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The Marvels y los cobardes

Hay que ser valiente en esta vida, ¿no? Quiero decir, afrontar tus miedos para poder hacer tu propia voluntad, aunque el miedo no deje de ser un mecanismo de seguridad de primer orden para evitar comportamientos suicidas que no lleven a nadie, a pesar de que el suicidio sea también considerado en algunas culturas como algo tremendamente cobarde. Pero mejor que esas discusiones se las dejemos a Emil Cioran y gente así, mejor, porque nosotros aquí no venimos a hablar de metafísica y somos más pedestres, porque hablamos de tebeos y cosas relacionadas en mayor o menor medida… ¡Que bastante metafísico es el tema ya de por sí! Y sí, vamos con los SPOILERS de The Marvels…

Hay ejecutivos que usan pañales.

Llegaban las Marvel estas en un momento curioso, porque acababa de estrenarse el último capítulo de Loki y hasta cierto punto acababa de recuperar la fé y la confianza en el MCU. Hoy en día sabemos que buena parte de estas series han ido funcionando de forma completamente independiente y como pollos sin cabeza, con lo que el que una serie acabe bien rematada no quiere decir que el resto vayan a ir mejor porque a saber que cabestro te ponen al frente de la siguiente y las decisiones controvertidas que tomará. The Marvels es curiosa, porque aunque ante todo sea una secuela de Capitana Marvel -de allá por 2019, antes de la guerra- también lo es de Wandavision y Ms Marvel, aunque no creo que ningún espectador vaya a perderse mucho si no las ha visto (aunque vendría bien que viera Wandavision, que esa era buena serie y la explicación de «mis poderes me los dió una barrera de una bruja» queda un poco rara). Luego la película puede ser lo que quiera, la primera Capitana Marvel era una película bien hecha que se alejaba del personaje original, mientras que en esta Carol Danvers tiene bastante más personalidad aunque solo sea porque Brie Larson se pasa media película haciendo muecas; la realidad es que el colocarle al lado a la Ms Marvel de Iman Vellani y la Capitana Marvel de Teyonah Parris a su personaje le ha venido estupendamente bien y ha provocado que la película sea algo más desenfadada, que buena falta le hacía. Y ahí empieza la cobardía.

Luego ya podríamos empezar a preguntarnos si esta película es un remake encubierto de Guardianes de la Galaxia volumen uno.

En su planteamiento, esta película no deja de ser una comedia. Y por eso el gato es una herramienta para ello, igual que las reacciones de Kamala a buena parte de lo que ve. Hay momentos dramáticos con los skrull -Nick Furia no tiene el menor trauma tras Secret Invasion, no hay ni la menor mención a ello y lleva su parche todo el rato, pero a estas alturas ya no nos sorprendemos de nada- pero a la hora de la verdad esto no deja de ser un Viceversa/Freaky Friday con superhéroes, aunque no haya cambios de cuerpo si no de localización. Y los primeros trailers de la película vendieron exactamente eso, cuidándose de no destripar la historia y retratar la película como es, aventuras entre tres superheroinas que no tienen tanto que ver pero a la vez tienen bastante que ver, adaptando de forma sui generis los cómics porque nos sacan cosas como que los brazaletes de Quasar -que no las negabandas- sirven para abrir rutas espaciales y que si los entrechocas puedes viajar entre universos. Pues vale, pues me da igual, al final la mala es una Kree encabronada porque tras una guerra civil tiene el planeta hecho unos zorros y le echa la culpa de todo a la señora que se cargó a la Inteligencia Suprema y provocó el vacio de poder que les llevó a matarse entre ellos, siendo la señora en cuestión la propia Carol Danvers. Pero estábamos hablando de la cobardía, sí…

Hay secundarios que no se sabe que fue de ellos, asoman por ahi media película para hablar con la mala y luego desaparecen, ¿serán Mefisto o eso ya ha pasado de moda?

