Siempre ando quejándome que la ciencia ficción está bastante maltratada en la parrilla televisiva, pero la verdad es que hay otro género aun mas maltratado y que aunque no me atrae tanto como el otro también tiene suelo seguirlo con interés, el western. Así que cuando vi anunciado que la AMC iba a estrenar “Hell on Wheels” me alegre bastante, si no podía ver una space opera como dios manda al menos podría disfrutar de una historia del oeste aparentemente en condiciones.
La historia comienza en 1865, la Guerra de Secesión acaba de terminar y Estados Unidos aun está recuperándose de las heridas provocadas por esta. En ese entorno nos encontramos con Cullen Bohannon, un antiguo soldado confederado al que mueve las más clásica de las motivaciones en el género, la venganza.
Durante la guerra la esposa de Bohannon fue violada y asesinada por un grupo de soldados unionistas al que este se ha dedicado a dar caza desde el final de la guerra. Y uno tras otro han caído bajo el plomo de su revólver como si fuese el mismísimo Santo de los Asesinos.
El rastro de uno de los asesinos le acaba llevando hasta “Hell on Wheels” el apodo que le han dado a la “ciudad móvil” que se mueve en tren atravesando el país de costa a costa construyendo nuevas vías que unirán el este con el oeste. Bohannon acabara uniéndose a esta caravana de constructores con el único fin de ejecutar al último de los asesinos de su esposa, quien trabaja allí. Pero las cosas acabaran complicándose bastante más de lo que hubiese deseado.
Pero Bohannon no estará solo en esta historia. Su camino se cruzara con antiguos esclavos, ahora liberados, que no le perdonan que sea un sureño esclavista. El corrupto constructor al mando de “Hell on Wheels” y los asesinos a sus órdenes y como no, los huidizos asesinos de la esposa de Bohannon que aun no han muerto por su mano.
La serie no ha comenzado nada mal, es dura, y brutal a ratos. Y no debo ser el único al que se lo ha parecido, su estreno ha sido el segundo con más audiencia en la historia de la AMC, siendo solo superada por el estreno de Walking Dead. Además han huido de la fórmula de “familia feliz que se quiere mucho” que tanto se usa en otras cadenas. Menos mal que aún nos quedan las televisiones por cable.
Además la serie está bien ambientada, presentando un Oeste bastante realista, muy lejos han quedado aquellos años de Bonanza y compañía. El Salvaje Oeste aquí es sucio y es peligroso. Y encima está parcialmente basado en hechos reales. El “Hell on Wheels” existió realmente y atravesó el país a las ordenes de “The Union Pacific Railroad” construyendo las vías que unirían el país y al igual que el televisivo, el real también estuvo lleno de criminales y delincuentes.
Así que, vistos los dos primeros episodios, no puedo más que recomendar esta serie. Está bien rodada, cuenta una historia interesante y encima tiene una buena intro/opening o como se le quiera llamar, algo que escasea mucho últimamente. Y qué demonios, westerns televisivos que valgan la pena en los últimos años podemos contarlos con los dedos de una mano y nos sobran dedos, no hay que desaprovechar esta oportunidad.