No quería hablar por aquí de Batman: Caped Crusader hasta haberla visto entera (y con calma, que no soy Diógenes bingeándome todo en un día) ya que al menos para mí esta no era una serie más del personaje, ya que estando gente como Bruce Timm y Ed Brubaker entre otros detrás de ella, mis expectativas estaban bastante altas, más de lo habitual en estos casos. Y aunque en algunos aspectos dista de ser perfecta y no tiene pinta de que vaya a destronar a LA adaptación por excelencia de Batman, estamos ante una serie realmente buena que ningún fan del personaje debería perderse.
Cuando digo que tenía las expectativas altas probablemente me quedo corto, después de todo en esta serie teníamos el regreso de Bruce Timm al frente de un proyecto de Batman, quien junto a Paul Dini (quien tristemente no participa aquí) y un gran equipo, redefinieron al personaje en los años noventa de una forma en la que pocos han sido capaces. Y si a eso le añadimos que Ed Brubaker, un grandísimo guionista de cómics especializado en el género negro y uno de los mejores que han pasado por Batman en las últimas décadas, era el jefe de guionistas de esta serie y responsable de escribir en solitario unos cuantos episodios, se entiende que de esta serie se esperase poco menos que la excelencia.
Y pese a ello algo antes de su estreno comenzaron a surgir voces muy críticas, algunas casi crueles, que describían una serie poco menos que decepcionante y mediocre en su apartado técnico, por lo que acabé comenzando a verla casi con miedo. Y sí, es cierto, la serie tiene sus problemas, pero en conjunto a mí me han parecido algo menor en comparación al resto de puntos fuertes de la misma, y para nada algo que impida el disfrute de esta adaptación. Porque no se puede negar que la animación tiene sus problemillas, que hay momentos en los que esta peca de estática y da la impresión de que han tenido que hacer malabarismos con el presupuesto. Mientras en las escenas cotidianas, de conversaciones y similares, los personajes se mueven muy poco, a veces demasiado poco, pero en cambio en las escenas de acción se aprecia que han soltado el resto, siendo estas dinámicas y fluidas, con un Batman al que da gusto ver hacer acrobacias y apalizar criminales.
Y esto es algo que sin duda es culpa de todo el embrollo en el que ha estado metida Warner los últimos años. Originalmente esta iba a ser una serie para HBO Max y Cartoon Network, pero entre las fusiones, reestructuraciones y demás, la compañía decidió que aunque continuarían la producción de la serie, esta se ofrecería a otras plataformas para su emisión (y probablemente ahí metieron la tijera) siendo finalmente Amazon Prime la que se quedó con la serie. Pero confío en que la buena recepción que ha acabado teniendo la serie tras su estreno, provoque que para su segunda temporada (ya confirmada) se aumente el presupuesto para que la animación esté a la altura de las historias.
Y habiendo dejado a un lado lo negativo, vamos a centrarnos en lo positivo y en la peculiar concepción de esta serie. Todo partió de la propia Warner proponiéndole a Bruce Timm realizar una continuación de Batman: The Animated Series, algo que a este no le interesó demasiado. Pero tras pensar en muchas ideas que quedaron descartadas en su día y en cómo ahora podría darles un enfoque diferente al no ser una serie orientada a un público infantil, decidió hacer una contrapropuesta consistente en una “nueva” adaptación ambientada en la época en la que fue creado el personaje y centrándose en los aspectos más detectivescos y de género negro del personaje. Una propuesta que gustó tanto que acabaron sumándose al proyecto JJ Abrams y Matt Reeves, quienes querían trabajar con Timm.
Y si arriba he entrecomillado lo de “nueva” es porque aunque Timm no quiso hacer una continuación de Batman: TAS, esta serie difícilmente podría ser más deudora de ella. A nivel estético es tremendamente obvio, en el diseño de personajes tenemos al propio Timm metiendo mano, y en donde está al mando todo un veterano como James Tucker, quien ya trabajó en esa faceta en The New Batman Adventures y en Batman Beyond. Un aspecto en el que es imposible no ver tanto el marcado estilo de Timm (personajes como Harvey Bullock van incluso vestidos igual que en los 90) como su admiración por la serie de Superman de los Fleischer, inclinándose aquí a la hora de diseñar los personajes quizás un poco más en esa dirección que en TAS. Una influencia tan fuerte que incluso la Lois Lane de aquella serie tiene aquí un par de cameos acompañada de un fotógrafo pelirrojo que tampoco debería necesitar presentación.
