Dear Esther no es un juego, ni siquiera es un video. No es un libro. No es una presentación multimedia. Vamos, que no tengo ni idea de lo que es, pero sí se que empezó hace años como un mod de Half Life 2 y ahora es un «juego» que se vende por 10 euros y es libre como el viento.
La cuestión es que Dear Esther se controla como un videojuego, el típico FPS. Pero no puedes usar objetos, no puedes saltar, y sólo puedes usar WASD para moverte y el ratón para orientar la cámara. Y desde luego no tienes armas, porque el juego no ni te puedes matar tu ni va de matar a nadie… Más o menos. La cuestión es que no hay armas y no las vas a necesitar.
El protagonista habla más que Duke Nukem.
Dear Esther se desarrolla en las Hébridas, unas islas escocesas en las que debe hacer un frío del carajo, porque anda que no corre el aire por allí. Caminaremos por una isla abandonada llena de pintadas y cosas raras, mientras nuestro personaje se dedica a leer una serie de cartas que le escribió a la tal Esther. Más allá de esto, poco puedo decir sin reventar el la trama. Sólo diré que mientras estás en ello, paseas y paseas y paseas y no hay nada más que hacer en el juego; ni puzzles ni nada parecido, sólo pasear más que Labordeta que en gloria esté. Tiene como tres «checkpoints» en todo el desarrollo diferenciando cada capítulo, y se puede rejugar a posteriori cada uno por separado (no deja salvar partida).
Con el botón izquierdo del ratón haces un zoom raro que de poco vale. Por cierto, a veces ves sombras como esa.
Lo interesante es la historia, el aprender que gaitas ha pasado aquí y a la vez disfrutar de su atmósfera desasosegante, que te deja mal el cuerpo. La experiencia completa dura cosa de una hora o dos, y seguramente a más de uno le dará la sensación de que es una experiencia corta sin ningún tipo de rejugabilidad. Sin embargo, el juego en cada partida tiene varios elementos aleatorios que van cambiando, y algunos textos varían también, contándote más detalles de la historia (que no os creais ni por un momento que queda del todo explicada al final del juego).
Hay un capitulo de covachas, ideal para claustrofóbicos. Pero tranquilos, no dura mucho.
¿Vale los 10 euros de la entrada? Si creeis que el cine hoy en dia debe valer 10 euros, tal vez. Si no, mejor aprovechais a un Humble Bundle o algo parecido, que no tardará en caer en ese saco. Y sí, aunque creo que Dear Esther es una experiencia que merece la pena, espero que no cree tendencia, porque el «truco» se puede gastar bastante rápido, y más si empieza a aplicarlo gente sin ningún tipo de talento literario. Por lo demás, sólo un aviso; si al final de la secuencia final se os queda la pantalla totalmente en negro, que sepais que no se ha colgado ni nada, ése es el final.