Pese a que ya habíamos hablado por aquí alguna que otra vez sobre Doctor Who aun no habíamos mencionado el que es su Spin-Off más famoso, Torchwood. Así que hoy vamos a corregir esa falta comentando esta serie protagonizada por los defensores del Imperio Británico y la Tierra contra todas esas amenazas alienígenas que el Doctor no tiene tiempo para solucionar.
Los orígenes de esta serie son bastante curiosos, ya en 2002, años antes de que se replantease recuperar Doctor Who, Russell T. Davies ya tenía una idea sobre un grupo de defensores de la humanidad del estilo de Buffy o Ángel a la que pensaba llamar Excalibur. Davis abandono momentáneamente este proyecto cuando en 2005 le ofrecieron participar en la nueva etapa de Doctor Who. Pero a este aun le rondaba la idea por la cabeza y acabo convirtiéndola en un spin-off del Doctor rebautizándola con el anagrama que utilizaban para designar las grabaciones de Doctor Who y evitar así que se filtrasen, ese fue el comienzo de Torchwood.
Los orígenes del grupo dentro del universo de ficción del Doctor los encontramos en el episodio “Tooth and Claw” de Doctor Who, en el que la Reina Victoria, tras el ataque de un hombre lobo de origen extraterrestre y conocer al Doctor decide crear el Instituto Torchwood para ayudar a defender Inglaterra de futuros ataques alienígenas. Esto desembocara siglos más tarde en el moderno Instituto Torchwood que a punto estuvo de acabar con la vida en la tierra en «Army of Ghosts» y «Doomsday, el final de la segunda temporada moderna de Doctor Who. Tras esto pasamos a la serie propiamente dicha centrada en Torchwood-3, la división de Cardiff, Gales. Y es que aquí descubrimos que no existía un único Torchwood, existían cuatro en total. Torchwood-1 era la división de Londres que desapareció en el final de la 2º temporada del Doctor, Torchwood-2 en Glasgow, Escocia de la que solo se sabe que está dirigida por un hombre muy extraño y que fue desmantelada poco antes de los sucesos de la 3º temporada de esta y Torchwood-4 que un buen día desapareció por completo sin dejar ni rastro.
Esta serie está protagonizada por un viejo conocido de Doctor Who, el Capitán Jack Harkness, el ex–agente del tiempo y estafador al que conocimos en la primera temporada moderna del Doctor en el episodio «The Empty Child» y que tras su resurrección a manos de Rose Tyler/Bad Wolf se ha convertido en inmortal. Tras esto trato de viajar al siglo 21 para tratar de localizar al Doctor pero un mal funcionamiento de su Manipulador del vortex temporal le dejo varado en el siglo 19, convirtiéndose en uno de los primeros agentes de Torchwood y en el primer personaje abiertamente gay (ommnisexual mas bien) del universo del Doctor Who.
La serie en si trata de ser una versión “Adulta” del universo Who, siendo la serie del Doctor la apta para todos los públicos y las Aventuras de Sarah jane la versión infantil. Es por eso por lo que aquí nos encontramos con cosas que difícilmente veríamos en Doctor Who. Los agentes de Torchwood están dispuestos a todo para proteger el mundo, aunque eso incluya asesinatos, secuestros, lavados de cerebro…Dejando claro que no son los simpáticos y alegres “companions” del Doctor, son agentes secretos del gobierno hasta las últimas consecuencias.
A pesar de este tono más adulto que le han querido dar a la serie, no ha cortado sus lazos con el Universo del Doctor. La mano que el líder Sycorax le amputo al 10º Doctor en el especial de Navidad y que tanta importancia tendrá en el futuro se puede ver guardada en el interior de la base de Torchwood. Martha Jones, ahora agente de U.N.I.T les hará una visita para ayudarles en alguna misión. Jack desaparecerá alguna vez para aparecer junto al Doctor en “Utopia”, se enfrentaran al posible regreso de los Cybermen y el propio Torchwood jugara un papel importante en la salvación de la tierra en el final de la 4º temporada de Doctor Who
Pero esta serie tiene, o tenía más bien, un grave problema. Es extremadamente irregular. Algunos personajes son muy planos, el propio Jack a veces parece una caricatura de sí mismo y junto a episodios buenísimos podemos encontrarnos con otros rematadamente malos haciendo que de cada temporada prácticamente sobren la mitad. Lo que hace que pese a que a mí personalmente me gusta mucho la serie me vea incapaz de recomendarla tan alegremente como hago con otras. Por suerte esto fue corregido en la tercera temporada titulada “Children of Earth” en la que pasaron de ser 13 episodios a ser solo 5 en los que contaban una única historia. Esta fue una temporada muy solida y emocionalmente dura que consiguió dignificar a la serie y cuya fórmula sabiamente se ha mantenido para la 4º temporada, “Miracle Day”, que se estrenara este año.