Vista Echo, intentaremos pensar que el MCU ha tocado fondo y la cosa no puede ir a peor. Porque no es que Echo sea una mala serie -a pesar de la chapuza en los pocos efectos especiales que tiene, que tiene toda la pinta de que llegó un momento en el que se decidió «dejarlo como está» y en paz- es que simplemente es aburrida, intrascendente y apenas cuenta nada. No tiene personajes memorables, de hecho es la mar de irónico que una serie que inicia un sello basado en no tener que ver nada anterior dependa tanto de personajes creados en series anterior, por lo que no quiero ni imaginarme lo que habría contado la serie en su duración inicial de 8 episodios. Sí, seguramente le habría dado trasfondo al origen de los poderes de la protagonista, pero algo me dice que en realidad era relleno y más relleno.
Y aun así, el mayor pecado de la serie está en el sello «Marvel Spotlight», que como decía promete una nueva línea de series de televisión que se pueden ver sin haber visto nada del MCU. Y éso en el caso de Echo es una mentira tremenda, porque así de memoria me cuesta recordar una serie que dependa más de lo anterior que la propia Echo; Wandavision más o menos se podía entender porque estaba basada en el trauma de Wanda por perder a su novio (aunque fuera un robot), Falcon & Winter Soldier sí que dependía más de Vengadores, pero todas las demás… Buf. Mirad, en realidad lo que ha certificado Echo es que es una serie aburrida y completamente intrascendente, un intento de Marvel Studios de contar una historia sobre las reservas indias que ha quedado un tanto lamentable, más si cabe cuando comparte una actriz con Reservation Dogs, una serie bastante más inteligente e interesante que la propia Echo, que nunca acaba de saber que quiere ser y cuya carta principal acaba siendo que tiene de villano al archienemigo de otro personaje del que ya sabemos que tendrá su propia serie más pronto que tarde, a pesar de las noticias que nos llegan al respecto tampoco son gran cosa. Y sí, es aquí donde el MCU debería tocar fondo.
Que ojo, considero que Secret Invasion fue el punto en el que realmente tocó fondo el MCU, o por lo menos ése debería ser el final. Echo se mantiene bastante cerca, pero al mantenerse en su propia esquina y contando su propia historia no está reventando años de trabajo de otros autores. Construye su propio rinconcito, lo desarrolla en el poco espacio que tiene y llega a la lamentable conclusión mágica que tiene la serie. Y se acabó, y no tiene más, y ni siquiera creo que el personaje tenga continuidad. El Kingpin de D’Onofrio sabíamos que iba a volver en Daredevil, y seguramente esperaríamos esta serie con bastantes más ganas si no fuera porque lo hemos visto arrastrarse por Echo, pero lo dicho, que no. Que tenemos un año por delante en el que solo tenemos una película del MCU, Deadpool 3, que realmente es más una producción aparte que una película del MCU propiamente dicha, porque a priori se ceñirá a los restos de los mutantes de la Fox, a encarnaciones preMCU de otros personajes de Marvel -se oyen rumores tremendos- y puede que haya cameos de otros personajes de la actualidad, pero parece una producción bastante autocontenida a cargo de Ryan Reynolds y compañía, con lo que ni de lejos creo que sirva para valorar el estado actual de Marvel Studios; tampoco nos engañemos, películas como Guardianes de la Galaxia Vol 3 o Thor Love & Thunder eran mucho más de autor que otras, para bien o para mal.
Supuestamente se ha vuelto a un modelo más férreo de control, con showrunners manejando las series y el cine recibiendo una supervisión más estricta -parece que antes Feige trataba de estar en todas partes a la vez y no abarcaba- con lo que lo que se nos viene de momento este año es Agatha: Darkhold Diaries, Eyes of Wakanda, Marvel Zombies y Daredevil Born Again. La primera y la segunda si tienen fecha para este año, mientras que Daredevil está teniendo una producción un tanto complicada y ha cambiado su equipo de producción y retrasado indefinidamente su estreno, pero como ya tiene bastante rodado es de esperar que aparezca antes. Queda en tierra de nadie Vision Quest entre este año y el siguiente, mientras que proyectos como Iron Heart, Nova o Wonder Man ya entran en terreno más nebuloso. En cuanto a películas la cosa es la mar de sencilla, este año Masacre y el que viene Capitán América 4 -que la están rehaciendo casi por completo- y para antes del verano veo difícil que salga ya Fantastic Four.
Porque esa es otra, se pueden permitir todos los trompazos que quieran, pero los 4F ya no pueden fallar; solo con pensar que coinciden con el presumible estreno del Superman de James Gunn ya tenemos bastante obligación, pero si le sumamos a todo esto el historial del cuarteto en cine y que son la última gran baza antes de los mutantes, de los cuales poco se tiene en cuenta el desafío que supone hacer frente a la larga sombra de las pelis originales de Fox que quieras o no siguen teniendo sus fans, la importancia del éxito del cuarteto fundador de la Era Marvel es mucho mayor. Y aún así, puede que esta vez lo importante no sea tanto los héroes como el villano, porque un Doctor Muerte bien llevado puede ser el motor de multitud de películas; tradicionalmente el problema del MCU había sido su escasez de villanos carismáticos (sobre todo porque los mataban enseguida, recordemos que a Loki lo resucitaron para Vengadores) y son los villanos y sus locos planes lo que hace que las historias se extiendan hasta el infinito a lo largo de varias películas. Plantear a Muerte como un simple villano «de fase» sería una estupidez, el personaje puede tener un recorrido hasta más largo que el que Loki ha tenido hasta ahora.