En cuanto a los decorados de nuevo encontramos tanto la influencia visual de aquel Superman como la pasión de Bruce Timm por el Art Deco, dando como resultado una Gotham tremendamente familiar que casi nos devuelve a los noventa. Un aspecto en el que han querido introducir algunos guiños tremendamente descarados como el que la comisaría sea literalmente el mismo edificio que en TAS. Por eso me ha resultado curioso que Timm no quisiese hacer una continuación pero ha terminado haciendo una serie que podría ser la hija de aquella en prácticamente todos los aspectos.
Porque estos guiños a la nostalgia no se quedan ahí ni muchísimo menos. La banda sonora compuesta por Frederik Wiedmann, quien lleva algo más de una década poniendo música a buena parte del universo animado de DC en películas como Justice League: The Flashpoint Paradox, Son of Batman, Justice League: Gods and Monsters, Batman: Gotham by Gaslight entre otras o en series como Green Lantern: The Animated Series y Beware the Batman además de otras como Picard, recuerda poderosamente al trabajo de Danny Elfman y especialmente el de Shirley Walker (quien compuso la BSO de Batman: TAS). Porque aunque no hay ningún tema concreto que se pueda decir que sea una copia, y se echa en falta alguno tan energético como el de la intro de TAS, es imposible escuchar la música de esta serie y no acordarse de aquella, con multitud de momentos en los que suenan algunos acordes que nos hacen creer que estamos a punto de escuchar alguno de los temas más clásicos del personaje.
Sonar suena muy bien
Un aspecto este, el de “casi pero no” en el que debemos incluir el trabajo del actor Hamish Linklater en su papel de Batman y Bruce Wayne. Este es el último de la larga lista de quienes han prestado su voz al personaje, una lista en la que inevitablemente todos son comparados con el tristemente fallecido Kevin Conroy, quien dejó un listón altísimo que nadie ha sido capaz de superar, algo que Linklater ha intentado de una forma que aún no sé si me acaba de gustar. Y es que este, quien no me convencía nada cuando salieron los primeros avances de la serie, suena muchísimo mejor durante la serie, pero porque parece estar en todo momento intentando imitar a Conroy en las dos facetas del personaje. Y claro, esto provoca que Batman suene bien, familiar, pero a Linklater, quien aquí demuestra que es bueno en esto, aún le falta algo; no consigue darle la misma carga dramática a su actuación, algo que espero que mejore para la segunda temporada. Pero pese a ello, y aunque no me disgusta nada cómo suena, creo que hubiese preferido que optasen por otro enfoque a la hora de dar voz al personaje que no dependiese tanto de la nostalgia, que hubiese encontrado su propia voz, porque Conroy solo había uno.
Si nos centramos en las historias, ese es el punto fuerte de la serie. Con un carácter episódico pese a tener algunas tramas que se continúan de fondo, Caped Crusader se vuelca de lleno en los aspectos más noir del personaje como prometía Timm. Políticos y policías corruptos en el bolsillo de algún mafioso que otro, un Jim Gordon con enormes dificultades para poder hacer su trabajo y tramas que en muchos aspectos no desentonarían en ningún clásico del género, algo a lo que ayuda también esa ambientación en esta época indeterminada que es una muy particular, y a ratos algo anacrónica, versión de los años cuarenta.
En medio de todo ello tenemos a un Batman primerizo, quien al comienzo de la serie aún es una leyenda urbana en quien pocos creen y que mantiene una relación tensa tanto con la policía como incluso con el propio Alfred. Esto permite a la serie mostrarnos a un Batman que no es infalible, que comete errores, que aún está aprendiendo tanto a hacer su trabajo como a confiar en los demás, y que pese a que hay momentos en los que parece que va a perder el control, que cruza líneas que no debería cruzar (pero no mata, podemos estar tranquilos), siempre acaba haciendo lo correcto, corrigiendo su actitud y demostrando que aunque es implacable con los villanos, también puede ser compasivo cuando es necesario. Y ese Batman tan humano, tan auténtico, es uno de los mayores aciertos de la serie, aunque es algo que no me sorprende teniendo en cuenta quiénes están detrás.
