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John Byrne y sus lamentos: Wizard, The Guide to Comics #4 (I)

Si lo piensas, es raro. En el resto de la historia de Wizard, las entrevistas principales solían ser a gente como Todd McFarlane, Jim Lee o hasta Rob Liefeld, pero nunca a un «veterano» como John Byrne. Seguramente esta entrevista partida entre el número 3 y el 4 sean la única ocasión en la que ocurrió, aunque también hay que decir que el perfil bajo de Chris Claremont durante los años posteriores provocó que tuviera alguna entrevista «principal» en Wizard unos años más tarde, a pesar de todos los Hidden Years y Chapter Ones de Byrne…

Miralo al Bart Sears antes de liarla en Valiant…

Vamos a hacer un poco de trampa y empezar este número 4 por la entrevista a Byrne, y luego ya pasaremos a los otros contenidos, que cada vez son más jugosos. Y no, no hablo irónicamente, que es una entrevista a Denny O’Neil y éso siempre es bueno. En esta segunda parte Byrne ya pasa a hablar de todo lo que no es X-Men, que conociéndolo sabemos que se traduce en un montón de proyectos. Empezando por Iron Man, que había estado guionizando con dibujos de John Romita Jr y edición de Howard Mackie, que ya por entonces era buen amigo suyo y la razón de Byrne de trabajar en la serie, por lo que viendo la carga de trabajo que tenía por venir con las dos X-Men -que, recordemos, Byrne tenía pensado hacer suyas por completo de forma inminente- había decidido dejar de contar las aventuras de Tony Stark porque tampoco tenía mucho más que contar sobre él. Hablando de sus otras dos series en Marvel, Namor y Hulka, Byrne era mucho más tajante: No, no iba a dejarlas. Tenía pensado dejar de dibujar la primera y dejarla en manos de Rick Leonardi para el número 26 -al final no sería así, sería un jovencísimo Jae Lee- pero seguiría guionizándolas para los restos. Personalmente siempre me dio pena que Byrne dejara de dibujar Namor justo cuando empezó una historia sobre el Doctor Muerte, pero hay que reconocer que el Muerte de Lee también tenía su interés.

Lo del Namor Salvaje venía de la desesperación de no conseguir que la serie vendiera, sí.

Lo entrañable de este Byrne es lo seguro que está de que podrá seguir haciendo Namor y Hulka para los restos porque los cheques de X-Men le amortizarán el pago de la hipoteca sin ningún problema; habla desde la burbuja especulativa, comentando que cuando dejó X-Men allá por el 81 la serie vendía 145000 y en 1992 eso pondría una serie en la cuerda floja, porque 100000 ejemplares vendidos se traducía en que la serie pasaba al mercado directo y salía de los kioskos. Claro, luego sabemos que estalló la burbuja y absolutamente todo pasó al mercado directo, con lo que Byrne tuvo que llevarse sus trastos a otro lado y adiós a Namor y Hulka… Que es precisamente lo que dice en esta entrevista que habría tenido que hacer si no le hubiera salido el contrato de X-Men. Y es que no nos engañemos, no solo era la sed de venganza, el tema de los royalties de mutantes en aquel momento era demasiado jugoso para dejarlo pasar, y aunque Namor y Hulka estén considerados como trabajos menores de Byrne, en ellos se destila un cariño que no se vería posteriormente en otros trabajos para Marvel o DC. Y hablando de DC, en aquel momento todavía seguía colaborando con la Distinguida Competencia, realizando junto a Larry Niven La historia de Ganthet, un especial de los Green Lantern Corps que poco menos que sería el canto del cisne de Hal Jordan antes de aquello que luego conocimos como Parallax.

¡Que no inventen, que Hal Jordan se volvió loco el solito! ¡Asesino!