Y la cobardía es cosa de ejecutivos, que son supersticiosos y cobardes. Esta película fue aprobada a lo largo de toda su producción, y hasta cuando tuvo problemas -no sé si necesitaron grabar más escenas o qué, yo que sé- su estreno se retrasó adelantando el de Quantumania, que por la tontería acabó plantándose en las salas de cine con los efectos especiales a medio cocinar. El pato lo pagaron los trabajadores de efectos especiales, vaya que sí, pero Quantumania no superó los 500 millones de recaudación y a Marvel -a Disney- empezaron a temblarle los señores con corbata. Las series de Marvel Studios en Disney+ ya no eran el imán de suscripciones de antaño, con la gente tragándose cualquier cosa porque Marvel era un sello de calidad, y las películas que habían ido saliendo desde entonces cada vez recibían una peor acogida. El que una película de 200 millones duplique su presupuesto en taquilla debería significar que se ha ganado dinero, pero muchas veces es a partir de ese momento cuando se empieza a ganar dinero de verdad y Marvel hasta ahora no hacía dinero, hacía mucho dinero. Marvel -Disney- no había tenido ataques de pánico hasta ahora, pero si era cierto que casi todas las películas que ha estrenado después de Endgame han ido haciendo menos dinero que sus predecesoras. La cosa va para abajo, y los parques de Disney ya no son tan provechosos económicamente -y el que algún gobernador republicano les empiece a tocar su régimen fiscal especial en alguno de sus parques tampoco ayuda- con lo que la idea de que The Marvels sea el primer fracaso comercial del MCU les aterra. Porque no, Hulk no fue un fracaso comercial e hizo dinero, pero no tanto como Iron Man. Aquí se viene a ganar más de 500 millones.

Tampoco podemos negar que hemos dejado de hacer críticas de las pelis del MCU justo después del estreno.

Poco antes del estreno de The Marvels se publica un artículo en Variety en el que se cuenta que Marvel sabe que la película tiene unos pronósticos en taquilla desastrosos, peores que la sorpresa de Quantumania. No parece que vaya a perder dinero, pero tras los fiascos de series recientes como Secret Invasion la idea de que ver un producto de Marvel Studios te garantiza un mínimo de calidad aceptable ya es algo del pasado. El artículo habla de una reorganización en las series de TV del estudio a un sistema más tradicional, más organizado, con un «showrunner» llevando cada serie que respondería directamente a Feige. A su vez, Feige ha renunciado a hacer una película de Star Wars «por su cuenta», porque le quieren amarrado y corrigiendo el rumbo de la nave, mientras los que hablan de «fatiga superhéroica» mezclan churras con merinas hablando de la taquilla de Flash o Shazam 2. Marvel es Marvel y DC es DC, Marvel fió su futuro a las grandes historias que se contaban a través de tres películas al año y de repente ni las películas ni las series de televisión están a la altura. Ya no hay fe en el proyecto y lo que en otro tiempo se hubiera considerado blasfemia -«Wandavision y Loki no eran buenas», en fin- se oye cada vez más fuerte. Asi que sí, los señores con corbata se cagaron.

Y sí, la segunda temporada de Loki también es estupenda y en absoluto irrelevante. Pero eso me temo que ya voy a dejárselo a M’Rabo.

Decía el artículo de Variety que Disney baraja la posibilidad de recuperar a Robert Downey Jr y a Chris Evans como Iron Man y Thor -y hasta a Scarlett Johansson como la Viuda Negra, a pesar de lo mal que acabaron con ella- y lo muestran como un síntoma de debilidad, de miedo a que los personajes que barajan actualmente no estén a la altura. Cuando hablamos de una saga del «multiverso» que culmina con una película llamada Secret Wars es difícil no pensar en variantes de Iron Man o el Capi, no tiene sentido echarse las manos a la cabeza porque vayan a recuperar a tal o cual actor. Downey Jr tiene ahora mismo 58 años, si lo recuperases para una película a estrenar en 2027 tendrías en pantalla a un señor de 62 años o más; y si algo hemos aprendido del fiasco de Indiana Jones es que ni Harrison Ford puede aguantar una película de aventuras a partir de la edad de jubilación. Los actores no son eternos, y si Disney quiere explotar la vaca Tony Stark más vale que lo haga ahora; si Tony fue «retirado» en su momento fue simplemente porque Feige y compañía eran conscientes de que ésa era la única forma de que el MCU sobreviviera a Iron Man y no muriera con él, el tener que traerlo de vuelta no es tanto un fracaso como usar una bala que tenían en la recámara. El problema vendría si tras esa bala no quedase nada, pero teniendo a los mutantes de por medio algo debería quedar. Y no me refiero a Hugh Jackman, que después de todo ninguna de sus películas hizo tanto dinero como Iron Man.

