Han pasado veinticinco años, que se dice pronto. Cuando empezamos Brainstomping, habían pasado cosa de once, y ahora de repente pues eso, veinticinco del día aquel que lo cambió todo, el día del estreno de La Amenaza Fantasma, cuando La Guerra de las Galaxias pasó de ser la Trilogía a ser la Saga Star Wars (porque sí, fue en aquel momento en el que aprovecharon para abandonar aquella preciosa traducción sobre una guerra de galaxias que transcurría en una sola galaxia). Y bueno, notas cierto conflicto en tu interior.
Una de las primeras cosas que hice en esta página fue repasar todo The Phantom Menace e ir comentándola, revisándola por primera vez en muchos años. Catorce años después (creo, igual fue en verano de 2011) no he vuelto a ver La Amenaza Fantasma, pero misteriosamente tengo un recuerdo bastante vivo de la película en mi cabeza. Y en parte éso es un gran mérito de George Lucas, que sigue siendo un cineasta capaz de crear imágenes que se te quedan en la cabeza, por mucho que eches pestes de ella. La fotografía -e intenso tratamiento digital- de la película, evocando una edad de oro ya perdida pero que en realidad Lucas quería usar desde su primera película de la serie, la de los «tiempos oscuros», pero que los directivos de la Fox le vetaron desde un primer momento, ahora lucía en todo su esplendor empalagosamente pasteloso. En su momento nos echaba para atrás y contastaba bastante con lo que veíamos por la época, pero a la vez hay que reconocer que buena parte de las películas de aquel momento han envejecido bastante a nivel estético. Alguna otra pastelosa -pero de otra manera- como El Señor de los Anillos no han recibido un palo tan grande, pero no podemos olvidar que la vocación de ambas películas era pujar por una atemporalidad, unos rivetes dorados, que no pretendían sus contemporáneas. Y así andamos.
La Amenaza Fantasma nunca destacará por su guión -dos caballeros jedi descubren a un chico extraordinario y salvan a una reina de un complot del capitalismo- pero no se puede negar que George Lucas no se complicara la vida; en su cabeza estaba clara la idea de meter una intriga política que se basara en la realidad del momento, y el hecho de hablarnos de bloqueos militares con presiones políticas en la esfera internacional para que les dejaran salirse con la suya, todo ello a la vez que un hábil político se mueve entre las sombras tirando de todos los hilos posibles para salirse con la suya, deja claro que Lucas quería darle un trasfondo político a toda la película; no por nada la película habla de una amenaza fantasma, de algo etereo, de un claro engaño; en realidad la película va de un político que, aunque apenas tiene escenas, va escalando posiciones en el senado hasta convertirse en canciller. Todas las disputas por las rutas comerciales y el bloqueo de Naboo era un intento de crear simpatía sobre el embajador del planeta para conseguir que fuera elegido canciller supremo de la república galáctica. Y seguramente sea ahí donde está el punto débil de la película, en que se nos muestra al hombre como un hábil manipulador en la sombra pero en realidad sus movimientos son bastante… Torpes.
Partiendo de que Palpatine ordena a la Federación de Comercio -que le hace caso en todo momento, no sé exactamente por qué o cómo, porque a ratos queda claro que lo temen, pero tampoco sé con qué los ha chantajeado- realizar el bloqueo de Naboo e invadirlo, con lo que fuerza la salida de la Reina Amidala y su intervención en el senado para conseguir desacreditar al canciller actual y erigirse él mismo como sustituto. Hasta ahí lo que habíamos dicho, bien, pero se supone que pretende mantener su condición como Sith en secreto y por eso se mueve completamente en las sombras, por lo que envía a su aprendiz a hacer un trabajo sucio… Que no hace falta realizar. Porque la primera vez que aparece Darth Maul en escena es, supuestamente, para asesinar a la Reina Amidala y que no declare ante el senado. Si el asesinato se hubiera llevado a cabo, el que habría dado el discurso desesperado pidiendo ayuda probablemente habría sido Palpatine, pero el efecto seguramente no habría sido tan grande y se daría por hecho que la conquista de Naboo era definitiva; sin dos bandos en un conflicto no queda nada que atender, y en todo momento se deja claro que la república prefería mirar hacia otro lado antes que meterse en un conflicto. Lo que es peor, en última instancia Naboo se libera a si misma en gran parte gracias a la labor diplomática de Amidala, el único sentido que tenía matarla en ese momento habría sido el pretender un conflicto armado a gran escala entre la Federación de Comercio y la República Galáctica, cosa para la que ninguno de los dos bandos estaba preparado, porque todavía les hacían falta unos diez años para montarse unos ejércitos droide y clon suficientemente grandes. Veo difícil que le hubieran dado poderes absolutos a Palpatine recién llegado al cargo y cuando el conflicto era contra una facción relativamente pequeña dentro del tablero galáctico.
Con lo que tenemos que la primera intervención de Maul solo sirvió para avisar a los jedi de que existía alguien con palito rojo; pero bueno, tanto da, porque los jedi con esa información (que debería ser tremendamente alarmante para ellos) no hacen absolutamente nada, cuando lo lógico habría sido enviar más gente a investigarlo por mucho que la situación política fuera «delicada». Oiga no señor, aquí hay siths de por medio, nuestra misión principal es mantener la paz y borrar de la faz de la tierra los palitos rojos. Los jedi no hacen nada, y Maul reaparece durante la batalla de Naboo y sí, mata a Qui-Gon Jinn. Sí, Qui-Gonn era un cabo suelto y a largo plazo se justificará su asesinato porque eso dificultaba la corrupción del Conde Dooku -maestro y amigo suyo- y la de Anakin Skywalker, que pasaba de tener un buen maestro a ser entrenado por el completamente novato Obi-Wan Kenobi. Kenobi que, por otro lado, ha demostrado ser un estupendo espadachín, mucho mejor que su maestro, pero que no tiene el fondo filosófico de su maestro y que obedece sin chistar a un Consejo Jedi que no da pie con bola. Podría decirse ahí que Palpatine toma la decisión correcta y el sacrificio de su aprendiz está justificado, pero la realidad es que remienda un descosido producido por su propio error, y que la muerte del jedi podría haberse producido sin sacrificar una sola pieza. Que ojo, estaba claro que Qui-Gon no iba a quedarse de brazos cruzados ante la existencia de un sith y tenía que ser asesinado, pero podría haberse llevado a cabo de forma más discreta.
Posteriormente veríamos que las manipulaciones de Palpatine iban más allá con la historia de Dooku y el asesinato del maestro Syfo Dias -el que encargó los clones con los fondos reservados de la república, nunca explicaron muy bien la fiscalidad del proyecto- pero para ser una conspiración que iba en el título de la película, La Amenaza Fantasma no muestra a un genio de la estrategia política si no a un tipo muy cabrón al que las cosas le salen muy bien. Pero bueno, ¿que esperábamos de una historia para niños sobre gente con palitos de colores y navecitas? ¿Una reflexión de la realidad política de EEUU a lo largo de los últimos 50 años?