Seguimos con la entrevista fundacional de Image en Wizard, con Todd McFarlane contando que iba a hacer todo en Spawn menos la rotulación, que iba a estar a cargo del veterano Tom Orzechowski, aquel prodigio de la profesión que se había currado casi toda la etapa Claremont de X-Men por los tiempos en los que no había pesados diciendo que metía demasiado texto. Por algo sería.
Lo interesante de todo esto es algo que no cuentan aquí, que McFarlane había quedado muy impresionado con el trabajo de Steve Oliff en el coloreado del Akira en su edición de Epic y lo iba a reclutar para su Spawn, con lo que su serie iba a destacar espectacularmente por una innovación que hasta ese momento poco se había prodigado hasta entonces en el cómic: el color informático. Comenta McFarlane que el cómic tendrá un pin up de George Pérez de Spawn y otro de Dale Keown con un personaje suyo (Pitt). Destaca también el hecho de que el cómic llevará un poster con la portada original del cómic, que a su vez estaría pintada por Ken Steacy, con lo que McFarlane se aseguraba no fallar si el experimento informático fracasaba en los interiores. Después pasa a contarnos la historia de Spawn en sus inicios con pelos y señales, lo cual nos viene a revelar que sí, que McFarlane ya tenía bien claro lo que estaba haciendo en aquel momento mientras que otros… Otros no sabían muy bien lo que estaban haciendo. Pero, sorprendentemente, ése no era el caso de Rob Liefeld.
Liefeld define Youngblood como «un grupo de asalto gubernalmental de super operativos modificados genéticamente y mejorados científicamente. Tiene un montón de corrupción gubernamental y corrupción genética, son como super esteroides. En su entorno, Youngblood son supercelebridades». Y continúa diciendo que Youngblood está completamente a las órdenes gubernamentales y van a por terroristas y drogas, «cosas de esas», pero que tienen un equipo de relaciones públicas que les escribe los discursos y diseña su imagen pública, llegando incluso a tapar los asesinatos y atrocidades de los miembros más «extremos» del grupo; para Liefeld ésto es como la vida misma, como Ronald Reagan «al que las cosas le rebotan, con lo que Youngblood es el grupo de superhéroes al que (sic) todo le rebota a ojos de los medios».
Por su parte, Jim Lee habla de su serie Wildcats -que de momento no es WildCATs- que viene a decir que «cómo Rob estaba haciendo Youngblood, yo he querido hacer algo diferente» y pasa a decir que es otro grupo paramilitar encubierto (Youngblood hace operaciones encubiertas, aunque públicamente se diga otra cosa) pero esta vez para una corporación multinacional que se dedica a extorsionar y sobornar políticos, todo muy sano. Y que varias corporaciones del mundo van haciendo esto y enfrentando a sus comandos con superpoderes entre ellos y tratando de sacar adelante sus objetivos. Lee de momento no sabe ni el nombre de esas empresas -«tal vez Image»- pero sabe que el lider es un tal Emp, un tipo malencarado, pero que no puede decir más «porque arruinaría los números siguientes, que la cosa es mucho más profunda y hay un plan a largo plazo, no solo escaramuzas puntuales. Para mí cada número es un capítulo de una novela». Sí, bueno, cualquiera que haya leído esos cómics es consciente de que aquello se quedó en muchas ideas ambiciosísimas que no iban a ninguna parte hasta que empezó a llamar a guionistas de verdad. Lee habla de Spartan, Morph, Zealot, Grifter y un tal «Hadrian» del que todavía no ha decidido del nombre, y que los presentará en una miniserie después del verano antes de ponerse a trabajar en la serie regular para enero del año siguiente. Mientras tanto sí, iba a estar haciendo a la vez X-Men con cada vez menor interés… Lo terrible de todo esto es que fueron unos escasos meses, si Claremont hubiera aguantado un poco más o Liefeld y McFarlane se hubieran ido antes la situación en la Patrulla habría cambiado por completo y seguramente nos habríamos librado de Scott Lobdell. Imaginadlo, ¡unos 90 sin Lobdell!
Lee habla también de otra serie llamada Deathblow sobre «la cruzada de un cazador de demonios que usa una espada de las cruzadas» para una antología en blanco y negro llamada Darker Images en la que también participaría Sam Kieth con un nuevo personaje (The Maxx) y Rob Liefeld con Bloodwolf. Por su parte, la serie de Marc Silvestri sería Cyberforce, y se nota muchísimo que el hombre todavía está trabajando en Lobezno porque lo deja claro, «es un equipo de mutantes» para detallar luego que trabajan para una corporación que busca mutantes a los que convierte en ciborgs, hasta Silvestri reconoce en cierto modo que la propuesta no es nada original y se parece a la de Liefeld y Lee. Comenta que sus personajes serán un grupo fijo y que no serán celebridades, y que habrá paridad de sexos.
Por su parte, Valentino -que es el que tiene más experiencia como guionista- habla de que tiene dos series The Pact, en el que un grupo de personajes desconfia del gobierno y de Youngblood liderados por un jovencito llamado Slam, que es un velocista pero con el físico de Hulk, una chica ciega llamada Cutlass que usa cuchillos y espadas, otro chico llamado Firearm y finalmente un señor mayor que fue superhéroe en los 60 llamado Blacklight. Valentino admite que con tanta serie de grupos igual Image se satura, con lo que seguramente no haga the Pact y se centre en su otra serie de un personaje en solitario, una que originalmente llamó Mutant, luego Klone y que seguramente sea Shadowhawk, sobre un tipo creado en un laboratorio -no sabe si un alienígena o de otra raza- y su cabreo con el mundo por ser quien es, por ser completamente diferente de todos los demás. Mientras tanto, Erik Larsen deja claro que su «The Dragon» es superfuerte, es verde, tiene una aleta en la cabeza que no sabe para que vale y que va a ser policía. El resto le da absolutamente igual, hasta cuando le preguntan si hará «cosas de dragón» y el dice que no, a lo que el resto de la concurrencia le dice que debería respirar fuego y él dice «bueno, igual sí que lo hace». Las ideas claras.