Lo siguiente que hace Byrne es quejarse del paso del tiempo, y que éso le había impulsado a escribir Next Men para Dark Horse «El año pasado tuve mi 40º cumpleaños, acabo de tener el 41ª, y he sido muy consciente desde el 40º que ahora tengo la misma edad que tenía Stan Lee cuando creó Los 4 Fantásticos con Jack Kirby. Jack tenía 45 y Stan 41. Así que ahora mismo estoy en una horquilla entre las dos edades en las que supongo que tengo que crear Los 4 Fantásticos, si es que voy a ser algo más que un pie de foto en la historia del cómic. Y éso es básicamente lo que es Next Men, mi intento de crear Los 4 Fantásticos. Stan se sentó y dijo «Ésto es todo lo que he hecho a lo largo de los años, voy a darle la vuelta» Yo estoy intentando hacer lo mismo, reinventar la rueda y decir «Aquí está mi versión de todo lo que he visto en el género de superhéroes.»» Se queja Byrne que, por el equipaje que llevan ya los universos de Marvel y DC, hay una serie de historias que ya no se pueden contar como una de primer contacto alienígena -se entiende como un primer primer contacto, no encontrarse con otra raza alienígena- ni tampoco un primer viaje en el tiempo ni otra versión de la magia respecto a la que ya está establecida. Años después autores como Warren Ellis en Doctor Extraño demostrarían que sí, que sí se podía, solo tenían que dejarte cuatro editores «pemisivos»… A John Byrne Next Men le ofrecía la posibilidad de explorar un universo «virgen», empezar de cero con los cinco primeros personajes con poderes enfrentándose a lo desconocido. Sus héroes «son como mutantes, pero no lo son. Tomo como punto de partida habilidades reales (…) llevadas al extremo. Así es como empiezo, con estos cinco personajes (…) no tienen conciencia del mundo real y son precipitados al mundo real (…) Y el mundo real también tiene que lidiar con ellos. »

Y violencia «adulta». No, ésta no era tampoco la forma de hacer «madurar» los cómics.

Sin embargo, Byrne tampoco estaba del todo tranquilo con el estado del cómic norteamericano en aquel momento «el poder de los fans respecto a lo que se produce me molesta. Es un poder indirecto porque no pueden entrar en la oficina (de las editoriales) y decir «Haced ésto». Pero los departamentos de marketing están constantemente atentos de que vendió y que no lo hizo y por qué. Todo lo que se hace ahora ya no está orientado a contar una historia, está orientado a los eventos, (sic) a idear que podemos preparar este año para vender un montón de cómics. Éso es lo que son Spider-Man 1, X-Force 1 y X-Men 1 y todos estos inventos envueltos en plásticos y portadas múltiples: son eventos. Y los contenidos son completamente irrelevantes». Y sigue con los palos «Pensad en Spiderman 1. Me gusta lo que hace Todd, así con esto no le estoy haciendo de menos a él o su trabajo, pero vendieron 3’5 millones de copias de esa cosa a ciegas. Los fans lo estaban comprando sin saber que era lo que iban a tener, por lo que sabían en el interior Todd podía haber estado experimentando con su nuevo estilo de bichos palo. Pero lo compraron, y Marvel se dió cuenta de que tenía una máquina de imprimir dinero.»

Si es que Byrne era feliz haciendo esto, no necesitaba más.

La entrevista finaliza con Byrne quejándose más todavía, esta vez de la poca experimentación que había en el género en ese momento, «la gente que desprecia a los superhéroes son con los que desprecian el western(…) Dicen que el western esta muerto, cuando en realidad lo que hace falta es que llegue alguien y haga algo diferente. La gente despertó cuando Alan Moore hizo Watchmen, porque hizo algo distinto… O más bien algo que fue percibido como distinto.» Y terminamos con Byrne declarando su amor al género de superhéroes, una de las mejores partes de él mismo que siempre está de más recalcar: «Me gustaría ver que se hace algo y todo en los cómics. Pero mi primer amor personal es el género de superhéroes y quiero explorarlo de distintas maneras. De éso trata en parte Next Men… Volver a lo mismo desde otra dirección.»

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