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Midnight Sons: Adentrándose en la Oscuridad – La Semana de los Asistentes

Continuamos nuestra Semana de los Asistentes con una colaboración de Stravinkay Modelarus y su repaso a lo que fue la linea de los Hijos de la Medianoche en la Marvel de los noventa.

«Nunca te propones hacer un muro de esos que dice ‘estoy demente’ pero suceden, es una cosa orgánica!» Debra St. Simone, Radiant is the Blood of the Baboon Heart

Midnight Sons fue un cuasi-sello editorial que se ofrecía como el espacio para los cómics de lo sobrenatural y el horror en la Marvel de la burbuja especulativa, en gran medida a través de reciclar personajes creados en los ’70. Incluía a la serie del nuevo Ghost Rider Danny Ketch además de dar lugar a series de Morbius, Blade (con Frank Drake y Hannibal King llamada Nightstalkers) y el Darkhold (sí, el libro que contiene la Formula Montesi que el Dr. Strange usó para destruir a todos los vampiros). La primera saga de este grupo de títulos temática y narrativamente relacionados a cargo de la editora Bobbie Chase comienza en una serie de Ghost Rider que literalmente venía de dar fin a un crossover con los X-Men de Jim Lee en el número anterior.

Rise of the Midnight Sons, el pistoletazo de salida en 1992, contaba en sus distintas series con Adam Kubert, Andy Kubert entintado por su padre Joe Kubert, Ron Wagner (estudiante de la escuela Kubert), Richard Case (de Doom Patrol) y Ron Garney entintado por Tom Palmer.

La popularidad de la serie del nuevo Motorista Fantasma junto a la sobreexpansión que Marvel llevaba a cabo durante este período daría lugar a la creación de los Midnight Sons, a los que se sumaría más tarde una serie del Hechicero Supremo de capa caída (je) tras una longeva etapa de Roy Thomas. Además se crearía para los títulos un logotipo propio en forma de daga aunque ya sobre el final de la línea y la inminente cancelación de las series que nacieron con la misma. De todos modos este experimento probaría ser un precursor de lo que luego sería Marvel Edge y por lo tanto un precedente a la efímera Marvel de los «silos» que vio a la editorial post-burbuja experimentando con la idea de no tener un Editor en Jefe a cargo de todos los cómics sino varios sellos o grupos editoriales con sus respectivos jefes. Haciendo a la jefa de Marvel Edge; la misma Bobbie Chase, la única mujer que ha ocupado el puesto de Editora en Jefe en Marvel hasta la fecha (aunque solo sea «técnicamente»).

Midnight Massacre, el segundo evento crossover de la línea, presentaría portadas alternativas que a pesar de ser completamente en negro eran una marcada mejora sobre las portadas usuales de estas series.

Varios de los autores y cabezas pensantes detrás de las distintas sagas de los Midnight Sons provenían de las oficinas editoriales de la misma Marvel, cosa para nada fuera de lo común durante esos años. Howard Mackie (el escritor de Ghost Rider) habiendo sido editor de Los Vengadores y Los Vengadores Costa Oeste de John Byrne además del resto de la etapa de «transición» del grupo previo a la etapa de Bob Harras como escritor, Len Kaminski (escritor de Morbius) habiendo ocupado varios puestos editoriales antes de escribir algunos números de Spiderman y luego ser escritor en Iron Man, Chris Cooper (escritor de Darkhold: Pages from the Book of Sins) siendo uno de los autores residentes de Marvel Comics Presents y Evan Skolnick (editor del Dr Extraño de David Quinn) quien siendo editor asistente se dedicaba a proponer sin éxito nuevas series al resto de editores. Autores como DG Chichester (Nightstalkers) y Gregory Wright (quien reemplaza a Kaminski en Morbius) tenían también en su currículum trabajar o estar trabajando en Epic; tanto para Archie Goodwin (en cosas como la Saga Shadow Line) o para su sucesor Carl Potts (editor con experiencia en los Continuity Studios de Neal Adams que también estuvo a cargo del primer boom de cómics del Castigador en Marvel).

