Pues si ayer hablaba de Hispania, hoy toca Roma. Y si ayer era una serie de Antena 3, hoy es una coproducción de HBO, BBC y RAI. Te has quedao to loco, ¿no?
La cabecera enseña lo que es la serie, una recreación de la vida romana. Mención especial a la banda sonora, interpretada con instrumentos de la época y que nos recuerda lo mucho que nos parecemos a los árabes…
Roma cuenta el final de la República de Roma y la creación del Imperio, allá por el siglo I antes de Cristo. Ya conoceréis la historia; Julio César termina de pegarse con Asterix y decide volver a Roma con su ejército, el Senado se ve amenazado y empiezan a pegarse, y eso es la primera temporada. La segunda es la historia del primer Emperador y como se hace el amo absoluto de todo.
Todo ello se cuenta desde la perspectiva de los dos protagonistas, Tito Pullo (Ray Stevenson) y Lucio Voreno (Kevin Mckidd), dos legionarios que el Julio César histórico menciona de pasada en la Guerra de las Galias y aquí son «recreados» creativamente. En realidad, tenemos a dos personajes con un cierto complejo de «El Joven Indiana Jones», van a todos lados y conocen a todo el mundo. El propio César, en un momento concreto de la trama, habla de ellos como «gente tocada por la fortuna de los dioses», vamos, como tontos con suerte. Y es que entre los dos se patean la guerra de las galias, se hacen amigos de Octavio Augusto, se encuentran con Cleopatra antes que el propio César, e incluso uno de ellos acaba haciendo carrera en política.
Y es que si de algo peca la serie es de las licencias que se toma; si alguien anónimo hizo algo gordo historicamente, lo hizo Tito o lo hizo Lucio. Ambos son superhombres que revientan legiones romanas, gladiadores o lo que sea que se les eche encima, y aunque a veces acaben en el hospital, otras veces reciben golpes en todo el estómago con una maza de pinchos y a la siguiente escena estan tan frescos. Teniéndose la serie como recreación histórica, no acaba de cuadrarme esto; lo dicho, a ratos esto más que Roma parece El Joven Indiana Jones…
Pero eso es de lo poco malo que tiene la serie. Tanto Lucio como Tito (sobre todo este último) son personajes que se dejan querer, con sus defectos y sus genialidades, y la serie consigue estupendamente justificar ciertas actuaciones que tuvieron históricamente Bruto, Cicerón o Marco Antonio. Las interpretaciones son estupendas, y consiguen darle la emoción suficiente a conflictos como el que hay entre Pompeyo y César; tras la derrota de uno de ellos, destaca la interpretación del general que lo único que quiere es poner a salvo a su familia, y aun así sigue disfrutando rememorando batallas pasadas con un legionario.
La serie, que originalmente iba a durar cinco temporadas y terminar con la aparición de Jesucristo, sólo duró dos por lo excesivamente cara que era, y una vez vistas las dos temporadas, ni falta que le hizo llegar más allá. Aunque es cierto que en la segunda temporada se empieza a ver como son los rebeldes judíos, esto es una serie sobre Roma, y una vez se instaura la Pax Romana del Imperio los acontecimientos históricos ya no estan a la altura; los nombres de Julio César, Pompeyo, Marco Antonio, Augusto o Cleopatra componen una sola historia que permanece a la cultura popular aunque sólo nos suenen de oidas, pero una vez han desaparecido de la escena la mayor parte de esos personajes, no tiene mucho sentido alargar la serie sólo para llegar a contar la aparición de un culto que no tendría relevancia política hasta cientos de años después.
Roma es un viaje estupendo a la sociedad, usos y costumbres de una época que tradicionalmente siempre se idealizó, olvidando por completo el desprecio que se tenía por la vida humana, la mujer u otras razas. Y Tito Pullo es el puto amo.