La navidad ya está aquí (por raro que suene escribir eso estando a finales de mayo) y Visión y Wanda aun siguen tratando de llevar una vida normal y corriente. Pero quizás esto está consiguiendo que la serie pierda su chispa, pero Englehart sabia como arreglar esto. Si la serie se estaba volviendo algo sosa y monótona, ¿Qué mejor forma de animar las cosas que metiendo a un negro enorme y carismático? Así que hoy nos toca cameo de nada más y nada menos que Powerman. Y teniendo en cuenta que Steve Englehart es el mismo que escribió aquella épica historia en la que Luke Cage viajaba a Latveria para reclamarle una deuda al mismísimo Doctor Muerte, al menos habrá que darle un voto de confianza a este número. Está claro que esta fiesta para nuestra querida pareja va a ser una «sweet christmas».
Este número no puede comenzar de forma más impactante, Luke Cage aporreando sin misericordia a lo que parece ser un demonio enano y cabezón. El demonio es un viejo enemigo suyo y pese a que le dispara rayos sin parar, Cage es demasiado duro para él, esquiva cada uno de sus rayos y le golpea una y otra vez. Casi se podría decir de Cage que Vuela como una mariposa y pica como si Hank Pym le hubiese dado bioaguijones o algo así. El demonio viéndose derrotado no tiene más remedio que huir pero lo hace prometiendo venganza contra Cage y contra quienes le ayudaron a derrotarle en el pasado, su socio Puño de Hierro y… La Visión y la Bruja Escarlata.
Y mientras tanto en Leonia, ajenas a estos eventos, Wanda y Holly siguen con las lecciones de magia. Wanda se sienta en el porche de su casa cómodamente mientras la pobre Holly está de pie en el camino tratando de empujar la nieve con su mente sin apenas notar ninguna diferencia ¿Seguro que Wanda no le está tomando el pelo con eso de enseñarle magia? Pero mientras la lección sigue su curso su bebe le da una patada y Wanda pasa de todo para correr hacia la casa y contárselo a Visión ¡La Bruja está pasando como de la mierda de Holly! Pero dentro de la casa les espera una sorpresa, Pietro y Crystal se han dejado caer para celebrar la navidad con ellos y mientras les dan una calurosa bienvenida Holly solo puede pensar en cómo vio a Crystal morreándose con el vendedor de casas, si, Crystal era un poco zorra.
Pero la tranquilidad dura poco en esta casa, y en cuanto Wanda dice que piensan tener un día muy tranquilo Luke Cage atraviesa la ventana de su sala de estar como si le hubiesen golpeado, parece un poco gafe la Bruja. Tras él aparecen unos demonios cargando contra la casa, por suerte para ellos no son gran cosa y Wanda puede repelerlos fácilmente incluso en su estado. Desde la distancia volvemos a ver al demonio amarillo quejándose de ser grueso y torpe, pero añade que ahora ella lo es también y que el tendrá su venganza y recuperara los ídolos de Zor. Un poco cabroncete el demonio, hablarle así a una embarazada.
Así que una vez huido el demonio (de nuevo) nuestros héroes se disponen a contraatacar, y eso pese a que Luke quería tomarse el día libre para celebrar el día de Martin Luther King, algo que a Pietro no le parece bien porque está mal tomarse días libres cuando el crimen no descansa… Ni Batman lo diría mejor. Pero día festivo o no, hay que derrotar al demonio, y la única forma de hacerlo es ir hacia donde Wanda escondió esos ídolos y destruirlos, lo que devolverá a ese demonio a su lugar de origen.
¿Conseguirán nuestros héroes detener al demonio a tiempo? ¿Podrá Wanda en su estado luchar contra las hordas demoniacas conjuradas por el sacerdote de Zor? ¿Ha sido buena idea dejar a Holly a solas con Crystal? Todas esas preguntas y muchas más serán respondidas mañana en la segunda entrega de esta apasionante saga. Hasta entonces.