Sorpresa, esta película interesa por lo que ofrece, no por las ramificaciones que tenga para el MCU. Que tampoco se puede negar que seguramente las tenga.

Así que Disney estaba aterrorizada y Marvel Studios también, con lo que decidieron sacar un trailer de última hora para decirle a los posibles espectadores que esta película no era una comedia superhéroica intrascendente, que lo que pasaba en ella importaba. Que importaba. Porque ya no es cuestión de que la historia de una película tenga valor por si misma -que debería tenerlo, son dos horas de película y la entrada te la cobran igual- tiene que «importar» para la trama a largo plazo, si no la película «no vale». Es absurdo, pero con esa baza jugaron los señores de Disney para sacar ese trailer que comentaba M’Rabo la semana pasada y que él mismo destripó con tanta habilidad, porque sí, en la película sale Binaria y sí, es una Binaria de un universo alternativo en el que es Maria Rambeau y presumiblemente es miembro de la Patrulla X junto al Hank McCoy de Kelsey Grammer. El trailer no muestra a Hank, no, pero si que muestra alguna X dentro de un círculo que dio lugar a que la mente de M’Rabo especulase y destripara buena parte del puzzle, que en realidad no era tal porque -y ésto es lo peor- toda la escena es una jodida escena postcréditos. El propio trailer te estaba contando no solo la escena postcréditos si no el final de la película, con Monica acabando exiliada en otro universo. Se repetía la jugada de Black Adam, con Dwayne Johnson reventando su propia postcréditos antes del estreno avisando de que el Superman de Henry Cavill asomaba en ella.

Ésto ya no es el género de superhéroes, es el género de los cameos.

Y lo peor de todo es que hasta cierto punto los «cagones» tienen razón. He leído críticas de gente invitada al preestreno, no de pelaos como tu y como yo, que han salido diciendo más o menos que la película se la sopla o que directamente les parece una mierda, pero que la postcréditos abre inifinitas posibilidades y patatín y patatán. Vamos a ver… Si tu ya has visto a Patrick Stewart en Doctor Extraño, si sabes que Hugh Jackman sale en la de Masacre, si sabes que esto va de multiversos y has visto a los tres Spidermanes… ¿De qué te sorprendes? ¿Qué novedad o qué interes tiene que salga el condenado Frasier a sus casi 70 años otra vez vestido de peluche? Ya sabemos que Secret Wars va a ser un enfrentamiento entre universos, que seguramente tengamos a un Capi y a un Iron Man alternativos pegándose contra el Capi de Sam Wilson y Máquina de Guerra. A Hugh Jackman pegándose con Tom Holland o cualquier cosa, ¡ésa es la única conclusión lógica para una saga del multiverso! Si tanto te interesa «la gran historia» y tanto te la sopla la creación de los Young Avengers o los Thunderbolts, lo último que deberías hacer cuando te dan migajas -porque ésto es lo que son, migajas- es aplaudir con las orejas. Porque honestamente, todas estas escenas que he ido viendo son cameos, brindis al sol. No se ha visto nada tangible, y aunque la tiranía de las postcréditos haya sido un agujero en el que Marvel se ha metido ella sola, creo que ya es hora de que en Marvel vuelva a pensar más en hacer buenas películas que en la forma de engancharte para ver las seis siguientes.

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