Y como se suele decir, Batman tiene una de las mejores galerías de villanos del género superheroico, y de eso tenemos aquí una buena muestra con algunas decisiones bastante curiosas. Muchos, los de siempre, han puesto el grito en el cielo porque aquí el Pingüino es la Pingüina (Timm quería más villanas), pese a que en todos los demás aspectos es tremendamente fiel al cómic. También encontramos a un Dos Caras tremendamente clásico, con quien han escogido un enfoque más realista a la hora de mostrar sus heridas faciales y un Onomatopeya prestado de Flecha Verde que ha sido el más flojo de los que han desfilado por aquí.
Muchísimo mejor ha estado Catwoman, con una Selina que parece haber escapado de la Edad de Oro, vistiendo su traje más clásico de aquellos años (el que le duró hasta los ochenta) e incluso conduciendo el Catmobil. Pero alejándonos de sus orígenes mas modernos, aquí la vemos convertida en una rica heredera venida a menos que se dedica al crimen para poder mantener su estilo de vida y que no tarda en desarrollar una enorme atracción (mutua) con Batman que espero ver explorada en mas profundidad en la próxima temporada.
Pero en contraste con este enfoque tan clásico tenemos a una muy peculiar Harley Quinn que me ha gustado bastante. Esta aparece aquí completamente rediseñada, con un maquillaje y esquema de colores muy diferentes, aunque de nuevo mantiene una fuerte influencia de los arlequines clásicos, lo que la hace bastante reconocible pese a los cambios. Pero la mayor diferencia la encontramos en su personalidad; esta Harley también es la psiquiatra Harleen Quinzel, pero no es alguien que haya perdido la cordura ni es una víctima del Joker, de hecho, por el momento parece que no hay ninguna relación entre ellos, sino que han reinventado por completo su personalidad, objetivos y motivaciones de una forma de lo más interesante. Unos cambios que en muchos aspectos casi la convierten en un personaje diferente y que me han hecho preguntarme si no tendrán algo que ver con la ausencia de Dini, que hayan querido hacer algo muy distinto para que no sea “su” personaje.
Y tengo que añadir que en este apartado, el de los villanos, me he llevado una muy grata sorpresa. Al encontrarme con la ambientación en estos peculiares años cuarenta, y que Timm y su equipo hablaban de volcarse en la faceta detectivesca y de género negro del personaje, yo asumí que los elementos más fantásticos del personaje quedarían de lado, pero no podría estar más equivocado. Sin entrar en detalles para no desvelar sorpresas, a lo largo de estos diez episodios que se hacen muy cortos, ha quedado claro que todo es posible, que nada queda fuera del alcance de las posibilidades de lo que podamos encontrarnos aquí, lo que abre un abanico de posibilidades de lo más interesante acerca de lo que podamos esperar en la segunda temporada, pudiendo descartar que vayamos a encontrar versiones descafeinadas de los villanos pasados por el filtro de ese mal llamado realismo. Algo que, ya dejándome llevar por un exceso de ilusión, me hace desear que si esta serie continúa más allá de esa segunda temporada ya confirmada, podamos ver a este Batman uniéndose a la JSA, que soñar es gratis.
Así que sí, Batman: Caped Crusader me ha gustado y mucho. Y aunque es verdad que no hubiese estado mal encontrarnos con una serie realmente novedosa, que nos ofreciese una visión del personaje completamente fresca, yo casi agradezco que no hayan querido reinventar la rueda, que nos hayan dado un Batman tan clásico (hasta el punto de vestir el diseño original de Bill Finger) y familiar, que después de todo estamos ante un personaje del que no escasean precisamente las adaptaciones y no viene mal que ocasionalmente nos den algo así. Por ello espero que todos los problemas técnicos desaparezcan en la segunda temporada (que a Jeff Bezos le sobra el dinero, que no sea rácano) y que esta continúe durante unas cuantas más, que quizás nunca supere a su predecesora, pero ni falta que hace eso para ser una gran y disfrutable serie.