Road to Vengeance: Missing Link sería una saga solo con los espíritus de venganza mientras que Siege of Darkness, introduciendo al (nuevo) Dr. Extraño y el nuevo logo, fue el canto de cisne del «experimento» en 1993.

Chichester y Wright son en especial notorios en este caso por aportar guiones a Clive Barker’s Night Breed; la adaptación y/o continuación de la película del mismo nombre en Epic bajo la supervisión editorial de Marcus McLaurin y la actual Editora en Jefe de DC Marie Javins (quien también era colorista al igual que Gregory Wright). La existencia del cómic fuera de los confines de Marvel y el Comics Code así como el estar la serie tan endeudada no solo a sus orígenes literarios (Nightbreed estando basada en una novela de Clive Barker titulada Cabal) sino que obviamente al horror y fantasía propios de su creador hacían que las similaridades a los que en ese entonces eran los Berger Books de DC fueran prácticamente inevitables (Neil Gaiman menciona a Clive Barker como una influencia en sus primeros números de The Sandman).

Aunque en muchos sentidos se pueda decir que Epic era Vertigo antes de Vertigo; Epic no era los Berger Books.

La editora u «Editora de Grupo» supervisando todas las series de esta nueva línea (hablando de nuevo de los Midnight Sons) era, como ya habíamos mencionado, Bobbie Chase. Barbara «Bobbie» Chase es parte de un grupo de editoras (junto a Ann Nocenti y Karen Berger), que hallaron en su falta de algún tipo de conocimiento, pasado o asociación con el medio del cómic en primera instancia una basa para su contratación incluso. Su carrera en Marvel comienza en 1985 siendo editora asistente, prontamente pasando a asistir y luego heredar el que probablemente es el mejor trabajo editorial de Bob Harras: el Increíble Hulk de un Peter David previamente descubierto y fogueado por Jim Owsley en Spiderman. Para cuando comienza la década de los ’90 y es encargada de editar una nueva serie de Ghost Rider con Howard Mackie a los guiones, Chase ya había demostrado ser una de las mejores en su profesión dentro de una Marvel dirigida por Tom DeFalco camino a, sino prácticamente en, la burbuja especulativa (1988-89-90) habiendo añadido a su trabajo en Hulk títulos como la serie de She-Hulk de John Byrne (y su sucesor Steve Gerber) y el Nth Man (además de los GI Joe) de Larry Hama (un también editor y veterano del que el anteriormente mencionado Jim Owsley había sido asistente).

A esta altura ¿se entiende a lo que me refería con la frase citada al comienzo de todo esto?

Y todo esto son solo algunos de los hilos que se cruzan en los Midnight Sons; unos cómics de los que se puede decir sin muchos reparos que son morralla noventera. Desde el resurgir de personajes e ideas de los ’70 dentro del boom especulativo de los ’90 pasando por el ascenso de una editora entre un ámbito de editores con aspiraciones de ser escritores (o de recibir regalías exuberantes por escribir) combinado con una línea creativa que se encuentra a medias entre la influencia de los futuros chicos Image y los «Hot Artists» de Wizard y la escuela Kubert hasta los puntos de encuentro con la futura Vertigo de DC. Mientras tocando en el entramado editorial que suele dejarlo a uno con más preguntas que respuestas. Sin mencionar queda Fabian Nicieza, quien en un rol editorial junto a Marie Javins también se lanzaría a hacer su versión de «cómics de terror adulto» dentro de Marvel casi a la par que con los Midnight Sons con una serie de otro personaje de los ’70; el Hijo de Satán, Daimon Hellstorm. O como Marc McLaurin (el editor de Nightbreed y otros proyectos de Clive Barker en Marvel) fue también el editor de la Marvels de Kurt Busiek y Alex Ross, entre otros tantos pins en este muro de la locura.

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