablar del personaje. Eso por no hablar de que a estas alturas y gracias a internet, hemos podido leer casi todo lo publicado del personaje y eso nos ha dejado sin ganas de leer más.
Pero del mismo modo que uno no discute con el loco que afirma que un duendecillo en su hombro le pide que haga cosas, nosotros cometimos el error de tratar de razonar con este personaje por pensar que se trataría de una persona civilizada, cuerda y razonable. No pudimos estar más equivocados. Cuando ves que los únicos argumentos que tiene tu interlocutor son “a mí me gustaba” y “eso no es así porque lo digo yo” pese a que las evidencias en los mismos comics y en las declaraciones de los autores digan lo contrario… Eso debió hacernos darnos cuenta de que discutir con una piedra hubiera sido mucho más productivo.
Aunque al final más que las criticas a Wonder Woman, lo que pareció indignar mas a nuestro “interlocutor” fue el menosprecio que hicimos de los talentos como actriz (o la falta de ellos más bien) de la Protagonista de la serie de televisión de Wonder Woman, Lynda Carter. Una mujer que tuvo un éxito, uno solo, en la tele hace más de treinta años, que se paso casi ese mismo tiempo tratando de lanzar una carrera artística que no acabo de despegar, que termino convirtiéndose en una borracha por el fracaso de esta ultima y que finalmente decidió hacer público su alcoholismo para darse publicidad y conseguir unas cuantas entrevistas en televisión con las que promocionar su segundo disco (que solo había tardado treinta añitos en sacar) Que vale, entiendo que alguien se ofenda si hablas mal de su mito erótico de la infancia, pero hay que saber donde marcar el limite, que yo mismo, por mucho que me pusiese cachondo Pamela Anderson en su día, jamás defenderé que era una gran actriz o que Baywatch es una de las mejores series de la historia de la televisión.
Pero no duro mucho esta defensa, dándose cuenta de que no tenía un solo argumento coherente y que su única defensa consistía en hacer como que no entendía los argumentos que le proporcionábamos, nuestro fanático de Wonder Woman huyo como una de esas mujeres sumisas que tanto le gustaban a Moulton Marston y se dedico a contar a su manera lo que había sucedido en un blog de fans de Wonder Woman. Pero pese a que no hemos vuelto a saber de él, las entradas sobre Wonder Woman siguen siendo las más visitadas todos los días, así que suponemos que ya sea él, o alguno de sus amigos, siguen ahí agazapados muriéndose de ganas de ser capaces de formular un solo argumento razonable para retomar el debate y resistiéndose a hacerlo por temor a ser nuevamente humillados. Algo que no debería temer, ya que todo fans de la Wonder Woman original de Moulton Marston debería estar orgulloso de ser sometido y humillado tal y como ese entrañable degenerado que se hacía llamar feminista quiso desde un principio.